En la penúltima tertulia celebrada en nuestra sede de Casa Patas, nos visitó el ganadero Fernando Cuadri, para hablarnos de ese encaste propio y atípico del que es propietario. Fueron dos horas donde la tertulia resultó amena y entrañable. Da gusto y es un auténtico placer escuchar a este hombre de campo, andaluz y perfecto conocedor de su ganadería. Cuántas enciclopedias se resumieron esta tarde en Casa Patas…tertulia de obligado cumplimiento para todo buen aficionado que se preste. Después de contarnos los inicios de la ganadería donde su padre D. Celestino siempre tuvo claro el tipo de toro que quería, para los aficionados, defendió que al fin y al cabo el toro es el auténtico protagonista de nuestra fiesta donde los conceptos de casta y bravura son fundamentales para la cria de toros bravos. “El toro encastado embiste para coger y si se abrieran las puertas de la plaza, seguiría embistiendo; en cambio, el descastado tardaría 15 minutos en llegar a la finca si pudiera…” Tras hacer hincapié el invitado en el tema de la consanguinidad, defendió que “el ganadero debe guiarse siempre por su propia intuición”. Se hizo referencia también por parte del ganadero a lo ocurrido en la corrida de Beneficencia del año 1983 lidiada en Madrid con un resultado malísimo. Al término de la misma, su padre mandó al matadero 61 vacas y un semental, y por ello estuvieron sin lidiar un pitón durante seis años. Qué bien se pueden hacer las cosas cuando se quieren hacer. Seguimos disfrutando con las anécdotas que nos cuenta D. Fernando de toros ilustres que ha dado esta ganadería, como “Miseria”, “Jaramago”, “Clavellino” o “Poleo. ¡Casi nada! Y no nos cansamos de escucharle, y seguía con más anécdotas, vaya tela… No cambie nunca ganadero que usted siga criando toros bravos para que nosotros podamos seguir disfrutando de ellos. Y me fui a casa con la sensación de llevarme un puñado de tomos que me han ilustrado durante estas dos horas. Muchas gracias y mucha suerte ganadero.