DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Las Ramblas, de procedencia Juan Pedro Domecq Solís y Salvador Domecq, El Torero. Ganado bien presentado y con romana, algunos en exceso como el sexto, pero salvo el segundo, el ganadero en lugar de embarcarlos para la primera plaza del mundo, debía haberlos enviado al matadero, pero claro allí pagan menos, pero la honra como ganadero vale muchos más.
Morenito de Aranda: De catafalco y plata. Estocada casi entera y cuatro descabellos. Silencio. Dos pinchazos sin pasar el fielato y media estocada y descabello. Silencio.
Juan del Álamo: De blanco y oro. Estocada atravesada y descabello. Saludos desde el tercio. Estocada atravesada. Silencio.
Tomás Campos: De marino y oro. Pinchazo metiendo la mano entre las velas, 2 pinchazos y dos descabellos tras aviso. Silencio. Estocada tendida y caída y otra desprendida. Se echó el toro. Silencio.
Presidente: D. Gonzalo J. de Villa Parro. El primero salió con las fuerzas justas y el presidente no hizo intención de mandarlo a los corrales. Se le protestó la decisión de no devolver el quinto por su condición de inválido.
Suerte de varas:
Valeroso. 597Kg: Negro meano. En la primera vara empujó pero en la segunda se quejó del castigo. Manso, descastado y blando de remos.
Sillero. 543 Kg: Negro salpicado. En la primera entrada al montado empujó y el piquero midió el castigo. En la segunda acudió suelto y empujó con fijeza. Manso descastado que se dejó torear. .
Taleguilla. 542 Kg: Se dejó pegar tapándole la salida el piquero. En la segunda se defendió. Manso descarado.
Artista. 570 Kg: Castaño. El picador le zurró la badana y el animal salió suelto. En la segunda recibió un picotazo y volvió a salir suelto. Manso y descastado.
Jabonado: 554 Kg: Castaño. Acudió suelto al caballo que tapaba puerta al no pararlo nadie de salida y se dejó pegar pero salió suelto. En la segunda entrada manseó.
Templador. 554 Kg: Castaño salpicado. Empujó sin clase, le tapó la salida el piquero. En la segunda entrada volvió a taparle la salida y cuando salía del caballo tuvo arreones de manso.
Cuadrillas y otros: El cartel reunió en la plaza una media entrada. El viento fue el protagonista e inquietó mucho a los matadores. Ante el comportamiento del ganado, las cuadrillas salvo alguna excepción, cumplió en banderillas. Jarochoestuvo aseado en la lidia del segundo, tratando de enseñar a embestir al burel sometiéndolo con capotazos por bajo.
El único toro que dio oportunidad al lucimiento fue el segundo y Juan del Álamo estuvo por debajo de su enemigo. Lo recibió en el anillo con una tanda al hilo del pitón, donde pudo verse las condiciones del toro y las del torero. Continuó con tandas escondiendo la pierna contraria, dedicándose a acompañar las embestidas del animal. En el toreo al natural no se acopló, y poco a poco fue desgranando una faena sin fuste. El toro terminó marchándose a tablas. El quinto le haría recordar la oportunidad perdida en el segundo, El animal acudía al engaño defendiéndose y con la cara por las nubes, lo pasó por la derecha sin ninguna posibilidad de agradar. El toro terminó midiendo las embestidas y el torero aplicando medios pases hasta que decidió tomar el acero.
Morenito de Aranda se encontró con un lote con pocas posibilidades. El primero de escasas fuerzas estuvo tocándola la muleta durante toda la faena. Lo pasó con la derecha pero mostrándose medroso. Al natural se limitó a cumplir. Si no había toro, era muy difícil que naciera de la muleta el toreo. Se puso pesado y los aficionados sacaron a relucir palmas de tango. Al cuarto intentó meterlo en la muleta pero su enemigo mostró pocas condiciones para mantener una pelea digna. Comenzó soltando la cara en cada muletazo y lo desarmó. Con la muleta en la derecha lo intentó pero el animal continuaba defendiéndose hecho que le produjo un segundo desarme. El arandino desistió y tomó la tizona.
El primer ejemplar de Tomás Campos apareció en el ruedo con una arboladura impresionante y los presentes le dedicaron una ovación. En realidad al animal le salvaba la cara, y todas las ilusiones que el público puso en él se volvieron rápidamente en decepción al ver el comportamiento que mostró en la lidia. Ajustándonos al último tercio, el torero de Llerena comenzó mal la faena, ya que debió castigar al manso sometiéndolo por bajo y no lo hizo. El viento también contribuyó a la desconfianza del torero y que lo enganchara por la taleguilla, saliendo ileso del trance. El animal no quería pelea y el torero quería jugársela para aclarar su futuro mostrando un valor frío tragando derrotes de su enemigo pero sin visos de triunfo con el toro amparado en tablas. ¡Qué temeridad! Comentó un aficionado próximo a mi localidad. El torero expuso demasiado para no sacar nada de un manso que no le ofreció ni el reconocimiento de su valor. Por último se la jugó en la ejecución de unas manoletinas, que nadie entendió y casi lo engancha de nuevo. El sexto se vino arriba en banderillas pero acudía a la muleta descompuesto. El matador debió haberlo sometido para tratar de corregir ese defecto, pero creyó que con su disposición solucionaría el problema que le presentaba su enemigo, el cual acudía con la cara alta. Ninguno de los dos encontró el sitio en el ruedo, siendo un toma y daca sin ningún valor que transmitiera a los tendidos. Otra vez será torero.
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