Un año más la Asociación el Toro ha celebrado un acto que comienza a consolidarse entre nuestras actividades y que ha reunido a un nutrido grupo de socios y aficionados que al menos necesitábamos del calor y la compañía mutua puesto que el mes de toros en Madrid ha vuelto a dejarnos muy pocas alegrías y lo que es peor, una preocupante sensación debido al negro futuro que nos espera por delante. Pero como bien decía nuestra presidenta Yolanda en sus palabras de recibimiento, este acto es necesario. Y lo es, porque nos da la oportunidad al aficionado pagano, base de esta Fiesta junto al toro por más que le pese a todos los taurinos, de criticar y denunciar las continuas tropelías sufridas. Hoy, contábamos además con dos críticos taurinos de reconocida “catadura”, si se me permite la expresión. Uno, D. Rafael Cabrera Bonet, que durante un tiempo dirigió la sección taurina de la Cadena Cope y al que echamos notablemente en falta desde que se produjo su ausencia en los micrófonos de la cadena episcopal, y el otro responsable de las crónicas publicadas diariamente en el Marca, D. Carlos Ilián. Abría el acto nuestra presidenta Yolanda Fernández y en varias pinceladas dejó sobre la mesa un resumen perfecto de lo ocurrido en el ruedo y que sintetizaba perfectamente el sentir general de nuestro colectivo, y a buen seguro de la práctica totalidad del buen aficionado madrileño. A destacar los siguientes puntos: • En primer lugar la disminución en la venta de abonos que ha hecho que se quedaran en taquilla precisamente 2.700 de los mismos con respecto al año anterior. Esto es un claro reflejo de la huída del aficionado, y de rebote ha favorecido la llegada de mayor público de aluvión generalmente ignorante de lo que allí se está desarrollando. En contrapunto, la lectura de la Empresa… todos los días con tres cuartos del aforo cubiertos y 5 “no hay billetes”. Las cuentas siguen “saliendo”… Y tanto que “salen”. • En el aspecto toro: ruina ganadera. Ha triunfado el medio toro, ese que sin picar (no olvidemos que la suerte de varas es inexistente la mayor parte de las tardes) se comporta como un borrego tonto y llega a la muleta sin molestar, perdiéndose todo el sentido de la emoción y el riesgo. Se pueden salvar ejemplares de Escolar, Adolfo Martín o Cuadri, sin olvidarnos de algún otro toro de Alcurrucén, pero ningún encierro ha resultado destacable en su conjunto global. A todo esto hay que unir el estrépito de veterinarios y Autoridad en los reconocimientos, que han permitido que la presentación de muchas corridas haya caído a puntos insospechados. • Las figuras: Desastre general en lo artístico –que no en lo económico, claro-. Sinceramente, con toda la temporada por delante firmada, Madrid les da exactamente igual. • No se puede dejar de reseñar el hundimiento de Alejandro Talavante en la gesta de los Victorinos, aunque quedara maquillada con dos orejas excesivas en su posterior comparecencia. • Y en cuanto al aspecto positivo, la emoción que embargó los tendidos propiciada por las actuaciones de la cuadrilla de Javier Castaño y la torería que mostró el propio matador animando y colaborando en el lucimiento de sus hombres, la faena de Iván Fandiño en el único toro que pudo matar, la buena dirección de lidia de Antonio Ferrera durante la tarde de los adolfos y la propia actuación de Talavante ante el manso de su segunda tarde, aunque como queda dicho debiera haber sido de una sola oreja. • En definitiva, y en palabras de la propia Yolanda Fernández, la Fiesta en caída libre y sin futuro. Tomaba a continuación la palabra Carlos Ilián para suscribir todo lo planteado hasta el momento y reconocer en primer lugar el alivio que le suponía encontrarse con aficionados que perciben la Fiesta desde este prisma, tan alejado de lo que se vende continuamente por los medios oficiales del taurinismo actual. Para él, y comenzando por el ganado, lo aparecido por la puerta de toriles en general han sido auténticos saldos comprados a precio de bravo. Se ha adquirido por parte de la empresa lo más barato del campo para “rebañar” económicamente todo lo posible durante este mes y salvar así el resto de temporada. En cuanto al comportamiento, no