
DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
En tarde de temperatura agradable se lidiaron 4 toros de Victoriano del Río en primer lugar y 2 de Toros de Cortés en quinto y sexto lugar. Corrida bien presentada en líneas generales,aunque muy desigual: el primero ofensivo de cara pero falto de cuajo, basto el segundo, bellísimo tercero aunque algo montado arriba, cuarto de gran trapío, abueyado quinto y muy serio el cierraplaza. Lleno de “No hay billetes”.
Alejandro Talavante, de canela y oro: estocada en el rinconcito de Ordóñez. Silencio. Con el segundo de su lote, estocada trasera. 2 orejas.
Juan Ortega, de nazareno y oro: pinchazo y estocada desprendida. Silencio. En el quinto, 7 pinchazos y un golpe de descabello. Pitos para el torero.
Clemente de tabaco y oro. Dos bajonazos. División de opiniones tras salir a saludar en el tercio en el toro de su confirmación de alternativa. Con el cierraplaza, media en lo alto y nueve golpes de descabello. Silencio.
Presidencia, D. José María Fernández Egea: bochornosa concesión de la segunda oreja a Talavante, mostrando una gran debilidad ante la presión que ejerce una plaza popular sedienta de trofeos. Sin rotundidad, sin constancia y sin una estocada arriba, ¿cómo osa premiar con una Puerta Grande a un torero? En la primera de feria pone el listón bajísimo, equiparando las bellas obras que seguro están por venir con una tarde de detalles de un torero al que Madrid tiene en estima. Suspenso sin paliativos.
Cuadrillas: salvo el segundo par de Ismael González al cierraplaza, poco a destacar. Puyazos traseros, bajos y carioqueos varios de los de a caballo y pares a toro pasado de los de plata sin lucimiento alguno.
1º FORAJIDO – Negro – nº 11 – 585 kg – 10/2019
Primera vara en corto picándosele muy trasero. El astado protesta bajo el peto y empuja de manso. En la segunda ocasión que acude al equino, recibe otro puyazo trasero dejándose pegar. Palmas en el arrastre
2º BOCHORNOSO – Negro chorreado en morcillo – nº 73 – 594 kg – 11/2020
Primer encuentro con el penco de corrido, recibiendo un puyazo en los bajos. Aprieta con un solo pitón para terminar dejándose pegar. En el segundo encuentro en varas, a corta distancia, se deja pegar mientras se le barrena en los bajos con un metisaca infame. Pitos en el arrastre.
3º CANGREJERO – Negro – nº 63 – 565 kg – 09/2020
Acude de corrido a la primera vara, apretando con la cara alta mientras se le pica trasero. En el segundo encuentro, a corta distancia, se le pica trasero, apretando mientras ojea la salida que termina hallando. Silenciado en el arrastre.
4º MISTERIO – Negro – nº 18 – 568 kg – 11/2019
Primera vara de corrido, donde se le pica trasero mientras aprieta con un solo pitón. Ídem de lo anterior fue el segundo encuentro, apretando mientras busca la salida. Palmas en el arrastre.
5º EBANISTA – Negro salpicado – nº189 – 640 kg – 03/2020
En la primera ocasión, acude desde una media distancia para recibir un puyazo paletillero donde se deja pegar. Se dejó pegar también en el segundo encuentro, en el que arrancó desde una media distancia para recibir un puyazo trasero. Silenciado en el arrastre.
6º SOLEARES – Negro – nº185 – 560 kg – 08/2019
Primera vara de corrido, donde se deja pegar para terminar rehuyendo la pelea a coces. Sale disparado al caballo que guarda la puerta, donde recibe un segundo puyazo trasero dejándose pegar. Vuelve de corrido al caballo de contraquerencia para recibir un puyazo trasero mientras se le tapa la salida para no permitir la huida al astado. Silenciado en el arrastre.
