DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
6 toros de Samuel Flores Encaste Gamero Cívico. El tercero fue devuelto por inválido y en su lugar se corrió un sobrero de Aurelio Hernando, de sangre Veragua.
Antón Cortés: De azul pavo y oro. Metisaca y estocada en los bajos. Silencio. Estocada trasera perdiendo la muleta. Pitos.
Pedro Mota: De negro y oro. Dos estocadas traseras y tendidas. Silencio en el toro de su confirmación. Estocada tirándose a ley sorteando las agujas que estaba esperándole. Aplausos.
Rubén Pinar: De blanco y oro. Estocada desprendida, aviso. Saludos desde el tercio. Estocada desprendida. Silencio.
Presidencia: D. Trinidad López-Pastor Expósito. Devolvió al tercero por inválido sin dejarse rogar. Muy bien Presidente así se defiende la fiesta. Suerte de varas: 1º.- Cuchillazo: Lo metieron debajo del caballo y el piquero picó trasero sin rectificar, el burel salió huyendo. En la segunda vara lo tienen que colocar debajo del caballo ya que el toro no quería pelea y salía huyendo, se marcha al picador de reserva y en querencias aprieta. Manso y descastado que metió la cabeza para inventar el toreo. 2º.- Peinapelos: Como no lo pararon, cuando aparecieron los piqueros en el ruedo fue de un caballo a otro sin que nadie lo parara con el capote. En la primera vara lo colocaron debajo del caballo y el piquero le zurró la badana, el toro salió suelto de la pelea. En la segunda fue muy mal picado y peor lidiado. Manso y descastado. 3º.- Vieiro: Cumplió en las dos varas que recibió. El toro se ha dejado torear, pero el torero no ha podido con él. 4º.- Antequerano: En la primera vara lo metieron debajo del caballo y se dejó pegar. En la segunda manseó y salió suelto. Manso, descastado que el torero no ha podido con este tipo de descaste. 5º.- Puchero: En la primera vara se dejó pegar. Pero salió suelto. En la segunda entrada al caballo lo mismo. Manso y descastado que ha servido para la muleta. 6º.- Manicomio: En la primera vara lo picó en la paletilla y rectificó. El toro manseó. En la segunda entrada hizo una pelea fea en el caballo, saliendo suelto a terrenos de nadie. Manso y descastado. Cuadrillas: El mayor enemigo para los toreros es el aire y ayer se hizo presente en varias fases de la corrida, dejando en algunos momentos a los toreros al descubierto. El tercero de la tarde fue devuelto a los corrales y en su lugar salió un ejemplar de la ganadería de Aurelio Hernando. En banderillas solo destacar a los toreros de plata Alberto Martínez y Alfredo Cervantes. En el segundo par de Alberto Martínez, el toro le echó la cara arriba y el torero aguantó la tarascada asomándose al balcón Como es habitual en estos tiempos los toros de salida no los para ningún torero, por este motivo es frecuente ver que el ganado campa a sus anchas por el ruedo recibiendo capotazos innecesarios. En el segundo de la tarde el toro se marchó suelto cuando aparecieron los piqueros en el ruedo y fue de uno otro hasta que se cansó y salió suelto. ¿Dónde estaban los toreros y el director de lidia? El ganado de Samuel Flores vino muy mal presentado, varios ejemplares eran novillos con cabeza, como les ocurrió al tercero y al quinto. El sexto fue un toro fuera de tipo, mas en la línea de Domecq que de Gamero Cívico.
Tuvo que salir un sobrero de Aurelio Hernández para que se viera un toro cumplir en el caballo. Lo de Samuel Flores fue una mansada que decepcionó a los aficionados y lleva varios años defraudando a la afición venteña, lo único bueno es que no rodó por la arena como otras ocasiones. Lo que nadie entendió es porque se anuncia en la feria y en la semana torista. El ganadero debería tomarse un descanso e intentar recuperarla ya que debido al monoencaste existente en la cabaña brava española esta ganadería es muy es necesario por el bien de la fiesta. En cuanto a los toreros anunciados, que méritos han hecho para estar en la feria, considerada por la prensa oficial como la mejor del mundo. Este cartel era más propio del verano La única razón es la especulativa y hacer caja, porque si los asistentes no fueran cautivos del abono, no se hubiera llenado ni un tercio de plaza, como ocurre en las corridas de fuera de feria, y comprobados los fines de los taurinos, nadie cree que es una oportunidad para los toreros modestos. Antón Cortés desde su faena en el año 2004 al toro de Moisés Fraile, no ha vuelto a ganarse su inclusión en la feria, y como demostró ayer, lleva mucho tiempo sin encontrar el sitio en la cara del toro. En su primero y ante un enemigo que se dejó torear en la muleta, estuvo desconfiado y muy lejos de lo que el aficionado esperaba de él. Sus precauciones atenazaron su disposición, y tanto en redondos como al natural, no encontró el sitio para intentar el toreo. En su segundo, no fue solo el inconveniente de no encontrarse a gusto en la cara del toro, también tuvo que lidiar contra el viento, lo que hizo que su enemigo fuera por un lado y el torero por otro, no pudiendo con él. Esa fue la impresión que el aficionado se llevó de su actuación. Una pena, torero.
El toro de la confirmación de Pérez Mota fue un manso descastado y el torero lo recibió por alto y en cada pase el toro se le marchaba a terrenos de nadie. Alguien de su cuadrilla tenía que haberle indicado que tratara de sujetarlo. En redondos toreó fuera de cacho y perdiéndole pasos. Fue una pena porque cuando el toro se centró en la muleta iba donde el torero le mandaba, lo que ocurre es que lo hacía siempre para fuera. En su segundo logró templarle dos redondos que alimentaron los ánimos de algunos sectores de la plaza. En esta ocasión un peón desde el burladero del tendido cinco hacía señales con el brazo para animar al público, vamos, como si la Las Ventas fuera la plaza de toros de Benalmádena, o algo por el estilo, con todo mi respeto hacía este pueblo costero. En este toro se le vio mas dispuesto pero el toreo que se sacó de la muleta, descomponiendo la figura y al hilo del pitón, no tiene ningún interés para el aficionado en esta plaza. Rubén Pinar comenzó la faena en su primero sometiéndolo por bajo, en un descuido del torero lo arrolló y se enceló con él cuando estaba en la arena. Las cuadrillas tardaron en llegar una eternidad y afortunadamente el torero, al parecer, salió ileso del trance. Fueron momentos dramáticos y una vez repuesto, continuó la faena pero anduvo desconfiado y el toro se le subió a las barbas. Su segundo no le dio ninguna oportunidad. El manso fue recorriendo todo el ruedo buscando la salida de la dehesa y el torero detrás intentando que por lo menos pasara por la muleta. En cuanto consiguió pararlo le recetó una estocada que los pasaportó a mejor vida.