Visitó La Asociación Juan Pedro Domecq Morenés, hijo del desaparecido Juan Pedro Domecq Solís, cuarta generación de ganaderos de bravo, cuya estirpe fue creada por su bisabuelo D. Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio. La cita causó una gran expectación y atrajo a un gran número de aficionados hasta el punto que muchos tuvieron que seguir la tertulia de pie. Según explicó nuestro invitado, su antepasado se convirtió en ganadero de reses bravas con el propósito de promocionar sus bodegas. Lo que no explicó es si el fundador de esta ganadería intuiría que con el tiempo marcaría un antes y un después en el devenir de la cabaña brava, que trajo como consecuencia la imposición de las figuras de torear el toro “creado” por esta familia dadas las garantías que este encaste ofrecía a los toreros. Las consecuencias en que ha derivado este hecho son sobradamente conocidas, ya que las raíces ganaderas de sus antecesores han germinando de tal manera en el ganado bravo que salvo tres o cuatro familias que mantienen su encaste creado a través de muchos lustros, el resto, por imposición del taurinismo, han tenido que llenar las dehesas con animales de esta procedencia si querían vender sus reses, llegando hoy a denominarse el “monoencaste” Domecq. Este hecho junto con las preferencias acomodaticias de los toreros, ha ayudado negativamente a la desaparición de muchos encastes emblemáticos del campo bravo español. Esta es la realidad, se puede adornar de muchas maneras, pero todas las opiniones llegarán al mismo punto: eliminar la sensación de peligro y así desvirtuar la emoción que este tipo de animal debe ofrecer por naturaleza. Como viene siendo habitual comenzó la tertulia con una presentación de nuestro invitado por parte de la presidenta de La Asociación, agradeciendo su asistencia para que a través de sus comentarios y de las preguntas de los aficionados, conocer los detalles de sus ganaderías, sus proyectos y su compromiso actual con la fiesta. Continuó destacando el buen juego que habían dado en la última corrida de la Prensa los toros de Parladé, ganadería de su propiedad, ya que estuvo en la línea que demanda el aficionado: el toro de verdad. Nuestro invitado se hizo cargo de las dos ganaderías tras el fallecimiento de su padre, D. Juan Pedro Domecq Solís. Continuó la presidenta calificándolo como un ganadero de prestigio, siendo su abuelo uno de los inventores del toro moderno, ya que el público de aquella época demandaba otro tipo de toro, al cual definió como “toro-artista”, aunque con el paso de los años este hecho ha degenerado en algo que seguramente no esperaban los autores de este encaste. Dentro de la presentación continuó Roberto, con una síntesis del origen de su ganadería, destacando que después de adquirir la de Veragua, en el año 1.930, debutó en Cádiz un año después con una novillada, y posteriormente, el 17 de junio de 1.931, en Las Ventas en la corrida de la primera inauguración de la plaza, festejo a beneficio de los parados de la Republica. El ganado lidiado fue de distintas ganaderías y el que aportó su bisabuelo fue lidiado por el torero de Sestao, Diego Mezquiarán, Fortuna. Una vez que tomó la palabra el ganadero se definió como “torista” y que compartía muchas afinidades con los aficionados, definiendo que el toro es la base de la fiesta, alabando a la plaza de Madrid, la que considera su plaza, que es la que más repercusión tiene en el mundo taurino y los políticos deberían tomar buena nota de este hecho, con el propósito de engrandecer la fiesta. Para eso hay que pedirle permiso a los taurinos, añado. Continuó diciendo que en la actualidad se ha perdido el respeto a los ganaderos, matizando que esa opinión no iba en contra de los aficionados. Respecto al resultado de su ganadería se siente muy orgulloso del juego ofrecido por sus toros durante la temporada de 2013, sin olvidar que los ganaderos deben adaptarse a la época, siendo esta una línea maestra de su trabajo, según reiteró en varias ocasiones durante su exposición. Continuó diciendo que cuando su bisabuelo adquirió la ganadería de Veragua, pudo comprobar que este ganado no se adaptaba al toreo que el público demandaba en aquel tiempo:; por ello decidió cambiar el encaste de su ganadería optando por la sangre de procedencia Fernando Parladé, eligiendo