DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Corrida de toros. Corrida de Toros goyesca en el día de la Comunidad. Se han lidiado cuatro toros de Los Bayones, un remiendo de Abilio y Ramiro Hernández (6º), de procedencia Atanasio-Lisardo y un sobrero de José Luis Iniesta, de procedencia Domecq, que sustituyó al primero de la tarde, que era otro remiendo de Abilio y Ramiro Hernández. Un tercio de entrada en tarde apacible después del nubarrón. El peso medio de la corrida fue de 548 Kg.
- El Fundi: (marfil con bordados tabaco y negro). Pinchazo, estocada y descabello. Un aviso (saludos). Bajonazo delantero. Un aviso (ovación).
- Sergio Aguilar: (sangre de toro y negro). Estocada desprendida (saludos). Estocada (saludos).
- Morenito de Aranda: (aguamarina y azul pavo). Estocada contraria. Un aviso (vuelta). Media estocada desprendida (vuelta).
Presidente: Don Trinidad López-Pastor Expósito, durante el festejo no tuvo ninguna complicación y obró bien al devolver la primera res con premura. Suerte de varas: durante toda la tarde fue un simulacro de lo que en realidad debe ser el tercio más importante, además de picar en cualquier sitio y siempre trasero. Cuadrillas y otros: Destacó Luis Carlos Aranda de la cuadrilla de Morenito en el par de banderillas que propinó al tercero, además de su excelente brega al sexto.
La corrida goyesca en el día de la Comunidad es una atractiva cita para todo aquel que recuerde esta fecha. Las calesas, los voluminosos trajes goyescos con afaroladas mangas y el devenir de la gente entre el tumulto hacen que el alzamiento de los madrileños contra los franceses se recuerde con orgullo. Aunque de ruedo para fuera parece que no haya pasado tiempo, la corrida goyesca ya no es lo que era, no pudimos pisar el ruedo venteño en tal señalado día y tampoco tuvimos la ocasión de ver las típicas banderillas goyescas y sin vergüenza digo: ¡qué lástima de entrada! Luis Carlos Aranda, torero de plata, se llama la joya en la tarde de atrezzo de oro. Algo ha quedado por siempre en el recuerdo del aficionado. En las Escuelas Taurinas podrán enseñar la técnica, las formas o los modos, pero lo que no enseñan es a tener torería. Con ella se nace, o se tiene o no, pero ésa no se aprende. El veterano subalterno cuajó un impresionante par de banderillas puro, ortodoxo y ajustado a los más exigentes cánones. Se paró el tiempo y los ojos del respetable se fijaron en un pecho ofrecido al astado y en unos andares toreros que llevaron al torero de plata desde casi la boca de riego hasta el balcón dibujado por las astas del animal. Allí, clavó un par de otra época y puso al aficionado en pie. Sí, señor ¡que aprendan los de oro! El Fundi fue una bailarina en sus dos toros. El primero fue devuelto porque no hay más que explicar que salió un moribundo por chiqueros. Tras petición, el presidente otorgó que saliera el sobrero. Tampoco el de José Luis Iniesta valió para que el diestro se centrara y demostrara la veteranía antes de finalizar su profesión como matador de toros en la presente temporada. Tanteos fuera de sitio, de uno en uno, dos pasitos para atrás y tapando la cara en el remate de la tanda evidencian el torero de El Fundi. Los buenos toreros son los que sacan algo de nada. Su segundo fue un típico Atanasio-Lisardo con gran arboladura, aunque le podían haber cogido unos kilos más, al igual que al resto de la corrida. Adormilamiento en el peto y puyazos traseros. Ahora es cuando se valora la maravillosa novillada de Nazario Ibáñez que se vió en la tarde de ayer y es que la CASTA es la casta. Y al igual que en su primero, El Fundi no parece tener “superglue” en las zapatillas, vaya manera de perder pasos. No tiene excusa, el toro va, es el típico bobalicón que no hace ni el más mínimo extraño. Se despide con un bajonazo. No culmina en su temporada del adiós. Sergio Aguilar no tuvo mejor suerte que su compañero de terna pues el segundo de la tarde, a pesar de tener unas buenas perchas, era sensible al engaño e indiferente a la lucha. Le pican trasero y en el brazuelo. La res solicitaba a gritos una muerte prematura. Se amorcilla para la suprema y Aguilar le despacha de una estocada desprendida. El quinto le permite estirarse al natural a pecho descubierto pero tampoco dice nada. Caras de aburrimiento destellan bajo el sol escondido. Eso sí, le infiere un estoconazo de diez. Atención a este torero que desprende verdad y clasicismo en su toreo y que además sabe matar. Sin duda el diestro de aspiración, ambición y disposición en la goyesca se cualificó en Morenito de Aranda. Al tercero, un toro vulgar y abanto de salida, le jalea con gusto en el capote, va mejor por el pitón izquierdo. Le pican trasero. En este momento es cuando Luis Carlos Aranda entra andando y pone el soberbio par lento y al cuarteo indescriptible. Tampoco hay toro de faena pero el burgalés tampoco manda. Muchas pinceladas pero ningún dibujo realizado. El sexto, es un toro bien compuesto, el más joven de la corrida y vuelta a la burra, le pican trasero. Otro descastado más, sin ningún tipo de fondo ni transmisión. Hizo un esfuerzo y sacó muletazos de mérito. Se palpó interés pero no hubo rotundidad. El premio fue la vuelta al ruedo. La tradicional corrida de expectación fue una vez más corrida de decepción si la miramos desde el ángulo ganadero. Corrida bien presentada, seria y con bonitas hechuras pero ¿dónde está la CASTA? El hierro de Los Bayones se declara como encaste Atanasio podrido. Cuando falla el toro, por mucha presencia que tenga, la corrida del 2 de mayo, todavía una de las más importantes de la temporada, se convierte en un espectáculo de sainete, casi cercano al baile de disfraces. Este aperitivo previo a San Isidro sirve para que, tras el largo invierno, los abonados vuelvan a encontrar el tono habitual de exigencia. Ya se sabe, en cuestión de poco más de una semana comienza el maratón de más de un mes de toros. Mejor ir poco a poco a dejarse la garganta protestando a primeros de mayo. Luis Carlos Aranda hoy nos ha ofrecido ver un toreo de otro tiempo, ha conseguido revivir la grandeza y verdad del segundo tercio. Hoy tuvimos una auténtica joya, eso sí, esta vez consagrada de plata.