Salón de actos Centro Cultural Maestro Alonso. Balance de la Feria de San Isidro 2012. Invitados: don Javier Villán y don Antonio Lorca. A la vista de lo malos que eran los carteles de las dos ferias (San Isidro y la del Arte y la Cultura) de este año de 2012 y comprobando paulatinamente los pésimos resultados que se fueron dando, a finales del mes de mayo la Asociación El Toro de Madrid organizó una reunión en la sala que se indica, con entrada libre, invitando, con el título y los invitados que se muestran, por medio de octavillas repartidas en las corridas y durante los apartados de las mismas a todos los aficionados, para que pudieran allí ese día exponer sus opiniones públicamente y ver si así surgían las posibles soluciones a los gravísimos problemas que actualmente tiene la fiesta nacional. A continuación se da un resumen de lo que se habló en dicho acto, al que acudieron unos cien aficionados.
Se comienza con el saludo del presidente, recalcando la nefasta feria que todos hemos sentido tarde tras tarde en el ruedo venteño y señalando que puede ser de las peores de la historia, si no la peor. A continuación el secretario adjunto hace una breve presentación de los dos críticos taurinos invitados y una sucinta biografía de ambos y les cede la palabra, por orden de veteranía. Javier Villán comenzó haciendo referencia a Rafael Ortega como un buen estoqueador que recuerda. Recalcó que en cuanto a toros en esta feria no ha habido una corrida completa, salvándose algo la de Alcurrucén. Siente que la mayoría de los animles lidiados no tienen las mínimas condiciones exigibles que se debe solicitar a la cabaña brava. Y añade que actualmente apostar por un torero es muy complicado. Se tiene que consolidar una idea que vaya más lejos de la arrogancia verbal, que queda patente tarde tras tarde. Dice que ha sido una feria para olvidar y piensa que a pesar de la crisis que atravesamos no es la excusa para que la fiesta esté como esté. Y finaliza su introducción diciendo que no hay fuerza política que pueda acabar con la fiesta (haciendo referencia especialmente a los nacionalismos vasco o catalán) aunque sí los propios taurinos, que son sus mayores enemigos. Al comenzar la presentación Antonio Lorca recuerda a Joaquín Vidal y le dedica unas palabras. Y añade que ha sido un triste balance, ciclo malo, tanto en la calidad de toros como en la actitud y capacidad de los toreros. No ha habido corrida completa merecedora de premio. Destaca como sucédaneo de lo que debería ser la descripción del toro actual que sale a las plazas. Ruina como sinónimo de toro. Añade que las figuras pasan de puntillas por Madrid y que la fiesta se desangra por la poca verdadera afición y por la generosidad del público para otorgar trofeos. Este cambio que ha llegado a la fiesta puede tener consecuencias impredecibles porque si no hay toro no hay lidia, porque ya no existe tampoco el torero heroico y sólo se valora el toro dulce. El toro ha dejado de ser un competidor y se ha convertido en un colaborador. Deja patente también la espalda que ha dado la sociedad a la fiesta, por lo que cada vez menos personas van a la plaza y como consecuencia en Madrid este año ha bajado mucho la afluencia de público. Recalca que la sangre debe estar presente siempre en el mundo del toro, pues enfatiza la tragedia como tal. Y hace mención al reciente programa de Telemadrid “Quiero ser torero”, donde no ha aparecido una sola gota de sangre en él y sugiere el interrogante de por qué. Y apostilla diciendo que eso demuestra que la gente que quiere llegar a ser torero se preocupa actualmente más por “ponerse bonito” y componer la figura que por la técnica para dominar al toro. La contribución de la pasividad de la autoridad ante esta situación hace más llaga sobre la llaga. Y termina su inicial disertación con una paráfrasis de la frase célebre que dijo Guerrita refiriéndose a Belmonte, pero aplicada a la fiesta actual: “Quien quiera verla, que se dé prisa”, porque piensa que tal como ha sido hasta ahora no será igual en el futuro. A continuación, tras las intervenciones iniciales de los invitados se pasa a dar la palabra a los aficionados. Joaquín comienza reflexionando sobre el medio toro actual y la falta de aficionados. Dice que al parecer existen intereses comunes del Canal-plus con la empresa y lo peor es que la información ofrecida es tergiversada y muchas veces falsa, siempre defendiendo a los taurinos ¿Qué podemos hacer los aficionados ante esto? Y explica a los asistentes que por eso se ha convocado esta reunión, para ver si algún aficionado da alguna idea o solución para luchar contra este estado de cosas. Y recuerda que aún quedamos algunos pocos que pagamos porque pueda surgir el milagro cada tarde (si sale un toro-toro) y ver algo de verdad, puesto que los jóvenes hoy huyen al ver algo tan aburrido como lo que se ve habitualmente, por lo que cuando desaparezcamos no habrá relevo. Por otra parte, la CAM siempre ha sido conformista, valida todo lo que le presente la empresa y no nos defiende a los aficionados cuando esa debería ser su principal obligación. Y como los medios de comunicación no cuentan lo que en realidad se ve ahí está el verdadero problema, que existen muchas mentiras en las crónicas. Y los que no saben de esto se las creen. Siento incapacidad para dar una solución, contesta Villán. A los aficionados nos queda poco que hacer. Queda la protesta, sí, pero en la plaza y tener un nivel de exigencia cada vez mayor y ser fieles a la verdad, pues la emoción viene dada por el riesgo y el