DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Festejo del día 15/5/2017 Con tiempo agradable y la plaza prácticamente llena se ha jugado la corrida del día del santo patrón, San Isidro Labrador. Corrida de toros de Montalvo, encaste Domecq vía Daniel Ruiz y Zalduendo, más una pequeña reminiscencia de Martínez. Discretos de presencia en líneas generales, destacando positivamente el segundo, serio y rematado; y cuarto, aunque recogido de cuerna, de buen trapío.
Curro Díaz. Estocada trasera muy tendida, bajonazo sin pasar quedándose prendido de los pitones, dos descabellos; silencio. Bajonazo; pitos. Paco Ureña. Estocada haciendo guardia y descabello; silencio. Pinchazo, estocada haciendo guardia; silencio. López Simón. Estocada trasera rinconera; silencio (un aviso). Media estocada trasera y tendida; silencio.
Presidencia: D. Justo Polo Ramos. Cinco inválidos, los bueyes de Florito sin aparecer y muy ligero para sacar el pañuelo blanco cambiando de tercio. Lamentable actuación. Tercio de Varas: La corrida ha aminorado notablemente el empuje en el segundo puyazo. Tito Sandoval provocó con torería la arrancada del tercero de la tarde, moviendo el caballo con soltura y tirando bien el palo, aunque los puyazos cayeron traseros. Se marchó entre aplausos. Cuadrillas: Saludaron Domingo Siro y Jesús Arruga tras parear al tercer toro con elegancia y ortodoxia. Incicencias: Manuel Muñoz, tercero de la cuadrilla de Curro Díaz, fue corneado al salir de un par durante la lidia del primer toro, el parte refleja lo siguiente: Herida por asta de toro en tercio medio de cara posterior de muslo izquierdo de 20 cm. alcanzando el fémur, contusiona nervio ciático y causa destrozos en los músculos isquiotibiales. Intervenido bajo anestesia general se traslada a Clínica San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico grave. Firmado Dr. García Padrós.
Las broncas son tan taurinas como las ovaciones y están presentes en la plaza de toros de Madrid desde los tiempos del triunvirato Costillares, Pepeíllo y Romero; que ya ha llovido. Hoy, para celebrar el día del patrón y por aquello tan castizo de las broncas, no se ha parado. Se montó el follón desde que Curro Díaz recibió a la verónica al cuatreño que rompió plaza, viéndose lo limitado de sus fuerzas y cómo echaba las manos por delante, y no cesó hasta que López Simón acabó con el último del encierro. Toda la tarde ha transcurrido entre improperios y frases de desaprobación contra el ganadero y, especialmente, el palco presidencial, ya que no devolvió ninguna de las babosas a pesar de las protestas, no me digan cómo ni por qué. La corrida fue un muestrario de toros al límite de fuerzas a los que no se les puede pegar cuatro muletazos seguidos por abajo sin que pierdan las manos, exceptuando el que se lidió en cuarto lugar. Precisamente la lidia del cuarto fue una pausa para el palco y el ganadero, que andaría sufriendo lo suyo, y las iras desviaron el objetivo, en esta ocasión contra Curro Díaz, torero muy querido en Madrid. El bicho, Escandaloso de nombre, con un pelaje que recordaba a lo de Martínez, no hacía caso de las provocaciones por el lado derecho, colándose descaradamente, y Curro fundamentó toda la intentona al natural, empezando frente al diez, continuando en los medios, en las proximidades del cinco y finalizando frente al siete. No porque el toro correteara de un lado para otro, sino porque Curro no sabía cómo ni dónde meterle mano. El toreo de desmayo hoy no servía, la parroquia quería ver torear, demandaba colocación, dominio, y muletazos con trazo de principio a fin; y no el medio pase sin ajuste, descolocado, que se vio constantemente. Intercaló algún muletazo bueno entre todo aquel despropósito, chispazos que no tuvieron eco, la afición sabe que Curro puede hacerlo mucho mejor, como también sabe que es un torero de altibajos. Desde luego que hoy no tocaba el Curro de altas cotas. Lo más valioso, sin lugar a dudas, fue el quite a cuerpo limpio que le hizo a su banderillero, Manuel Muñoz, durante la lidia del primero. Gesto de gallardía y valor espontáneo por parte de Curro Díaz en una situación dramática, ya que el toro tenía al banderillero a placer contras las tablas y ni aun así se libró de la cornada. Correspondió este primer capítulo de la corrida con un toro que pendía de un hilo, blandito y de embestida chochona, que deslucía cualquier posibilidad del torero de Linares. Ureña tuvo enfrente un inválido en el segundo episodio de la tarde. La faena, como es normal, se desarrolló entre el mosqueo del personal, pasaportándolo, para mas inri, de una estocada haciendo guardia. El colorado que hizo quinto salió con muchos pies, se le cruzó de mala manera cuando se disponía a pararlo, soltó el capote y fue empotrado contra la barrera sin que tuviera tiempo de escaparse. Milagrosamente se libró de la cornada, rehaciéndose del golpe, pero el trasteo de muleta resulto insípido por las ostensibles carencias del animal, ayuno de casta, y el planteamiento del torero murciano, que nunca pasó de voluntarioso. Por si fuera poco, volvió a matar enhebrando la espada en la piel del toro. Parecía que el castaño que sorteó López Simón en primer lugar iba a tener más fuelle y puede ser que el buen hacer de Tito Sandoval primero, y de la cuadrilla después, nos engañara. Lo cierto es que en el tercio de muerte acometió mortecino y apenas se tenía. Simón trasteó muy desigual, entre caída y caída, y solo se entendió con el burel al final de la faena, en dos tandas de naturales despaciosas. A esas alturas de faena pocos le echaron cuentas. Cerró un toro feote de pelo colorado que se movió como si estuviera descoordinado, blandeando como el resto de sus hermanos… la afición trinaba. No salió nada lucido del tercio de muleta y lo mejor que pudo pasar es que Jesús Arruga acabara con tan desastrosa tarde de un certero cachetazo en la segunda intentona, mandando el toro al desolladero, al gremio de carniceros. Sin duda, la corrida de Montalvo dará más juego en la cocina que en la arena de Las Ventas.