le gustó la corrida de Escolar, sí la de Adolfo destacando más al cuarto toro que al sexto, y el conjunto de la aceptable corrida de Parladé, donde según sus palabras se encuentra la verdadera reserva de casta en la casa Juan Pedro y no en el hierro “titular”. Cuadri cumplió las expectativas solo en cuanto a presencia y de entre las lidiadas por las figuras sólo se puede destacar en parte algún ejemplar de Victoriano del Río. Precisamente en cuanto a las figuras y entrando ya en el ámbito de los toreros, a destacar el estrepitoso fracaso de Alejandro Talavante en su encerrona. En opinión de Ilián observamos a un torero derrotado desde el principio, sin capacidad para sobreponerse a la tarde y con errores de planteamiento continuos. En definitiva, un fiasco en toda regla, eso sí, tapado absolutamente con dos orejas exageradas en su siguiente actuación que le han valido para que le proclamaran triunfador de la Feria…ver para creer. En cuanto a Morante, ya está bien de sus “actuaciones”, sus “espantás” teatralizadas -que no reales- y sus justificaciones con una verónica aquí y un muletazo allá. Hay que venir con TOROS y dejarse de farsas, pero parece ser que el de la Puebla no está por esa labor; Manzanares acomodado en ese toreo de perfil que tanto éxito le reporta por esas plazas de Dios pero carente de la profundidad necesaria para convencer al aficionado; Castella con sus faenas repetitivas y monótonas y Perera salvando su feria con una oreja facilona ante un importante alcurrucén, ha sido lo que ha quedado en la retina del crítico de Marca. Tomó a continuación la palabra D. Rafael Cabrera Bonet, actual Presidente de la Unión de Bibliófilos Taurinos pero aficionado apasionado ante todo, que engancha al oyente con sus discursos llenos de sensatez y conocimiento. Comenzó su valoración destacando la alarmante bajada de trapío del toro sufrida en Madrid durante los últimos años, acuciada si cabe desde la llegada de Matilla a la empresa. Otro punto destacable ha sido el esperpento de Corrida de Beneficencia programada para este año, donde según se tiene información, hasta 22 toros debieron reconocerse por no ser del “agrado” del señor Morante, algo absolutamente inadmisible en lo que debiera ser la primera Plaza del Mundo. Se volvió a reincidir sobre el batacazo de Talavante y Victorino y el bajo precio de las orejas otorgadas, haciendo excepción de la conseguida por Iván Fandiño y quizás la de Alberto Aguilar. En cuanto al apartado ganadero para Cabrera lo mejor se vio con la corrida de Adolfo Martín, bien presentada y con una muy buena pelea en varas del cuarto de la tarde –mejor que el sexto que salió suelto-, destacando en esa corrida la buena dirección de lidia de Antonio Ferrera. Y por último D. Rafael hizo hincapié en lo expuesto en el ruedo por la cuadrilla de Javier Castaño. Realzó la importancia de la lidia íntegra en los tres tercios pues va en favor del espectáculo y del propio matador, por mucho que los taurinos recalcitrantes se empeñen en lo contrario y es que no hay que olvidar que la lidia se compone de tres tercios, que a nadie se le olvide. La mañana fue avanzando, se nos echaba encima la hora de comer pero escuchando así hablar de toros, allí todo el mundo estábamos “entregados”. Aún hubo tiempo para abrir el debate y destacar aspectos como el auge de los toreros mexicanos de un tiempo a esta parte, el grave peligro que corre Las Ventas como plaza de temporada –empresa y Comunidad solo la quieren como coso de Ferias-, el querer y no poder de un torero tan querido como El Cid, la podredumbre que asola el periodismo taurino y preguntas que quedaron en el aire como, ¿quién se encuentra realmente detrás del entramado empresarial de Taurodelta? Para finalizar, y con un poso de tristeza y preocupación tras lo visto día tras día, con el miedo propio de alguien que ama la Fiesta como aficionado y que divisa hacia donde nos encaminamos, me quedo con la reflexión de Rosco: “el campo está lleno de mansos y moruchos, las figuras no asumen el más mínimo de responsabilidad, los presidentes consienten la estafa y la empresa baja cada vez más el listón porque la gente traga”. Tan triste como real. Así está esto.