parte de dos de las cuatro particiones que este ganadero llevó a cabo cuando realizó la venta: Tamarón-Conde de la Corte y Francisco Correa-Ramón Gómez Figueroa, considerando a éste último ganadero el artífice del origen de la ganadería heredada por nuestro invitado. En cuanto a la sangre Veragua fue eliminada a través de las ventas que llevaron a cabo los herederos de su bisabuelo, aunque en su ganadería aún deben quedar reminiscencias de lo veragüeño ya que algunos de sus toros siguen mostrando la capa jabonera característica de esta ganadería. Los aficionados podemos estar de acuerdo o no con la línea de selección que ha llevado su familia, pero lo que fue evidente es que el ganadero no pudo evitar emocionarse al mencionar la labor llevada a cabo por su padre al que definió como un investigador del toro. Expresar públicamente sus sentimientos es algo le que le honra. Continuó exponiendo que ha tratado de adaptarse a los tiempos en la crianza del toro bravo, destacando que un animal desde los tres años a los cuatro pasa de pesar 300 kg a 500, con el fin de adaptarlo a las exigencias del público; y esa es una labor muy complicada, añadiendo que a esta dificultad se une que los resultados de las decisiones que se toman en la ganadería son lentas y cualquier desacierto puede originar un desastre. Con el fin de tratar de evitar este hecho, suele cambiar todos los años un 10 % de las vacas. El turno de preguntas al ganadero comenzó con la exposición de un aficionado sobre el comportamiento de sus toros en la temporada pasada, hecho que al parecer ha creado en el taurinismo reinante un rechazo a su ganadería, ya que los toreros que mandan en la fiesta, no quieren toros que “piden el carnet”, como el toro de nombre Grosella, lidiado por Iván Fandiño en la corrida de la Prensa. Sobre este toro respondió el ganadero que si lo hubiera toreado Morante la hubiera liado pues considera a este torero como el que más le exige a los toros, añadiendo que es difícil que salgan seis toros como aquel. Llamó mucho la atención este comentario tan generoso hacía el torero de Puebla del Rio, ya que al parecer ha rechazado la corrida que la empresa de Madrid le ha ofrecido de esta ganadería para el próximo en San Isidro. Hecho que el mismo ganadero nos confirmó. Así son las figuras, en cuanto una ganadería le exige a los toreros a través de la casta, le dan la espalda; pareces ser que necesitan el “burro-toro” para desarrollar su arte, consistente en torear para fuera metiendo el pico de la muleta y fuera de cacho, añado. Un aficionado interviene repasando su ganadería a través de los años, destacando el periodo desde 1.930 a 1.940. Consideró que a partir de entonces hubo dos ganaderías diferentes, la de Veragua, mansa, y la de Vistahermosa-Conde de la Corte, brava; por lo que decidieron deshacerse de la sangre de Veragua. También añadió que no le criticaba el comportamiento de sus toros sino las ventas llevadas a cabo sin control sobre todo a señores irresponsables, convertidos en ganaderos a la sombra del “ladrillo” causando un daño irreparable en las ganaderías, ya que la sangre brava se ha ido corrompiendo; criticándole al ganadero que habían vendido más de lo que debían haciendo un mal uso de la demanda en épocas de inflación de festejos y de enriquecimientos rápidos. Ante esta exposición contestó el ganadero que “no existen ganaderías, pero si ganaderos que se ajustan a la demanda existente”. En este punto le salió su vena empresarial más que de aficionado, añado yo. No quiso afrontar la pregunta de una realidad evidente, ya que la verdad siempre es difícil de lidiar porque se parece mucho a un “toro encastado y en puntas”, donde se descubre al torero y no valen las mentiras, añado. Sobre los toros jaboneros apostilló el ganadero que esta característica es un gen dominante, recordando que su abuelo creó un toro basado en lo procedente de Curro Chica, Atanasio y otras sangres, adaptándose con genialidad al toro que deseaba. ¿Qué ha ocurrido con este caudal genético? Pocos ganaderos han sabido encontrar la bravura en este encaste, siendo Francisco Medina uno de los pocos exponentes, junto a Victoriano del Rio, los que se han librado de la mediocridad aportando a la cabaña brava lo que en su día querían los que apostaron por este encaste; eso sí, siempre pensando