CORRIDA DE TOROS 18 de julio de 2021
Insípida corrida de Raso de Portillo para una terna que no quiso saborearla
En tarde soleada y calurosa se lidiaron 6 toros de la ganadería vallisoletana de Raso de Portillo, bien presentados, destacando el trapío del cornalón que hizo sexto y la preciosa lámina del cuarto de la tarde. Cumplidores en el caballo y faltos de poder desde que se dejaron la vida en el burladero, algo que hizo las delicias de fotógrafos y del Twittendido.
Se hizo entrega de un trofeo a Rafael González con motivo del XXV aniversario de su alternativa en Céret, al que el público aclamó con una sonora ovación.
Los 3 matadores salieron al tercio a recibir una ovación por parte del respetable antes de que saliese el primero de la tarde.
Jean Loup Aillet recibió el premio al mejor picador de la tarde, tras las cuatro puyazos que propinó al que hizo tercero.
Fernando Robleño (turquesa y plata): pinchazo y estocada caída. PALMITAS. Pinchazo y estocada baja y atravesada. PITOS.
Noe Gómez del Pilar (blanco y plata): pinchazo en lo alto, tendida que se suelta al instante, pinchazo en lo alto y media que se queda baja. SILENCIO. Media caída. LEVES PITOS.
Máxime Solera (blanco y oro): estocada atravesada. SILENCIO. Pinchazo y estocada trasera y atravesada. SILENCIO.
1º ULTRAMAR – nº 13 – 570 kg – 12/2016
En la primera entrada, desde una media-larga distancia, recibe un puyazo en la misma paletilla, apretando con la cara alta. Desde similar distancia, el toro acudió al penco por segunda vez, recibiendo un picotazo en la misma yema, cerrándosele la salida. No acude a una tercera vara tras colocarlo perfectamente Gómez del Pilar en un quite por chicuelinas, tras el inexplicable cambio de tercio por parte de la presidencia. PALMAS EN EL ARRASTRE.
2º TEJÓN – nº 3 – 530 kg – 12/2015
El primer puyazo lo toma desde una media distancia, empujando con un solo pitón. A similar distancia acude en una segunda ocasión, dejándose pegar. Peor fue la tercera entrada al penco, donde se le deja de largo y protesta en el caballo. PALMAS EN EL ARRASTRE.
3º QUIROMANTE – nº 37 – 540 kg – 12/2016
Se le pegó trasero en las dos primeras entradas al caballo desde una, apropiada, corta distancia. En mejor lugar cayeron las dos siguientes puyas, que tomó la res desde una larga distancia. Público enloquecido ante un animal que llega al penco y se deja pegar, inexplicable. PALMAS EN EL ARRASTRE.
4º AFAMADO – nº 15 – 500 kg – 12/2015
Acude a media distancia al caballo, recibiendo un buen puyazo en el sitio, empujando con un solo pitón de inicio para luego terminar de meter la cara y empujando con el rabo tieso. Un espejismo fue su segunda acudida, donde se queda quieto delante del caballo, mirando y cabeceando la vara. Repitió este comportamiento en la tercera entrada. PITOS EN EL ARRASTRE.
5º ALBARDADO – nº12 – 510 kg – 12/2016
Cumple en el primer puyazo, ligeramente trasero, arrancándose desde una media distancia. Desde similar distancia se arrancó en la segunda ocasión, dejándose pegar en puyazo ligeramente trasero. PITOS EN EL ARRASTRE.
6º PAGANITO – nº 23 – 500 kg – 02/2016
Le pusieron tres veces frente al caballo, en las que en la primera se dejó pegar en un puyazo que quedó bajo. En la segunda, desde una media distancia, cumple sin estridencias y en la tercera vara realiza una mejor pelea desde una media distancia. A más, pero sin destacar. SILENCIADO EN EL ARRASTRE.
Tarde de gran expectación la que generaron los toros de Raso de Portillo, por su brillante presente, rozando en numerosas ocasiones el ideal de bravura y por el reciente triunfo cosechado por la casa en la plaza francesa de Vic-Fresenzac. A su vez, tenían ante ellos la difícil tarea de “levantar la feria”, un fin de semana de muchos matices y muy pocas conclusiones (y las que se generaron, negativas fueron).
Es por ello por lo que la plaza tenía un ambiente lúgubre, tristón, desde que comenzó el festejo. A pocos festejos ha acudido un servidor en los que había mas runrún a un mes vista, que a instantes de romper el paseíllo.
Mala tarde del dueño y señor de Céret en la actualidad, Fernando Robleño, al que este festejo, junto con el del año pasado, está pesándole mucho ante una afición que le espera y que no se caracteriza en absoluto por tener demasiada paciencia. Pareció salir con ganas en su primero, estirándose de primeras con Ultramar con el capote, si bien aquello fue un espejismo que quedó en muchas series de tanteo para enseñar a embestir a su oponente, como sucedió en aquel grandioso festejo con Navarro de Valdellán, pero con distinto final. Bien es cierto que Ultramar se dolió constantemente de la mano izquierda y no paraba de berrear como si tuviera algún problema respiratorio. El caso es que por a o por b, aquello no encajó en ningún momento. Con el mansito segundo, Robleño lo terminó haciendo “bravo”, pues los toquecitos con la muleta y las carreritas para atrás hicieron que el astado se viniese arriba. Tuvo suerte Robleño.
Tuvo suerte porque el heredero al trono de Céret, Noe Gómez del Pilar, tampoco estuvo. Si llega a dar un pasito para delante, se lo come, levanta la feria y se pone a mandar en Francia. Cierto es que eso es mucho pedir ante toros tan faltos de pólvora, pero en festejos así cualquier chispa enciende la mecha que causa el alboroto. No vamos a negar en estas líneas que no cumplió en su primero, más cuando el bochornoso tercio de banderillas previo a la faena de muleta dejó al público calentito. El diestro pudo ver que el animal se rebosaba por el izquierdo, pero tras varios avisos del astado, decidió cambiar a pitón contrario. Por ese pitón le costaba más tragar a Tejón, y tras algunos intentos ganándole el paso, consigue extraer algún lance de discreto gusto y gran mérito. Con el que hizo quinto no pudo ganarle el terreno en ningún momento, y tras un breve macheteo, puso fin a su actuación. Existe cierta teoría de mi propia cosecha de que a este torero le funciona mucho mejor el toro que embiste que “al que le embiste el torero”. De que sabe mejor frenar que acelerar a los toros. Y Albardado era de los segundos. Lo dejo ahí para su posterior reflexión.
De Maxime Solera poco pudimos ver. En su primero, no pasó más que de los enganchones con la mano derecha a ayudados para ver si sacaba algo estimable de su oponente. Quiromante no llevaba nada dentro. Con el cierraplaza sí que pudo extraer algo más (que no lo hizo). La condición repetidora del astado era para que Maxime se echara encima del animal, ¡que estamos en Céret oiga! O el diestro no lo vio claro, o no pudo, pero el caso es que se puso fuera de sitio por el pitón derecho del toro y tomó todas las precauciones para salir andando de la plaza. Parece ser que en 2021 y tras el desagradable parón de 2020 sigue la moda de que si el toro no humilla es que no embiste.
Escrito por Alejandro Agustín
Fotos: Andrew Moore
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