DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Buena novillada de Javier Molina y grave cogida
08 Julio 2012 | Escrito por Alicia Valdeavero. | Fotografías de Constante
Novillada con picadores. Se lidiaron seis novillos de Javier Molina. Muy bien presentados, aun que de juego variado. El tercero fue el más complicado de todos, y el sexto el de mayor calidad. Primero, segundo, cuarto y sexto fueron ovacionados durante el arrastre. El que cerró plaza, Lengüeta, fue ovacionado a su salida desde el tendido, por su imponente presentación.
Pesos de los novillos: 469, 504, 488, 461, 471 y 517.
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- PASCUAL JAVIER :(azul eléctrico y oro). Estocada caída y dos descabellos (SILENCIO). Estocada contraría (SILENCIO). Pinchazo y media estocada en el que mató por Viriato (SILENCIO).
- THOMAS CERQUEIRO : (azul turquesa y oro). Bajonazo (SILENCIO). Bajonazo que hace guardia, pinchazo y estocada baja (SILENCIO).
- JUAN VIRIATO (grana y oro) Estocada caída. Cogido al entrar a matar. No puede continuar la lidia.
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Palco: Presidió César Gómez, sin incidencias, aunque no hubiera estado de más que en alguno de los novillos nos hubiera dejado disfrutar del tercio de varas antes de cambiar el tercio.
Tercio de varas: Tampoco estuvieron muy acertados. A los novillos se les picó con dureza toda la corrida.
Cuadrillas:Francamente mal durante toda la tarde. No pusieron ni un par de banderillas correcto y siempre estaban mal colocados al quite.
Un cuarto de entrada largo en tarde calurosa.
Hacían su presentación en Madrid Thomas Cerqueira y Juan Viriato.
Segunda novillada del Ciclo de novilladas Ocho Naciones.
Parte médico: Herida por asta de toro en tercio superior del muslo derecho con trayectoria de 25 cm que contornea el fémur por la zona posterior y contusiona el nervio ciático y causa destrozos en los músculos isquio-tibiales y tensor de la fascia lata, con orificio de salida por la cara externa del muslo. Contusiones y erosiones múltiples. Pronóstico grave. Firmado García Padrós.
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La novillada de esta tarde es un ejemplo de como hay que venir a Madrid y de como no hay que venir.
El ejemplo de como hay que venir a Madrid nos lo da la ganadería de esta tarde, Javier Molina. Un diez se merece el señor ganadero por la novillada de excelente presentación que ha traído a nuestra plaza. Es un honor y un gusto poder ver novillos así. Enhorabuena ganadero. Esto es una novillada como Dios manda, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero una señora novillada, al fin y al cabo. Tanto es así que el sexto novillo, con una presentación de diez, fue ovacionado a su salida. Y claro, por supuesto que a la novillada, con las diferencias que había entre los seis novillos, había que poderla. En líneas generales, con sus cosas buenas y malas, a los animales exigían, aunque ninguno quiso comerse a nadie, salvo el tercero, que se llevó por delante a su oponente. Fue el más complicado de los seis que saltaron al ruedo.
Juan Viriato, su lidiador, en ningún momento lo vio claro. Ya durante la faena de muleta le dio varios avisos, hasta que al final de la faena le levantó a las nubes. Sólo fue un aviso. A la hora de entrar a matar el toro le prendió, y ahora ya de verdad, le dio una paliza monumental, de esas que ponen los pelos de punta, y una cornada durísima que le impidió continuar la lidia. Desde aquí, le deseo una pronta recuperación.
Sus compañeros de cartel son el ejemplo de como no hay que venir a Madrid. Pascual Javier abrió plaza. Sus tres faenas, ya que mató también al que cerraba plaza que correspondía a Viriato, fueron similares. Es decir, en ninguna de ellas vimos nada de nada. Yo me aburrí mucho viéndole torear. Sin transmisión, soso y mal colocado. En sus novillos, sobre todo en el sexto, no se nos dejó ver el tercio de varas que seguramente nos podía haber hecho vibrar en el tendido. Si viera la repetición de su actuación esta tarde, seguramente se arrepienta de haber desperdiciado así sus novillos, porque le podía haber ayudado en su carrera haber hecho faena con uno de estos novillos que se le fueron.
Eso si, también destacar, que desde “radio-callejón” le podían corregir, o se lo podía corregir él mismo, esos aspavientos y esos gestos que hace al terminar cada tanda para calentar al público festivalero. Si las cosas se hacen bien, todavía esos gestos tienen un pase, pero cuando las cosas se hacen mal... Un ejemplo de esto, es lo que realizó sobre todo en el inicio de la faena del sexto, y también en el primero, cuando tras dejar una estocada bastante defectuosa comenzó a dar saltos y levantar la mano como si hubiera dejado el mejor estocadón de su carrera a un animal al que habría realizado una gran faena y al que habría cortado las orejas. Y nada de eso: ni estocadón, ni gran faena, ni orejas. Esas cosas en Madrid no valen. No, por favor, eso en Madrid, no.
El francés Thomas Cerqueira, al igual que Juan Viriato, se presentaba esta tarde en Madrid. Y ha sido una presentación sin pena y sin gloria. En su primer novillo también nos quedamos con las ganas de ver el tercio de varas, cuando desde el tendido, se estaba pidiendo que se le pusiera de lejos. El animal seguramente podría haber dado juego, pero una vez más, nos quedamos con la miel en los labios.
El francés nos deleitó con dos faenas muy similares. Enganchones constantes. Incluso en el primero de su lote le desmontó los trastos varias veces y estos volaron por los aires. A partir de entonces, se vieron muchas dudas y miedo a flor de piel. En el quinto, que fue muy noble, sin hacer un extraño durante toda la lidia, le hizo una faena como a su primero. Más de lo mismo. Enganchones y muy mala colocación, principalmente. Pero quizá lo peor llegó al entrar a matar. En cada novillo, un poco peor. Esto no puede ser.
Y es verdad que son novilleros, y que no les podemos ni debemos exigir como si fueran figuras y matadores consagrados. Pero también tenemos y debemos ser conscientes, tanto aficionados, como profesionales, que estamos en Madrid. Y ha Madrid hay que venir con unos mínimos. Como ya he dicho en alguna ocasión: “A Madrid no se viene a aprender, a Madrid se viene aprendido”.
Otra cosa de lo que no se debe ver ni en Madrid, ni en ninguna otra plaza es lo que nos mostraron las cuadrillas. En los tercios de banderillas todos siempre mal colocados, e incluso algunos nunca llegaron a colocarse. Gracias a Dios que no pasó nada, porque más de un novillo puso en aprietos a los de a pie, y varios de ellos tuvieron que darse una buena carrera y saltar el olivo de maneras muy feas, dado que no había ningún capote cercano para que les hicieran un quite. Esa falta de compañerismo no deberíamos verla nunca en una plaza de toros.
Así que dicho todo esto solo me queda, otra vez, darle la enhorabuena al ganadero por lo que nos ha traído hoy a Madrid. Sin duda, será una de las novilladas mejor presentadas que pasará a lo largo de la temporada por Madrid. Y sino, tiempo al tiempo. Así da gusto, ganadero. Vaya señora novillada.