11 Junio 2017 | Escrito por Carlos M. Hernández Basilio. | Fotografías de Corrida de toros. 32ª de abono, y última de la Feria de San Isidro de 2017. Cuatro toros del hierro de Miura, encaste de reses autóctonas de Cabrera – Alvareda y Gil de Herrera, y dos sobreros 1º de Buenavista y 2º de El Ventorrillo (ambas encaste Juan Pedro Domecq). Fracaso sin paliativos de la ganadería de Zahariche que ha venido a Madrid con una corrida mal presentada, escurrida de carnes, descastada, con algunos toros fuera de tipo, blanda e inválida, hasta el punto de que dos de los animales fueron devueltos, pero lo debieran haber sido los seis. Don Eduardo se revolvería en su tumba si se enterara de que los dos sobreros fueron los únicos que cumplieron con los caballos y en la muleta. 1º) Laneto, de la ganadería de Miura. Nº 38, Nacido en Febrero de 2013. Cárdeno, bragado, meano, axiblanco. 527 Kgs. Justo de presentación y muy flojo, Sale cayéndose de la primera vara y no se pica en la segunda. Protestado durante toda la lidia. PITOS en el arrastre. 2º) Iluminado. de la ganadería de Buenavista Nº 26. Nacido en Diciembre de 2011. Castaño. 580 Kg. Se lidia sustituyendo al toro “Africano” de la ganadería titular devuelto en banderillas por su extrema debilidad. Aprieta en el caballo y se deja pegar. Recibe más que toda la corrida de Miura junta. Noble y soso para la muleta. Se le despide con algunas PALMAS 3º) Zahonero de Miura. Nº 55. Nacido en Marzo del 2013.Cárdeno, bragado, meano. 557 Kgs. Protestado desde la salida por su escasa presencia y debilidad. PITOS en el arrastre 4º) Torrijo de Miura Nº 28. Nacido en febrero del 2012. Cárdeno. 606 Kgs. Toro fuera del tipo de la casa. Manso de libro en el caballo y dobla en la muleta antes de que el matador monte la espada. PITOS en el arrastre. 5º) Nauseabundo de El Ventorrillo. Nº 26. Nacido en Enero de 2013. Cárdeno, chorreado, salpicado, girón, axiblanco. 590 Kgs. Segundo sobrero que sustituye al titular de Miura tras derrumbarse en el caballo, y que a la postre sería el que mejor juego dió tanto en el caballo como en la muleta. OVACIÓN en el arrastre. 6º) Escogido de Miura. Nº 28. Nacido en Enero del 2013. Cárdeno, axiblanco, coletero. 615 Kgs. Renqueante e inválido para la lidia y antirreglamentariamente mantenido por el Presidente. BRONCA en el arrastre
Rafaelillo: (Lapislázuli y oro) 1º) Pinchazo hondo en buen sitio y dos descabellos SILENCIO. 4º) Media estocada. DIVISIÓN DE OPINIONES.
Dávila Miura (Verde botella y oro 2º) Media que escupe y estocada caída. SILENCIO. 5º) Pinchazo y media. DIVISIÓN DE OPINIONES.
Rubén Pinar: (Azul pavo y oro) 3º) Pinchazo echándose fuera, pinchazo y Estocada. SILENCIO 6º) Estocada y 5 descabellos. SILENCIO
Presidente: Don Javier Cano Seijo, muy mal por haber permitido la lidia de esta corrida en los reconocimientos previos, y, por una vez comprobada su invalidez para la lidia en el ruedo, haber mantenido antirreglamentariamente a cuatro de ellos.