Suele ser que las confirmaciones de alternativa en la plaza de toros de Madrid se basan en un torero que será uno más acompañado de dos llenaplazas a su lado, lo que resulta en una buena taquilla acompañado de cuatro toros de los que el gran público quiere ver junto a dos toros de trámite del confirmante. Pero ayer la teoría colapsó con la actitud irreprochable de Clemente, que justifica que aquellos que salen tras la muerte del quinto para coger buena posición en la Puerta Grande, se quedaran a ver qué sucedía en el sexto.
Y es que el altuzón primero ya le marcó de salida que, si por el izquierdo tenía una embestida ahormada, nada de eso sucedería por el derecho, por el que saltaba como si aquello de lo terrenal no fuera con él. Pero ni por esas se iba a inquietar el torero francés. Inteligentemente empezó su obra con unos doblones por bajo que remató con un trincherazo. Posteriormente, una serie para justificar ese pitón derecho por el que ya le había avisado en la capa que no iba a ser el del triunfo. Y ahora, ante el pitón izquierdo del toro, la trampa que “Forajido” le había tendido: todo lo visto en la capa se había invertido, pues lo que antes hizo por un pitón, ahora lo hacía por el contiguo. ¡Qué cosas tiene esto de los toros! Avisó que por el izquierdo ni una más, pero el torero francés, tan firme y valiente, se los siguió enfajando como si se tratara de un carretón. Y fue ahí, tras unos derechazos en los que el astado estaba más pendiente de las luces que de las telas, cuando le terminó enganchando de la chaquetilla sin consecuencias tras un doblón para cerrar la serie. Se repuso con la misma actitud seria con la que empezó, pero aquello ya se había convertido en una guerra más que en una pelea, por lo que le volvió a desarmar y esto anticipó el final.
Con el cierraplaza no se terminó nunca de entender. No fue el cénit de la bravura de Victoriano, ni cerca estuvo, pero tuvo algo más que Clemente no supo sacar. Nunca embistió de verdad, pero sí que cogía inercia y repetitividad si se le daba distancia adecuada. Al contrario, se le otorgaron cercanías y el astado se lo recriminó con parones que hicieron que aquello nunca cogiera vuelo.
Tampoco cogió vuelo Talavante con su primero, ya que el olor de la casta del primer toro de Clemente le debió parecer ciertamente desagradable, por lo que premió a su primero con una carnicería en varas que hizo que el pobre astado ni pudiese moverse en la muleta. ¿Acaso todos los toros son iguales? ¿Acaso una cosa justifica la otra? ¿Acaso la casta molesta? “Bochornoso” se llamaba el astado y el título de esta actuación. Siguiente.
Distinto fue lo visto en su segundo toro, donde Talavante tiró de manierismos muy templados que parecen toreados, pero verdaderamente, están destoreados. Manierismos que nos recuerdan a 2018, donde el extremeño cargaba en su femoral el tremendo peso de las ilusiones de los aficionados venteños y que ahora esconde como si en cada ocasión ya todo estuviese justificado. Y es que los cambios de mano, los circulares y los trincherazos, si bien estaban prendados de una gran naturalidad que terminó embelesando al público, fueron tan por fuera y ante un toro tan insulso que, si bien nos recordó al Talavante mandón de hace unos años, desde luego no es él.
Claro que, puestos a no mandar, Juan Ortega es el rey de este verbo en su versión negativa. Y es que Madrid está pasando con este torero desde la expectante impaciencia a la más sentida indiferencia. Pareció no gustarle el bellísimo toro que hizo tercero, pero que Talavante se empeñó en mostrar con dos lustrosas verónicas acompañadas de un sentido desparpajo final. Juan Ortega se vio obligado a contestar, pero sorprendió que no fuese por verónicas sino por chicuelinas, las cuales fueron muy deslucidas, pero que terminaron con una media excelsa. Los mentideros taurinos excusan a este torero porque necesita “su toro”, pero si este no lo es, ¿cuál es? El nobletón de Victoriano hacía lo que se le pedía sin un mal gesto, con una notable humillación y un temple intrínseco, para recibir únicamente una estimable serie por la derecha y unos sentidos doblones con un final inconcluso. Peor fue su actuación con el buey que hizo quinto, donde lo mejor fue una toreada chicuelina de Clemente en un toro que no era el suyo.
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