Asociación EL TORO de Madrid
DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Corrida de toros de Victorino Martín en general bien presentada, dos cinqueños, desigual en su casta y bravura pero de gran humillación y fijeza, algunos como el segundo y el quinto muy justos de fuerza; sobresaliendo el tercero por su poder y entrega que trasmitieron emoción y presentaron los problemas que conllevan a la hora de su lidia; no defraudaron. Hubo que cambiar el orden de la lidia al sufrir David Galván en el primero un seria voltereta y pasar a la enfermería. Parte médico: traumatismo craneoencefálico con pérdida de conocimiento. Además, un puntazo corrido en cara posterior de hemitórax izquierdo con contusión en parilla costal izquierda. Es trasladado al Hospital Gregorio Marañón.
Casi lleno en los tendidos en una tarde grisácea y con rachas molestas rachas de viento.
Presidencia: le correspondió a D. José Antonio Rodríguez San Román que no tuvo problemas.
Cuadrillas: destacaron Iván García pareando al segundo y se desmonteró, a mi modo de ver en un premio excesivo; y en el cuarto estuvo muy valiente Juan Carlos Rey. Todos los toros hicieron hilo a los peones lo que produjo mucho peligro que se notó en el ruedo entre los hombres de plata.
Tercio de varas: Los toros acudieron prontos al caballo, pero en general fueron mal picados, traseros, tapando la salida y en el segundo en exceso, lo que hizo que el toro se agotara pronto. Cuarto y quinto derriban al jaco. No pudimos ver una tercera entrada al quinto aunque hubiera sido con el raguetón , que creo merecía.
Primer toro: Verdadero de 572 kgs. Ligeras palmas de salida. El toro se arranca pero no empuja; puyazo trasero tapando la salida y un segundo en la paletilla, protestas al picador. Silencio en el arrastre.
Segundo toro: Madrugador de 561 kgs. Peor de presencia, más escurrido; puyazo trasero, sale perdiendo las manos, le coloca en la raya para el segundo para que el picador le castigue duramente, el toro ya se vino abajo lo que se evidenció a lo largo de la lidia. Silencio.
Tercer toro: Esquinero de 554kgs. Palmas de salida. Desorden de lidia y al fin recibe un primer puyazo empujando y un segundo trasero, sale blandeando; sin empujar. Aplausos en el arrastre.
Cuarto toro: Japonés de 591 kgs, Puyazo al relance y derriba al caballo y a Guillermo Marín, segunda entrada muy dura poniéndole casi debajo del caballo, el toro sale muy suelto. Silencio.
Quinto Toro: Portentoso de 555 kgs. Román le pone en suerte y entra con prontitud y en el encuentro derriba al caballo y al picador; lo coloca más lejos y el toro al segundo encuentro recibe un puyazo sin dureza; nos hubiera gustado ver una tercera entrada. Silencio.
Sexto toro: Platudo de 557 kgs. De salida sin pararle, derrota y choca contra el burladero del 7, lo que le hará resentirse durante la lidia; en las dos entradas casi no se le pica, quedando muy flojo para la lidia. Silencio.
David Galván de “tabaco y oro”. Sufre un serio percance en su primero y no podrá continuar en el ruedo. Le envío mis deseos de pronta recuperación y una próxima oportunidad en las Ventas.
Román, de” azul pavo y oro” Al primero de Galván lo mata de un pinchazo sin soltar y estocada desprendida seguida de un descabello, silencio. Estocada caída, oreja. Estocada trasera y descabello, estocada trasera y un descabello , silencio.
Ginés Marín, de “lila y azabache”. Pinchazo en lo alto sin soltar, ligeras palmas. Pinchazo delantero y estocada baja, silencio. Tres pinchazos sin soltar seguidos de una estocada media y dos descabellos, un aviso; silencio.
Ayer no nos aburrimos, en absoluto. Y eso que debería ser lo habitual en una tarde toros, por desgracia se produce muy pocas veces en los últimos tiempos. En el ruedo aparecieron toros de la A Coronada que dieron juego, tenían casta en diferentes grados y trasmitieron emoción y peligro propios de la casa. Pero sobre todo hubo un torero Román, que con facultades, cabeza y corazón puso en práctica el primer mandamiento del toreo que dictara en magistral lección Domingo Ortega: Torear es hacer pasar al toro por donde no quiere ir. Fue su tarde de demostración de dominio y valor ante toros con problemas que medían retadores a los toreros. Tras tener que matar al primero de la tarde por el percance de su compañero, se enfrentó con el tercero al que tras brindar al maestro Ponce, comenzó una faena con genuflexos, muy del gusto del de Chiva, seguida con derechazos por bajo que fueron obligando poco a poco al toro a embestir; el toro humillando y con casta se resistía y el torero aguantando, con la muleta baja sin quitársela de la cara fue dominando al toro y mandando en la faena; una tercera tanda con algunos enganchones, abriendo demasiado el compás para meterse en terrenos del toro; ayudados por bajo con fuerza y torería y todo estaba hecho. Faena de gran emoción que sin duda pusieron el toro con su humillación y entrega y el torero con su dominio; y así lo vivimos en la plaza. A ver si nos enteramos de que cada toro tiene su lidia y eso del arte tiene muchos matices, ¿es que no es arte dominar al toro?; emoción y mando es la esencia de la lidia; luego, el torear bonito. Román ha impartido en el ruedo una clase magistral de dominio y mando.
En su segundo, quinto del festejo, toro que desarrolló más peligro, tobillero y de gran humillación, demostró disposición, pero estuvo por debajo del animal. De nuevo inicios por bajo y derechazos revolviéndose el toro en los remates y buscando al torero en cada lance; con la zurda logra unos muletazos sueltos de mérito aguantando las embestidas del toro, pero no tuvo el domino que en el anterior, más pico y sin estarse quieto aunque logró sacarle uno a uno muletazos aguantando al toro, faena de indudable mérito, Gran tarde de Román torero que debe estar en muchos más carteles.
Ginés Marín tuvo una actuación marcada por las luces, de unos pases de recibo magistrales al segundo de la tarde firmados con una media prodigiosa, a las sombras de faenas sin colocación, sin mando, sin ideas como la hecha al complicado y peligroso sexto. Debo reconocer que le tocaron toros que exigían firmeza y cabeza para saber como hay que lidiar a los victorinos y se notó su falta de experiencia con este encaste; sin intentar someterlos de inicio, la muleta retrasada, sin bajar la mano en los pases, se vio desbordado a pesar de la disposición y entrega que quiso demostrar en todo momento. Sobre todo ante el cuarto de la tarde intentando hacer el toreo de pegar pases sin dominio al que están hoy acostumbrados, quedó en evidencia el ventajismo metiendo descaradamente el pico echándole afuera y descubriéndose ante el toro, que se hizo el amo de la situación; cuando se apuntan a estos carteles deben venir con la lección aprendida ya que a estos toros con casta y que aprenden rápido, hay que demostrarles en la lidia mando y poder, algo que Ginés Marín no supo o pudo demostrar, no debió ir a clase el día que se enseñó ese lección y aprenderla en el ruedo, es duro.
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