en el beneficio de los creadores de arte; de ese arte sin relevancia, donde la prensa ha sabido vender lo vulgar a precio de oro, pensamos muchos aficionados. A Victoriano del Rio, lo consideró un ganadero sensible, logrando sus propios “productos” (de nuevo lenguaje empresarial) con ganado de Domecq y los Bayones, pero la consanguinidad creará muchos problemas, apostilló. Se le preguntó, ¿qué busca en la selección de sus toros? respondió que sus preferencias están en satisfacer al público que acude a las plazas y su proyecto se llama Juan Pedro Domecq. En la actualidad tiene 500 vacas en ambas ganaderías: 400 en la primera y unas 100 en la de Parladé; pero en ambas lleva la misma línea de selección persiguiendo que el toro llegue al último tercio con fuerza, considerando que la figura busca en el toro la perfección que no existe y el toro que exija poco. Adelantó que la corrida que trae este año a Las Ventas es cinqueña, y que por este motivo, las figuras no se han apuntado a ella. Le preguntan sobre el semental de nombre Ilusión, ya que se dio la circunstancia que los ganaderos iban a comprarle ganado que procediera de este semental, de capa jabonera. Aclaró el ganadero que en el año 1.970, su tío Salvador se separa partiendo con ello la ganadería y en la parte que le correspondió a su padre no había ningún animal de capa jabonera. Este hecho le causo un disgusto a su madre ya que a ella le gusta mucho esta capa. Por este motivo, su tío, que era muy generoso, tuvo la deferencia de regalarle la vaca Ilusión de capa jabonera, de donde procede el toro del mismo nombre. De ahí que otros ganaderos también tengan toros de capa jabonera pues son descendientes de este semental. Preguntado sobre el predominio de la sangre de Mora Figueroa y Conde de la Corte, apuntó el ganadero que el 80 % es de Mora Figueroa y las vacas del Conde de la Corte. Comentó también que las vacas de Juan Pedro Domecq las cruza con siete u ocho sementales de Parladé. Otro aficionado le indica que analizando estadísticas de los últimos años los tres toreros más fieles a su ganadería han sido Morante, Manzanares y Enrique Ponce que en cambio ahora, no quieren torear sus toros; opina el ganadero que cuando los toros tienen más motor les dan la espalda, añadiendo que el ganadero tiene más recorrido que los toreros y éstos deberán adaptarse pues son figuras del toreo porque el público va a verlas. Sobre los toros indultados de su ganadería comentó que suele echarlos para padrear ya que por medio del indulto el público manifiesta sus preferencias y así es una manera de que éste participe en la labor ganadera. Respecto a lidiar los toros cinqueños, comentó que es para ajustarse más a las preferencias del público. Hace referencia a la cogida de Julio Aparicio en Las Ventas, cuando un toro de su ganadería le taladró la garganta, comentando que esta cogida fue producto de un accidente y no lo consideró un motivo para que las figuras no quieran acartelarse con sus toros; valora mucho la opinión que tiene de sus toros José Tomas; comentó que el torero de Galapagar los considera muy obedientes, ya que siguen la muleta y si no fuera así no podría hacerse el toreo actual. Un contertulio hace referencia al problema ancestral de los toros de Veragua, que se paraban en el último tercio, añadiendo también que su ganadería tuvo muchos altibajos durante varios años en relación a su comparecencia en Madrid ya que en aquella época ninguna figura quería torear estos toros. Fue a partir de 1.965, cuando Paco Camino comenzó a exigir este ganado; desde entonces se hizo habitual su presencia en el coso venteño. Respecto a la plaza de Madrid, comentó el ganadero que su padre buscaba siempre en sus toros la bravura y no el tipo, ya que los toros grandes deben tener más motor para mover un esqueleto con más volumen y ese cambio lleva su tiempo. Como ganadero vio reflejada su labor en el toro de Fandiño, en la mencionada corrida de la Prensa del pasado año, aunque comentó que el torero no pudo sacárselo a los medios por causa del viento. Definió la casta como sinónimo de bravura y busca que los toros acometan de principio a fin de la lidia, considerando el genio como mansedumbre. Para esta temporada tiene preparadas 15 corridas entre las dos ganaderías y está adaptando el programa informático de mejora