DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro, de procedencia Jandilla. Bien presentados y exigentes, que ofrecieron en general buen juego, poniendo el triunfo a disposición de los toreros.
Adrián de Torres. De rosa palo y oro. Estocada baja recibiendo tras aviso. Vuelta al ruedo tras petición. Estocada habilidosa arriba tras aviso. Silencio.
Juan Leal De azul pavo y oro. Sartenazo de primeras clase y descabello. Silencio. Se tiró a matar a ley y consiguió una estocada tendida tras aviso. Saludos desde la tronera.
Leo Valadez. De verde y oro. Estocada desprendida tirándose sobre el morrillo. Oreja. Estocada al rincón de Ordoñez. Silencio
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez: El presidente estuvo en su sitio al no conceder un trofeo a Adrián Torres en el primero. No hubo petición mayoritaria ni la labor del torero estuvo a la altura. En el sexto cambió el tercio con dos entradas al caballo, dejando a los aficionados con la ganas de ver otro puyazo. Ante la vulgaridad que se está produciendo en esta bella suerte, todos nos merecíamos otra entrada al caballo. .
Cuadrillas y otros.
La tarde anunciaba lluvia y tras un amago al comienzo del festejo, la necesaria lluvia no hizo su aparición. El coso registró una buena entrada. Del cartel se cayó el granadino El Fandi por problemas físicos y fue sustituido por Adrián Torres.
Los toreros de plata se lucieron tanto en la lidia como en el tercio de banderillas. Curro Javier fue aplaudido lidiando al primero y tuvo que desmonterarse en el cuarto y Marc Leal lo hizo en el segundo, ambos en el tercio de banderillas. Rafael González estuvo muy aseado en la lidia del sexto. Sus compañeros brillaron a un buen nivel. Es lo que tiene sentir la profesión y el respeto a la fiesta.
Leo Valadez vino a triunfar y casi lo consigue. En el primero de su lote, de nombre Tasmallo estuvo a la altura de su enemigo. El animal manseó en el caballo saliendo suelto en la pelea que mantuvo con el montado. Se vino arriba en la muleta y el torero mejicano realizó una faena de menos a más. Comenzó con redondos limitándose a acompañar las embestidas de su enemigo, pero ante la crítica de los aficionados, ajustó la colocación y a bajarle la mano, consiguiendo redondos más ajustados. Al natural no anduvo fino, metiendo el pico y su enemigo tocándole la muleta en los remates. Levantó de nuevo la faena con la derecha templando una tanda que arrancó los olés de los tendidos. Remató su labor con unas manoletinas de hinojos. Se tiró a matar jugándosela y el público premió su labor con un trofeo. En el sexto el “gallardo” de nombre Ibicenco, un manso encastado que empujó en el caballo se rajó en el último tercio, pero la disposición del torero se mereció otro resultado. Lo intentó pero no tuvo nada que hacer con un toro que no ofreció ni un muletazo.
Por su parte Adrián Torres le sobró corazón y le faltó cabeza. Su primero de nombre Mimoso apretó en el caballo pero fue mal picado, volvió al relance pero no fue castigado ni tampoco en la segunda entrada. Se lucieron en quites tanto Adrián Torres como Juan Leal. A mi entender el animal quedó algo crudo. Lo recibió con unos estatuarios sin rectificar terrenos, pero cuando intentó el toreo en redondo comenzaron a aparecer las carencias de temple y mando al no bajarle la mano, rematando los muletazos por arriba y tocándole la muleta. El animal se fue imponiendo en la pelea y cuando lo intentó al natural el torero estuvo muy dispuesto pero eso no le bastó ante las exigencias de su enemigo. El toro se fue quedando sin recorrido y después de avisarle en varias ocasiones y en un descuido del torero, se lo llevó por delante sin más consecuencias que el revolcón. El matador fue perdiendo la oportunidad que le ofreció Mimoso. Su segundo, de nombre Patrullero, empujó en la primera entrada al caballo pero en la segunda fue castigado trasero y no se empleó. El manso a pesar de rodar por la arena en los primeros lances de la faena, se vino arriba y de nuevo la falta de oficio le privó la oportunidad que le dio su enemigo, acudiendo a todas las citas pero las carencias anteriores, le privó estar a la altura que exigía su enemigo. Fue una pena ante su necesidad, que se dejara ir dos toros que le pusieron en bandeja el triunfo.
En segundo lugar salió Sacacuartos I, un animal que comenzó midiendo las embestidas en el capote de Juan Leal, en el caballo metió los riñones y el picador midió el castigo. Fue un tercio muy emocionante. Después del brindis el torero recibió al burel de hinojos pero el animal no estaba para ese lucimiento, el toro necesitaba que el torero francés le pudiera y después, intentara torear. Pero nada de esto se cumplió, el toro no regaló ninguna embestida y la muleta del matador no anduvo, ni fina ni poderosa, solo mostró disposición en jugarse la vida ante un exigente animal. El quinto de nombre Sacacuartos II, se dejó pegar en el caballo sin ningún resalte añadido. En esta ocasión tanto la disposición como la muleta de Leal utilizaron las ventajas del toreo moderno, y el animal no se mereció ese trato. En las embestidas le hacía el avión, pero el francés no se interesó en el ofrecimiento. Alguien le recordó que estaba en Madrid, pero al torero seguramente le habían confundido de plaza. Es una de las explicaciones posibles. A mi entender, el toro dejó al descubierto al torero. Suele ocurrir algunas veces cuando el ganado ofrece oportunidad a través de la casta y la bravura y que los toreros no saben aprovechar.
Lo dicho, en esta ocasión Ricardo Gallardo cumplió en Madrid. Gracias ganadero.