DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Domingo 2 de mayo del 2021 - Día de la Comunidad de Madrid.
Se han lidiado seis toros de diferentes ganaderías, El Capea (1º, 2ºtris), Garcigrande (3º), Toro de Cortés (4º), Fuente Ymbro (5º), Vegahermosa (6º) y El Parralejo (7º). Todos aseados de presenciados, atendiendo que nos encontrábamos en un festival, reglamentariamente despuntados. De juego destacar el de Toro de Cortés un animal que cumplió bastante bien en varas y llego al último tercio con bastante raza y acometividad, fue ovacionado al arrastre. El de Garcigrande tuvo mucha calidad en sus embestidas, pero le falto algo más de transmisión. El resto de los del encierro estuvieron bastante faltos de casta y raza, incluso algunos de ellos pecaron de mucha justeza de fuerza como los dos devueltos de Juan Pedro Domecq
- Diego Ventura (dos orejas).
- Enrique Ponce (silencio, tras aviso).
- Julián López “El Juli” (dos orejas).
- José María Manzanares (oreja).
- Miguel Ángel Perera (oreja, tras aviso).
- Paco Ureña (silencio tras aviso).
- Guillermo García (oreja, tras aviso) (novillero).
Tercio de varas: Lo más espectacular se vivió en el cuarto novillo de la tarde, un animal que recargo y empujo con los riñones en el peto, nos hizo recordar buenos tercios de varas. Encima del caballo, se encontraba Francisco Doblado.
Presidente: Jesús María Gómez Martín. En ocasiones pudo ser un poco permisivo a la hora de dar las orejas, aunque no debemos olvidar que nos encontrábamos en un festival y el rigor no es el mismo. En lo que sí estuvo correcto, fue en devolver los dos inválidos de Juan Pedro Domecq.
Público: “Cartel de no hay billetes”, aunque solo pudieron acudir 6000 personas. Al romperse el paseíllo, sonó el Himno de España, sin producirse ningún minuto de silencio por las víctimas del COVID. En el tendido 7 se vieron algunas pancartas que ponían “Toros Ya”, “Las Ventas, Plaza de temporada”, “Con las víctimas del COVID”.
Llevábamos desde el 12 de octubre del 2019, sin poder estar frente a nuestra querida Monumental de Las Ventas, en la que seguían sin producirse las dichosas obras, con la que tanto nos atormentaron hace dos años, esperemos que el señor Miguel Abellán nos de las explicaciones pertinentes.
Todos los aficionados, echábamos de menos vivir sensaciones que todos llevamos dentro y alguien que nos las lleva dentro de si pueden entender que son tonterías nuestras. Reencontrarnos con los que consideramos como nuestra segunda familia, aunque no fuera en nuestras localidades habituales, por el cumplimiento de la dichosa distancia de seguridad, algunos incluso echaron de menos que el vecino de atrás no te clavara las rodillas en la espalda. A la entrada al coso en lugar de darte el tradicional programa de mano u ofrecerte la típica almohadilla, había una persona que te ponía una “pistola” en la frente, para medirte la temperatura. En los pasillos interiores, en lugar del olor a puro o gintonic, había una fragancia a gel hidroalcohólico algo desagradable. A pesar de todo ello, muchos fueron con las mismas ganas, que la primera vez que lo hicieron con su padre o abuelo de las manos. Si nuestros predecesores nos estuvieran viendo desde el cielo, pensarían que somos unos “Extraterrestres”, pero es a lo que nos obligan si queremos acabar con este “Cazarratas” que nos ha tocado en suerte.
Lamentablemente echábamos a muchas personas de menos, algunos no pudieron ir ya que no fueron de los privilegiados de conseguir entrada. Pero otros muchos este marrajo de virus, le ha producido una cornada mortal de necesidad. Esperemos que nos estén esperando haya donde estén, que nosotros les intentaremos tener siempre presentes. El único gesto en memoria de ellos, fue una pancarta sacada en el tendido 7, algunos echaron en falta un minuto de silencio al romperse el paseíllo no les servía solo con tocar el Himno de España. Incluso durante el desarrollo corrió la noticia que falleció “Juani” mítica aficionada del tendido 7.
Pero antes de celebrarse el festejo, había muchísimas dudas en el ambiente. Desconocíamos el motivo por el que hemos tenido que esperar tanto tiempo, para poder ver de nuevo abierta la plaza de Madrid. Muchos pensaban que se trataba más de un acto político por la cercanía de las elecciones, que por el hecho de querer reflotar un sector que se encuentra en un momento crítico. Lo que no puede consentir los aficionados, es que ningún partido político sea del color que sea, se apodere de la bandera de la Tauromaquia, ya que esta pertenece al pueblo y no nos la podemos dejar arrebatar. En la explanada del exterior al coso había una carpa del Partido Popular repartiendo propaganda electoral pidiendo el voto para Isabel Díaz Ayuso, la cual no se digno a venir por la Calle Alcalá, pero tenían a sus afiliados haciéndole el cierre de campaña. Solo les faltó que nos hubieran regalado un pañuelo blanco con las siglas del partido, para como dice su candidata “pedir la oreja, a la madrileña”.
En el plano artístico, debemos comentar que en ningún momento podemos requerir el rigor que si se tratara de una corrida de toros. Debían concienciarse los asistentes, que se trataba de un festival y lo realmente importante era poner en funcionamiento la maquinaria, la que esperamos no termine “calándose”.
