CORRIDA DE TOROS 17 de julio de 2021
Céret (FRANCIA)
Toros de Reta de Casta Navarra para Sánchez Vara, Octavio Chacón y Miguel Ángel Pacheco.
1ª de la feria de Céret en tarde calurosa, con lleno aparente en los tendidos de las Arenes de Céret.
Se lidiaron 6 toros de Casta Navarra, los 5 primeros, pasados los 6 años tras el acuerdo entre la Unión de Villas Taurinas y la ADAC motivado por las circunstancias que impidieron ver esta corrida en 2020, la singularidad del encaste y el trabajo de fondo del ganadero. A destacar también el apoyo por parte de las cuadrillas para hacerlo posible.
1er toro: 60, Catalino, con el hierro de Alba Reta (hija del ganadero). Nacido 01/2015 Chorreado colorado. 490 kg
2º toro: 56 Avinagrado, con el hierro de Cesar Reta Azcona (hermano fallecido del ganadero). Nacido 01/2015 Chorreado colorado. 490 kg
3er toro: 59, Tendero, con el hierro de Alba Reta. Nacido 01/2015 Chorreado colorado. 540 kg
4º toro: 11, Rabioso, con el hierro de Reta de Casta Navarra. Nacido 01/2015 Castaño. 510 kg
5º toro: 12, Contento, con el hierro de Reta de Casta Navarra. Nacido 01/2015 Castaño. 590 kg
6º toro: 67, Grandioso, con el hierro de Alba Reta. Nacido 04/2016 Chorreado colorado. 550 kg
Presidió la corrida el Sr A. Roques.
SÁNCHEZ VARA RETA A LA CASTA NAVARRA
Expectación. Máxima. Lo que se respiraba desde que se conoció que la Casta Navarra de Miguel Reta iba a lidiar una corrida de toros en Cerét. La espera la incrementó tras la fallida feria de 2020.
Y Gesta. La de un ganadero que se lanza a la aventura de devolver a las plazas un encaste olvidado un siglo atrás. Y la de 3 toreros y sus cuadrillas, que tuvieron el valor y la vergüenza torera de ponerse delante de unos animales cuyo comportamiento era una incógnita. Algunos con casi 7 años. Honor para ellos.
La dramática sardana que acompaña el paseíllo en Céret acrecentaba la atmósfera de tensión. ¡Qué sensación la de sentarte en un tendido y no querer cambiarte ni por los areneros! Rompió una ovación no ya de agradecimiento, sino de admiración a los 3 espadas.
Si hay una plaza en el mundo que pueda entender una corrida como esta, era la de Céret. Y si alguien podía conseguirla, era la ADAC. Una mezcla de saber perfectamente para qué estabas allí, y a la vez no tener ni idea de lo que pasaría en el ruedo. 3 horas de festejo y nadie se aburrió. Nadie se sintió engañado. Y eso es muchísimo en la tauromaquia de hoy.
Cada reacción de los de Reta, cada mirada, cada huida, cada embestida, cada lance…demasiado que contar para unas líneas. Vamos a lo que pasó en el ruedo.
Salieron todos muy serios y astifinos. Fueron duros y no doblaron una pata. Vimos toros veletos, abiertos, cornipasos, con cuellos musculados, tren delantero fuerte y miradas vivas. Pero también faltó esa agilidad y comportamiento vivaz y nervioso que nos cuentan de la casta navarra.
Vista con gafas del siglo XIX la corrida fue mansa. Pocos caballos habrían muerto si les quitan el peto. Vista en el siglo XXI la corrida fue una mansada descomunal. Era sentir el roce de la puya y huir despavoridos. Se sucedían picotazos, regates y persecuciones por el ruedo incluso a 2 caballos.
Uno de los que medio se quedó en el peto fue el 4º. Incluso derribó. Más por coger al caballo por los pechos, que por empuje. Un hilo de esperanza para agarrarse ahí el ganadero.
No esperábamos bravura desmesurada en varas, pero al menos sí cierta acometividad, arreones. Los tercios de varas fueron una secuencia de caballos al centro del ruedo, a toriles, persecuciones... Un muestrario de lidias al manso. Presenciamos varias escenas con 2 caballos en el ruedo persiguiendo el burel y este esquivando a uno y a otro. Vimos todas las lidias de manso posible. Para 1º, 3º y 5º, hubo banderillas negras.
Hay que destacar los 2 buenos puyazos que le robó Espartaco al 2º del lote de Chacón.
Y más complicaciones en banderillas. A las alturas del 2º tercio todos se emplazaban en toriles. Para muestra, un botón. Al 5º se le cambió el tercio con una sola banderilla negra puesta. A ver quién era el guapo que lo protestaba…
No seré yo quien quite un ápice de mérito a las cuadrillas, pero con los rehiletes no anduvieron sobrados de recursos. Véase los 2 pares al sesgo al 2º a cargo de Juan Conteras y Jose Fco. Borrero que levantaron a la plaza. Pero hasta ahí.
¿Y en la muleta? Los navarros se tragaban los inicios y echaban la persiana. A la defensiva. Cada embestida, un triunfo. Del torero y del ganadero. A veces hasta celebrado en el tendido. ¿Pudo pesar la edad? Pudo.
Y ahí emergió la figura de Sánchez Vara con el 4º, Rabioso. Serio, astifino, cornipaso. Más pinta de pitbull que de toro. Aterradora la mirada. Y frente a eso, un torero sereno. Seguro de sí mismo. Dominaba la escena. Toques firmes, muleta delante, pitón contrario y a poderle. Le robó 4 muletazos en redondo que crujieron la plaza. La emoción a través del peligro, de la batalla. Alguien lanzó un grito aire; ¡qué cojones tienes Francisco Javier!”.
No remató con la espada y todo quedó en una vuelta al ruedo clamorosa. Habíamos visto un héroe del siglo XIX. Vibrante.
Y toda la tarde en director de lidia, atento siempre al compañero y bien colocado. Qué mérito.
Octavio Chacón y Miguel Ángel Pacheco bastante tuvieron con hacer el paseíllo. El 1º, curtido también en 1000 batallas, se fue descomponiendo con el paso de la tarde. Por momentos la cara desencajada. Que no era para menos. Pero de quien ha toreado al demonio en lo más oscuro de Perú, pensaba uno que esto no le sobrepasaría.
Al joven de La Línea parece normal que la cita le cogiera verde. Al menos su lote le permitió recibirlos de capa. Sufrió un feo revolcón en el 6º sin más consecuencias.
Otro de los triunfos de la tarde, fue que todos salieran al pie. Gracias toreros.
Y esto fue lo que vimos. La sensación es que, tras 25 años de trabajo, Miguel Reta aún está muy al principio de un largo camino. Más aún de lo que podíamos esperar. Un camino fascinante, romántico y maravilloso. Como aficionados no podemos más que agradecerle su impagable trabajo. Todo lo vivido fue intenso. La previa, la tarde y post. Porque días después, uno le sigue dando vueltas a la corrida. Y eso es porque pese a todo, pasaron muchas cosas.
¡Gracias, fuerza y adelante ganadero!
Escrito por Alberto Palacios
Fotos: Andrew Moore
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