No se veía cemento, estábamos los que van siempre y los que no vienen casi nunca. Hoy venía El Cid. Tras unas breves palabras de introducción de nuestro presidente José Carlos, en las que también hubo una mención para los representantes de la Asociación para la recuperación de la Casta Jijona allí presentes, nuestro querido colega Rosco felicita a Manuel Jesús, primero por el reciente nacimiento de su hijo Rodrigo, y también por haberle sido otorgada la Oreja de Oro, premio que concede Radio Nacional al mejor matador de la temporada. La tertulia comenzó tratando el acontecimiento quizá de más importancia de la temporada pasada, los 6 Victorinos de Bilbao. Digo quizá, hablando desde el observador generalista e incluyendo la vuelta de Tomás, pero no es quizá sino seguro, desde la voz del aficionado. Comentaba el Rosco, que al terminar la gesta fue a ver al torero, y El Cid parecía haber envejecido –él mismo comentó que perdió 3 kilos-, y emociona escuchar como ese 6º toro, ese al que no se le dio la importancia debida siendo el más serio de la corrida, se le paró para medir al torero, y como Manuel se la puso baja invitando a que embistiera. Y lo hizo… paso cuatro veces con mucha fuerza, fue suficiente para nunca olvidar ni la arena negra de Bilbao ni nada de lo que allí ocurrió. Manuel nos cuenta que necesitaba una tarde como esa, un triunfo fuerte para poner a más gente de acuerdo. ¿Las claves? - Estar físicamente preparado, pero sobre todo mentalmente concentrado y convencido de lo que quería. Y yo lo estaba, en ese periodo estaba matando toros a diario y me encontraba pletórico. Al público le costó entrar en la corrida, hasta el tercer toro la gente estuvo fría, pero a partir de este tercero disfruté mucho viendo a los aficionados, no me cambiaba por nadie. - Pero en el sexto, tuviste que perder para luego poder ganarle… - La verdad es que ninguno salió como me hubiera gustado, rebozándose en la muleta; al principio tenía que enseñarles, poderlos para luego torearlos. - De todas maneras, ¿qué pasa con Victorino? Cada vez vemos menos toros encastados de verdad; vemos toros embastecidos, de 600 kilos y sin trapío. ¿Qué está intentando sacar el ganadero? - Sí, es cierto que la ganadería pasa una mala racha, por un lado salen menos alimañas, pero por otro, la gran mayoría de los toros de Victorino humillan menos, por lo que también trasmiten menos…quizá esto ha venido por la búsqueda de un toro más regular, pero estoy convencido de que es una mala racha y de que Victorino volverá a sacar los toros de siempre. De hecho creo que está pensando en quitar vacas para volver a la ganadería de antes. (Al decir esto se escuchó murmullo de incredulidad) - ¿Y cuáles son los secretos para torear a esos Victorinos de siempre? - Os voy a contar sobre una cogida que tuve con un Victorino en Pamplona. El toro se acostaba mucho por el lado derecho y creo que me cogió por que le perdí pasos, le quité la muleta y me vio, y a estos toros debes llevarlos muy tapados, puedes perderles pasos y seguir ligando los muletazos ya que el toro bravo no quiere cercanías, pero estos toros quieren las cosas desde el principio sin fallos, aprenden muy rápido. No se le debe molestar, los inicios de faena son muy importantes, enseñarle el camino, que él crea que puede, que no vea hueco, muy tapado, todo muy suave…en el último tramo del muletazo casi hay que empujarlo para que pase, es lo más complicado. En el centro quince pases, lo dominas y después lo toreas. Salva preguntó al maestro: ¿Bilbao pudiera ser Madrid? - Claro que puede ser, de hecho mi idea es completar una gesta que creo que hasta hoy no ha sido realizada por ningún torero en la historia, matar 6 toros en Sevilla, 6 en Bilbao y 6 en Madrid. Y podrían ser de Victorino. Quiero realizar en Madrid mi última gesta de 6 toros por que para mí Madrid lo merece, poderosos recuerdos me traen tardes con los sentimientos a flor de piel… después de haber dominado al toro, torear con arte, rompiéndome la cintura, disfrutando de haber nacido torero… hasta hoy en Madrid sobre todo en tres ocasiones: con Guitarrero, con un Victorino que pinché y con otro de Alcurrucén. En Madrid me siento muy a gusto, Madrid siempre me lo ha reconocido. Recuerdo en la feria del 2005, la corrida de Alcurrucén cuando sacaban feliz a hombros a Rincón, yo sí que iba feliz; y aunque caminando, “después de esas dos vueltas al ruedo, era yo quien salía por aquella puerta” Inevitable fue que se hablara de otros toreros, pues aun huyendo de comparaciones, hoy es difícil mencionar un solo espada que demuestre la honradez que demuestra El Cid en la plaza. Y salió Ponce, y de Ponce Manuel dijo que gustará más o menos, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen, lleva 17 años sin cornadas y además, éste manda. ¿Y José Tomás? El de Salteras aquí no pasa de puntillas: - José Tomás se ha creado un halo de misticismo que no comparto; él está en su mundo, no habla con nadie, y un torero debe estar al lado del aficionado, saber como piensa, como siente. Claro que si él pone sus condiciones y se las aceptan… los que elegimos nuestro camino sabemos que a veces lo que más te conviene no es lo que más te llena. Una cosa tengo muy clara: para ser matador de toros hay que empezar en Castellón y terminar en Jaén; la ilusión no se puede perder cuando a uno le apetece. Yolanda, además de la alusión a su hijo Rodrigo mostrando sus dudas sobre si habían elegido el nombre en honor al Cid Campeador – aunque fue en clave de broma el maestro admitió que algo había- , le preguntó si El Cid hasta ahora torero de aficionados, comenzaba a ser torero de empresarios. ¿Puede hoy mandar en los carteles? - Todo viene con el tiempo. Hubo una época que decías: póngame usted donde pueda. De ahí pasé al: si me puede usted poner en… ahora me dicen usted va con fulano y mengano. Yo jamás he quitado a un compañero de un cartel; conmigo sí lo han hecho. Podría influir en los carteles pero no lo hago. - ¿Y la prensa? La prensa… la verdad es que no hay un buen feeling, no se creen que El Cid es un buen torero. A eso súmale que yo no soy un hipócrita, yo no subvenciono una revista que no habla bien de mí. En esta prensa, hay periodistas que son toreros frustrados y aunque es duro decirlo, proyectan su amargura y hacen daño a la fiesta utilizando su medio. El enemigo casi siempre está dentro. Sobre el futuro y ante la pregunta de Pepe Carlos acerca de la posible confirmación en Méjico, Manuel comentó que aunque a él le gustaría, está pendiente de una fecha a finales de enero aun sin concretar, hasta el final de la temporada mejicana no pierde la esperanza, si bien es cierto que le gustaría ir con una corrida decente, y no eso precisamente lo que estamos viendo matar en la temporada azteca. Después, ya tiene contratado Écija, Castellón, Arlés y se va así hilvanando la temporada, en total no quisiera pasar de las 70 u 80 corridas. Fueron muchas más las cosas que el maestro de una forma clara y valiente -como él es en la plaza- nos contó, dos horas que pasaron volando oyendo al que hoy muchos consideramos como el torero más merecedor del respeto del buen aficionado, el último que diría Faustino, que ha sido capaz de medirse en Madrid con un toro verdaderamente bravo. Suerte maestro, gracias por venir.