En el cartel se anunciaban una serie de espadas que les tenemos ya muy conocidos por estos tendidos, a excepción del joven de la Escuela Taurina José Cubero “Yiyo”. Pusieron de cabecilla de cartel al rejoneador portugués, aunque criado en Sevilla, Diego Ventura, que comenzó a meterse a los tendidos con sus quiebros y toreo accesorio. Se vieron pupilos nuevos en su cuadra, destacando su actuación montando a Fabuloso. El público se lo reconoció con las dos orejas.
Después de este aperitivo ecuestre, llego el desfile de dos toros inválidos y dando incluso sensación de estar enfermos, que llevaron el hierro de Juan Pedro Domecq. El usía no lo dudó en ambos casos y sacó el pañuelo verde. Finalmente salió un animal de El Capea, que lo trajó el rejoneador desde la finca y que para nada tampoco estaba sobrado de fuerzas. El diestro valenciano tuvo sacar su técnica, frente a los aquellos que cuesta mantenerlos en pie, pero con lo que no consiguió para nada emocionar a los tendidos.
Uno de los momentos más álgidos de la tarde se vivió con Julián López “El Juli”, que se trajo debajo del brazo un toro (recién cumplidos los cuatro años) de su ganadería predilecta Garcigrande. El recibo capotero ya comenzó a emocionar a la gente y nos hacía presagiar algo similar a lo que vivimos hace un par de años con “Licenciado” de Alcurrucén. Pero el toro de hoy, aunque tenía bondad en sus embestidas, en ningún momento tuvo la raza y acometividad de aquel. El madrileño estaba muy a gusto, con muletazos profundos, parecía como si estuviera en la plaza de tientas de la finca salmantina. En lo que no ha cambiado, por muchos que pasen los años, es en la forma muy poco ortodoxa de tirarse a matar, con el ya conocidísimo “Julipie”.
Si estuviéramos hablando de una “Corrida concurso de ganaderías” el premio se lo llevaría el de Toros de Cortes, por mucho que en la tablilla anunciadora nos dijera que era de Victoriano del Rio. Se comenzó vibrando con un espectacular tercio de varas, con la que el burel empujó con los riñones, ¡Viva el tercio de varas!, llegó a escucharse desde alguna zona del tendido. Si algunos pensaban que en la faena de muleta, se iba venir a menos, no iba ser así, arrancadas con raza y poder, exigente el toreo poderoso y por bajo. El diestro alicantino José María Manzanares, que venía a pasar unos malos momentos, con paso previo por el quirófano, no lo terminó de ver claro y por momentos se le vio sobrepasado. Si por el pitón derecho medio se pudo justificar, al natural el que siempre fue su tendón de Aquiles, se le vio por momentos desbordado, incluso en ocasiones su oponente le llegó a sorprender. Finalmente, al animal se le despidió con una gran ovación en el arrastre y al espada se le dio un apéndice que el público pidió de manera mayoritaria.
En cuatro lugar se enfrento Miguel Ángel Perera, a un animal del ganadero Ricardo Gallado. Este tuvo cierta movilidad, pero le faltó un poco más de entrega y raza. Algún día al espada extremeño habría que recordarle que en Madrid y en todas las plazas de primera categoría, es obligatorio que reciban dos puyazos los animales, para que se le quite la manía de pedir el cambio de tercio después del primero de ellos o simular el segundo. Por detalles como estos debe entender que nunca termine de contar con el cariño de la afición venteña. Luego con la franela, tuvo su característico inicio de ponerse de rodillas en los medios del coso, cosa que ya comienza aburrir por su reiteración manifiesta. La vibración con los tendidos, duro hasta que le aguantó el fuelle al animalito, luego ya se convirtió en la ligazón de muletazos sin ningún tipo de sentido e interés.
Había ganas de volver ver al murciano Paco Ureña, en la tarde de hoy hemos podido presenciar retazos de su buen concepto y maneras. Pero su toreo clásico, no llegaba a los tendidos, por la nula transmisión que tenía el animal de Vegahermosa. De todas maneras, dejo en los aficionados ganas de verlo, como lo hicieron en años anteriores.
Antes de salir el séptimo novillo de la tarde, la gente comenzó abandonar los tendidos, cosa que no les deja en buen lugar, ya que el futuro del toreo y los novilleros merecen el mismo respeto que cualquier “figura”. Estaba anunciado el alumno de la Escuela de Madrid, Guillermo García. El cual demostró tener buenas maneras con el capote y dejo ganas de querer agradar, pero se le vieron las carencias propias de todos aquellos que están comenzando en esta profesión.
En definitiva, una tarde muy emotiva, en todos los sentidos, para la mayoría de los que acudieron a su amada e incómoda “piedra” venteña. Con una ovación ensordecedora al salir los toreros al ruedo, ver el primer toro de la tarde salir por los chiqueros, escuchar los cascabeles de las mulillas al arrastras los animales, incluso volver ver los bueyes de Florito que ayer se ganaron el pan con los inválidos de Juan Pedro Domecq. “Fue una sensación similar a la que han podido sentir los abuelos al abrazar por primera vez a sus nietos, después de mucho tiempo”. Al abandonar los escaños, muchos nos despedimos de nuestros amigos, sin saber si nos podríamos volver ver pronto, ¡President@, está en tus manos!
Todos esperemos que no se vuelva a repetir una crónica de este tipo, ya que los aficionados realmente lo que les apasiona es leer de toros bravos, toreros con valor, espectaculares tercios de varas, etc.…, en definitiva, todo lo que ha provocado nuestro enamoramiento por este mundo de la tauromaquia. Pero las circunstancias son las que son, y realmente la noticia estaba en todo lo que rodeaba el espectáculo, dejando de lado lo realmente importante que es lo que ocurre en el ruedo.
Escrito: Mario de los Reyes Muñoz. Fotos: Susana Ortiz y las-ventas.com
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