DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Final del certamen de novilladas nocturnas. Noche calurosa con 7.824 persona en los tendidos según la empresa.
Se jugaron 6 novillos de Fuente Ymbro, de justa presentación, siendo el 5º más cuajado. Destacó el comportamiento del buen 2º Comisario, nº 216 de 9/18. Con opciones en la muleta también 1º y 6º.
La novillada se detuvo a la muerte del 1º a consecuencia de un tremendo chaparrón que obligó al respetable a refugiarse en los pasillos de la plaza. El festejo se reanudó a los 15 minutos.
Calerito: De azul marino y oro. Casi entera atravesada. (Silencio); Metisaca, media delantera y 5 descabellos (Silencio tras aviso).
José Fernando Molina: De verde esmeralda y oro. Media estocada en buen sitio (Oreja). Estocada caída (Vuelta al ruedo con protestas).
Jordi Pérez “El Niño de las Monjas”: De caña y oro. Estocada trasera (Palmas). 2 pinchazos y estocada muy tendida y 3 descabellos (Silencio tras aviso).
Presidente: D. Juan Francisco García González. Sin mayores dificultades durante la noche. Aguantó la petición de oreja en el 5º con buen criterio.
Suerte de varas: La novillada se dejó pegar sin más. Derribó el 2º en el 1er encuentro, cumpliendo después en el 2º, y como es costumbre nos privaron de ver la 3ª vara. Destacó la ejecución de Daniel López en el 5º colocando 2 puyazos en el sitio.
Cuadrillas: Poco que destacar entre las cuadrillas de a pie.
Se anunciaban 3 finalistas más por la incomparecencia del resto de participantes que por otra cosa ante la enésima presencia de las reses de Ricardo Gallardo. Ánimos ganaderos.
José Fernando Molina se proclama triunfador del certamen de novilladas nocturnas de Las Ventas en un certamen de escaso nivel tanto en el apartado ganadero como en el novilleril.
El albaceteño protagonizó lo más destacado en el 2º Fuente Ymbro de la noche. Otro Comisario, como el que lidiase Fonseca en Junio, propició los mejores momentos del festejo. Derribó en un 1er puyazo, cumplió en el 2º y como es costumbre, nadie se ocupó de mostrarnos una 3ª entrada. En la muleta embestía con fijeza, por abajo y con transmisión. Allí se encontró la muleta de Molina, que inició la faena dándole distancia para acabar poniendo en práctica un toreo liviano, lineal y moderno. Resolutivo pero carente de emoción. Templó algún muletazo por el derecho y destacó un cambio de mano. Pero nos acordamos más de las embestidas de Comisario, que de los muletazos de Molina. Y eso que el estado del ruedo tras el reciente chaparrón dificultaba la estabilidad al utrero. Mató de media estocada en el sitio, lo cual debería premiarse por encima de enterrar la espada en cualquier sitio. Oreja que ya sabía a victoria.
En el 5º tuvo mérito un ajustado quite por saltilleras y gaoneras. En la muleta el novillo se paró. Molina se mostró firme para terminar con un arrimón que no le dio para abrir la Puerta Grande gracias al buen criterio presidencial.
Calerito dejó lo más destacado de su actuación en su 1º. El novillo salió con pies en el capote, apretando hasta el punto de desarmar al sevillano. En la muleta comenzó en los medios para acabar cerrando al novillo en el tercio donde le templó una serie ajustada y con cierto gusto por el pitón derecho que resultó lo más destacado de su tarde/noche.
El Niño de las Monjas no justificó su presencial la final. En el 3º, se sucedieron series de escaso lucimiento. El temple y el mando brillaron por su ausencia a pesar de las ganas del novillero. Tampoco ayudó el de Fuente Ymbro, soso y descastado.
El 6º misma tónica, más actitud que toreo. Comenzó en los medios de rodillas y su actuación se fue diluyendo ante un novillo con opciones que pedía ir muy tapadito y que le corriesen la mano para acabar de romper. Rescatables 2 naturales sueltos en la 2º mitad de trasteo. Mató mal.
Se cerraba así el certamen de novilladas nocturnas retomado tras los 2 años de pandemia en el que José Fernando Molina recogía el testigo del último vencedor, Tomás Rufo. Poca discusión sobre el premio de un certamen de escaso nivel.
Y ante la ausencia y comodidad de las primeras espadas del escalafón novilleril, José Fernando Molina fue el tuerto en el país de los ciegos.
Haga clic encima de cada imagen para poder ampliarla.