problema es que el riesgo está desapareciendo. La cabaña brava está en vías de extinción y sólo tenemos la esperanza en una serie de ganaderías que podrían otorgar algo de verdad a esto, pero ésas están vetadas por las figuras. Villán recalca que el toro no debe ser colaborador, sino que tiene que tener su instinto de raza, casta y genio, comportamiento en el que no existe la “nobleza” (lo que buscan los taurinos), lo que tiene que haber es casta, aunque ésta pueda ser buena o mala ¿Toro interesante? ¿Qué es eso? se pregunta Villán. Y eso es lo que mencionan los críticos taurinos del momento. Yo estoy en desacuerdo, recalca, pues no tiene nada que ver ser el triunfador de la feria con las puertas grandes baratas que hemos visto. Comenta ahora Gonzalo que describir algo lo hacen cientos de blogs ¿Qué debemos pedir entonces a los periodistas, que para eso son licenciados? Pues aparte de describir tienen que enseñar, decir por qué está mal algo, porque para una simple descripción todos valen. Y pone como ejemplo el explicar al público que el peso del toro debe estar acorde con el encaste. Los periodistas taurinos dan por sabido cosas que, si las dijeran, la gente aprendería y se aficionaría, comenta finalmente Gonzalo. Villán valora el breve espacio que les dejan para escribir de toros. Y añade que se debe dar el juicio honrado y no solamente el simple y llanamente valorativo y descriptivo. Lorca, como decía Juncal, añade “tomo nota”. El acto sigue con una exposición por parte de Facundo, realizando un balance sobre la feria. Fracaso ganadero arrastrado y esto no es de ahora. No se pueden facturar tantas corridas como se viene haciendo, pues con un toro encastado no hay torero que las resista. Las puertas grandes están maquilladas. Y añade que hay que entender a los toros, pero actualmente no hay toreros, ni conocimientos, ni ganas de saltar esa barrera. Se detiene explicando el término de banderillear “de poder a poder” porque quizá, por desgracia, muchos aficionados no lo verán en su vida. Habla también del toro que ha salido este año en Madrid. Ciento cuarenta y cuatro toros se han lidiado en esta feria. Dice que es mentira que los toros hayan de ser pequeños para poder lidiarlos. Añade que sólo en ocho de estos toros lidiados estuvo presente la bravura y no completa (de un total de 144). Se han devuelto por invalidez nueve toros, el toro devuelto ha sido de un peso medio de 554 Kilos y los no devueltos de una media de 557 Kilos. Y esto es una demostración de cómo confunden a los aficionados jóvenes. Y finaliza diciendo que la mayor parte de los toros no es que no valgan, es que nos ocultan verdaderamente al toro y no sabemos realmente cómo es. Villán informa de que se dará la mayor difusión posible a este acto “para que la gente se dé cuenta de que algunos no tenemos una actitud para nada pasiva”, dice. Sugiere mantener y quizá ampliar el espacio para hacer crítica taurina, acentuando que algunos medios se plantearán continuar o no con la información taurina, porque hay falta de calado social y actualmente todo lo que se publica depende de la importancia social o económica que tenga. Interviene a continuación José Manuel y felicita a la Asociación El toro de Madrid por el editorial del último número del boletín “La Voz de la Afición”, explicando que no se pueden analizar mejor los diez problemas que atraviesa la fiesta en este momento. Aclara que Manuel Molés engaña a la hora de dar la información durante la corrida porque lo que se ve en la plaza nada tiene que ver con lo que se presencia en el tendido. Dice que eso tiene una influencia terrible en los nuevos aficionados y que a él le mantiene aún la ilusión hoy el poder ver algo de lo que se veía hace veinte años. Y añade que debe darse la importancia a cada cosa en su lugar y en su momento. Y si esto no lo resuelve el aficionado, esto se acaba, pues los taurinos quieren que siga igual. Acusa de la falta de conocimiento en el espectador a la hora de ver una corrida de toros, pues los periodistas no enseñan, ni les interesa decir la verdad. Lorca apunta a continuación que Sevilla tiene un sentido torerista de la fiesta y a la mayoría de ellos les importa más llevar corbata que lo que salga por chiqueros. Allí no importa el toro y se ha perdido mucha afición. También añade que hay un grave problema en la difusión de información y el futuro de la fiesta depende de esto, pues si no la gente estará en la auténtica ignorancia. Tras dos horas y media de tertulia y tras las ideas presentadas se propuso tomar las siguientes acciones. Hacer un MANIFIESTO público en el que se expongan todas las cuestiones debatidas, con un informe mostrando las corridas en las que se ha incumplido el Pliego por parte de la empresa, con la aceptación de la CAM. En él se exigirá ENSEÑAR la realidad de cómo está la fiesta, para que crezca la afición y pueda expandirse realmente el conocimiento de la misma, no el torcido que algunos le quieren dar. Y reclamar públicamente la EXIGENCIA a las autoridades, tanto a la presidencia en el palco como a la Comunidad de Madrid, para que en las demás plazas se tenga constancia de la importancia de este coso y que no dé lugar a confusión cuando algún aficionado de fuera venga a la plaza de Las Ventas y pretenda dar orejas y puertas grandes de autobús a algunos toreros. Esa mañana sólo fuimos unas cien personas las que nos reunimos para analizar y aportar ideas para que esto se salve y perdure y ahora dejo esta frase para reflexionar: “Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”.