Cuadrillas: Nada que destacar del petardo banderillero de la tarde. Terminamos la feria sin que en un mes podamos recordar más de dos o tres puyazos bien puestos. Entre las muchas cosas con las que, prácticamente, se ha acabado en esta inaguantable feria está el Tercio de varas. . Por citar algo en positivo de la corrida de hoy tendríamos que irnos al quinto toro, sobrero de El Ventorrillo, con el que Alfonso Doblado se agarró bien. Incidencias y otros: Tarde soleada y muy calurosa. Casi lleno en los tendidos. Al inicio de la corrida el público hizo salir a saludar a Dávila Miura. Que se vestía de luces para celebrar los 175 años de la fundación de la ganadería de Miura. Se da la circunstancia que, ante el desastre ganadero, Dávila Miura no pudo matar ningún toro de la ganadería familiar al ser los dos devueltos por su invalidez.
Puede decirse que esta ganadería ha sido durante muchísimos años la más antigua y prestigiosa del orbe ganadero, pues desde 1842 (se cumplen ahora 175 años) permanece con el mismo nombre, en manos de la misma familia, y, aunque tardes como la de hoy nos hagan dudarlo, con idéntico encaste. Para que los lectores se hagan una idea de lo que significan estos 175 años basta pensar que en aquella época (1842 y siguientes), la Plaza de Toros de Madrid se encontraba junto a la Puerta de Alcalá (en lo que aproximadamente sería actualmente el cruce de Claudio Coello con Conde de Aranda), y que los toreros entre los que dividían su predilección los aficionados madrileños eran Frascuelo y Lagartijo. Pues bien esta histórica ganadería a la que los aficionados esperamos siempre con ilusión, y más después de una larguísima feria en la que se han impuesto dos hechos importantes (la feria de 2017 también pasará a la historia), el predominio del mediotoro-comercial, descastado y bobo, que va y viene, y al que no es necesario picar ni torear, sino simplemente acompañar poniéndose bonito, y, como consecuencia la desaparición del tercio de varas; pues bien, decíamos que esta histórica ganadería ha sido la puntilla a nuestras ilusiones, después de que hacía ya muchas tardes que habíamos doblado, rendidos al sopor, los bostezos y la falta de emoción de un mes de toros sin toros. En lo que toca a los toreros diremos que Rafaelillo se ha “enfrentado” a la embestida sosa, cansina y sin humillar de su primero. Sin colocarse en su sitio (ni puñetera falta que hacía) ni pretender torear; aquello que nos enseñaron de pequeños de “parar templar y mandar” y que ya tampoco hace falta. En el cuarto ha estado bien en las muy aplaudidas verónicas de recibo a un toro que si nos tapan el hierro nadie hubiera dicho que era de Miura. Después ha protagonizado una de esas faenas mezcla de lidia a la fiera corrupea, llena de mantazos y carreras y adornada con arrimones y desplantes, en uno de los cuales ha sufrido un arreón que le ha producido dos puntazos corridos de carácter leve, hasta que el torete se ha echado antes de que montara la espada. Dávila Miura ha tenido que pasar por el trago de no poder matar ninguno de los toros que había traído bajo el brazo desde su casa, por su extrema invalidez. Y no sólo eso, sino sufrir el oprobio de que los dos sobreros hayan recibido en el caballo más que todos los de Miura juntos, y hayan llegado a la muleta con clase como el de El Ventorrillo. En el segundo, que iba y venía, ha acompañado la embestida muy despegado y sin decir nada. En el quinto, el mejor de la corrida, ha tenido un buen inicio de faena a base de doblones por bajo, y una primera serie con la derecha que ha tenido sabor. Después ha desaprovechado la noble embestida, mal colocado y echando el toro para las afueras. (el GPS de un aficionado le ha situado en la Plaza de Manuel Becerra). Muletazos con la derecha tirando la espada al suelo (que detalle más feo) y adornos con gusto han terminado su faena, con división de opiniones en el tendido. A Rubén Pinar le ha tocado un lote imposible, entre las fuertes protestas del público, y el que si intentaba bajar las manos los animaluchos se iban al suelo. Ha sido imposible ni intentar torear. Y así, con el ruedo poblado de almohadillas se terminaba esta malísima corrida, colofón de una Feria que sólo se puede resumir como SHUUUUUUUUUU UN PETARDO