genética original que diseño su padre para el análisis de los caracteres de los animales, así será más completo. A pesar de las dos ganaderías comentó que no vive exclusivamente de ellas. Otra de las preguntas realizadas fue ¿para qué tipo de público cría sus toros y que pensaba del Plan Pentauro? Respecto a sus toros, comentó que basa su selección buscando que los públicos se emocionen en la plaza, respetando las opiniones de todos, añadiendo que siente mucha pena cuando los toreros no han estado a la altura de sus toros. Para muchos aficionados que estábamos allí pensamos que su concepto de emoción es sinónimo de triunfalismo orejil a base de faenas largas, aburridas a toros sin peligro, añado. En cuanto al Pentauro considera positivo el hecho que los políticos se preocupen por la fiesta, mostrándose partidario que haya pasado a Cultura y espera que bajen el IVA. Considera los espectáculos menores la base de la fiesta y que los `políticos debían dedicarse a legislar con el fin de cambiar las leyes para potenciarlos y no cargar la responsabilidad sobre los que representan a la fiesta, ya que cada uno defiende su parcela: ganaderos, toreros, empresarios…. Respeta a las personas que hacen un esfuerzo por comprar una entrada para acceder a la plaza y con ese fin busca la crianza de sus toros para que asista el máximo número de espectadores. Eso se consigue criando el toro que genere emoción en los tendidos, que ya vendrán toreros que quieran enfrentarse a ellos. Para eso los ganaderos tendrían que dejar de ser servidores de estas figuras irresponsables con la fiesta, añado. Respecto a los toreros actuales destaca a José Tomás y a Morante; al primero porque ha conseguido poner a todo el público de acuerdo y a ambos porque son los únicos que pueden llegar a emocionarlos. Con relación al cuidado de la ganadería, comentó que el nutricionista Javier Cañón le hizo a su padre un estudio genético de su ganadería llegando a la conclusión que el 50 % del comportamiento del toro estaba definido en su manejo; concepto amplio que abarca muchos aspectos, entre ellos la alimentación, el ejercicio al que lo someten, el trato en el campo etc. faenas que hay que cuidar pues generan mucho estrés al animal. Considera la alimentación una ciencia aún por investigar basando estas afirmaciones en las experiencias que ha tenido en su ganadería. Destacó que los animales acusan mucho los problemas alimentarios. A modo de ejemplo nos comentó su experiencia en este sentido en su propia ganadería; en pasadas temporadas tuvo problemas con el exceso de maíz en el pienso con engordes excesivos de los toros por lo que al año siguiente supo rectificar a tiempo y cambiar las cantidades de maíz en el pienso, ayudando a lograr un peso más equilibrado. Para el estrés utiliza un complejo vitamínico, sobre todo para el traslado a la plaza, ya el hábitat natural de la res es estar en la libertad del campo. Respecto al ejercicio, apuntó que en estos animales es efectivo 6 u 8 meses antes de ser lidiados pues es cuando los toros desarrollan la musculatura. Con relación al afeitado un contertulio añadió que en la temporada pasada se habían analizados muy pocas astas de toros, aportando el ganadero que es muy difícil determinar su manipulación. Sobre las fundas comentó que las utiliza y han permitido mantener la integridad de las defensas. De esta manera y con la incredulidad de muchos de los asistentes sobre algunos de los comentarios de nuestro invitado, que en algunos momentos supo nadar y guardar la ropa, terminó esta tertulia donde el ganadero D. Juan Pedro Domecq Morenés expuso sus teorías sobre la crianza y el mantenimiento de una ganadería que en su trayectoria ha servido para llenar la dehesa española de esta sangre; su elección por parte de nuevos ganaderos ha servido para que muchos de ellos hayan estado al servicio incondicional de los taurinos, olvidándose de la casta y la bravura, aunque en la opinión de nuestro invitado sea esta “su propia virtud”. Esperemos, así lo deseamos los aficionados, que siga el camino marcado por el toro Grosella de Parladé, pues consideramos que buscar la verdadera casta es la única condición que cada ganadero debe exigir a sus toros para intentar levantar esta anodina fiesta. Sin toro de verdad no hay emoción sr. ganadero. Gracias D. Juan Pedro