DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
28 de agosto de 2016 | Escrito por Esther Arribas | Fotografías de Iván de Andrés
6 Novillos de El Risco de procedencia Domecq Diez (línea Aldeanueva y Torrealta) Adquiere antigüedad. Muy desiguales de presentación, destacando por arriba el quinto y sexto. En líneas generales escasos de fuerza, inválidos el primero y quinto, descastados y un juego muy deslucido. El peso medio de la novillada fue de 492 kg.
Mario Diéguez, de verde y azabache; pinchazo y media estocada (silencio) pinchazo y media en los bajos. Aviso (silencio).
Sebastián Cáqueza, nuevo en esta plaza de grana y oro: Estocada entera. Aviso (silencio) pinchazo y pinchazo hondo (silencio).
David Martín, nuevo en esta plaza de rosa y oro, bajonazo. Aviso (silencio) bajonazo (ovación de despedida).
Presidente: Javier Cano Seijo. Mal no, peor, para olvidar. Debió devolver a los corrales a varios toros por inválidos, pero no escucha las protestas de los aficionados, ¡qué poco mira usted por el que paga!
Suerte de varas: Aplaudido el picador Antonio Carrasco, de la cuadrilla de Mario Diéguez, y el picador Francisco Jesús Martín, a las órdenes de David Martín.
Cuadrillas y otros: Aplaudidos los banderilleros David Sevilla y José Luis Neiro "El Algabeño", en las filas de David Martín; Diego Valladar, de la cuadrilla de Diéguez y Fernando Sánchez, en la de Cáqueza. Un cuarto de entrada, en una tarde bochornosa de calor.
Cuando una ganadería se presenta en la Catedral del Toreo para coger antigüedad el ganadero debe venir en el mejor momento y ser conocedor de cómo le está saliendo de juego. Sino, es mejor no venir. Porque la novillada que trajo fue para olvidar.
Una novillada mal presentada e inválida, descastada y sin clase alguna para el debut de dos jóvenes: el colombiano Sebastián Cáqueza y el sevillano David Martin que traía cartel tras su triunfo con sangre en la Maestranza de Sevilla el pasado mes de junio.
Salió la primera res, cariavacado, sin rematar y surgieron las protestas por falta de fuerzas, injustamente debió permanecer en el ruedo, pues cada vez que embestía perdía las manos, desprendía una continua invalidez que la autoridad consintió. Poco pudo hacer Mario Diéguez de quien somos conocedores de su buen concepto. El cuarto, otro animal astifino y descarado pero muy flojo, que iba con la cara alta y sin humillar, no se movía sino era para dar derrotes. Poco pudo hacer Diéguez con semejante birria.
Otro más flojito hizo de segundo, noblón para que el debutante colombiano se presentase en Madrid y comprobásemos su concepto del temple, pues consiguió muletazos limpios y templados por ambas manos, pero eso sí, a media altura para que el bichejo no se cayese actuando de enfermero. Dos tandas destacadas al natural, sin tirar cohetes, le permitió dar el animalillo antes de que se apagara del todo. En el quinto, quizá el novillo más rematado presentado por el ganadero, fue recibido por una larga de rodillas pegado a tablas y luego el inicio de faena fue del mismo modo, de rodillas, toreo que no entiendo como aficionada. Quería calentar Cáqueza el ambiente, consiguiendo llevar la embestida templada y suave, pero como su oponente estaba vacío de fuerza y casta poco fue lo que llegó al tendido.
David Martín se presentaba en Madrid, después de que en Sevilla recientemente cortase una oreja y diese una vuelta al ruedo a la vez que sufría un percance, por eso los aficionados estábamos expectantes, pues las imágenes que nos habían llegado parecían de un novillero que se desmayaba toreando, ¡Que ilusión! Pero ahí amigo, se encontró con un novillo que no humilló nada, pero su nobleza sin fuerza permitió que Martín estuviera firme, empezando la faena por un cambio por la espalda y dejando algún muletazo con gran sabor.
El sexto no mejoró el petardo en que se estaba convirtiendo la novillada, encima de poca fuerza desarrollo sentido pero, del malo, una fuerte y fea voltereta se llevó el joven espada que pronto vio que no había material para el triunfo y lo despachó enseguida, otra vez será.
Qué pena de tarde en que no pudimos evaluar a los novilleros debutantes en la primera plaza del mundo, con este ganado, es el ganadero el que tiene que evaluarse él mismo y tomar cartas en el asunto y redirigir la ganadería porque con esto, mejor no venir. Los espadas mostraron ganas y voluntad, aunque los chicos no tuvieron ninguna opción de alegrar la tarde al respetable. Si supieran que cada tarde que venimos, tenemos la esperanza de que algún novillero pegue el pistoletazo, desprenda gusto y torería de forma personalizada y haga realidad su sueño, tendrían más consideración en la elección del ganado.Y ¿la Autoridad? como dice Roberto, ¿Por qué no escuchan al aficionado? En el palco todo vale, el asesor se calla y el presidente hace voluntad de ese silencio. Así nos va.