DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
En la primera novillada apareció por fin la casta
14 Mayo 2012 | Escrito por Joaquín Monfil. | Fotografías de Constante
Novillada con picadores. Tres novillos de Buenavista, dos remiendos de Fernando Peña (4º y 6º) y un sobrero (1º bis) de Couto de Fornilhos. Los tres primeros escurridos de carnes, poca cara y más con aspecto de erales que de utreros, impropios para Madrid. Los tres últimos muy bien presentados y con más trapío de toros que muchos de los que traerán las figuras. En cuanto a juego, mansos en general pero con casta y movilidad, creando problemas en banderillas y persiguiendo a los toreros en cuanto tenían ocasión.
1º) Indiano (sobrero de Couto de Fornilhos). Muy encastado, una máquina de embestir. No se le paró de salida, entró al caballo de Teodomiro Caballero recibiendo un puyazo trasero, el toro romanea y derriba. En la segunda entrada aún le picó más trasero. Sin fijeza, enterándose y sin ser sometido nunca en la muleta. Aplausos en su arrastre para molestar a la novillera.
2º) Juncoso. Manso defendiéndose y calamocheando de salida. Recibe un puyazo trasero y caído de Francisco José Quinta, y éste la hace la carioca y le da dos vueltas. En el segundo envite es picado caído y delantero y rectifica, yéndose al agujero anterior. Se quedó sin fuerzas para la muleta defendiéndose y creando problemas. Silencio en su arrastre.
3º) Palmero. Mal puesto y mal picado, trasero y caído, por Agustín Navarro. En la segunda entrada le pica en los bajos y le tapa la salida. A pesar de todo se movió el resto de la lidia. Ovacionado en su arrastre.
4º) Melenitas (remiendo de Fernando Peña). Con trapío de toro, afligiendo a la novillera y a toda su cuadrilla por su casta. Recibió un puyazo muy largo y trasero de Antonio Apresa y luego otro caído y trasero. Cogió a Salguero al hacer su quite sin consecuencias. Se hizo el amo del ruedo y desbordó a la novillera. Algunas palmas en su arrastre.
5º) Mesonero. Flojo desde la salida. Tomó una vara trasera al relance de José Antonio Orihuela y un picotazo trasero y caído. Se vino arriba en banderillas, mostrando su casta. Palmas en su arrastre.
6º) Agüero (remiendo de Fernando Peña). Otro con trapío de toro. Recibe un puyazo trasero y empujando de Agustín Romero, quien le tapa la salida. Sale suelto y se queda aquerenciado en tablas. La segunda entrada es por los adentros en el 9, recibiendo un picotazo trasero. Muy quedado en tablas, el novillero le da medios muletazos y le desarma. Silenciado.
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- CONCHI RÍOS: (de turquesa y oro). Bajonazo, AVISO y dos descabellos (PITOS). Pinchazo caído escapando de la suerte, otro huyendo, se echa, lo levanta el puntillero al segundo intento y se vuelve a echar (PITOS).
- TULIO SALGUERO: (de verde oliva y oro). Pinchazo sin soltar, media muy baja y descabello (SILENCIO). Pinchazo escapando, estocada contraria baja a toro arrancado, AVISO y se echa (PITOS).
- GONZALO CABALLERO: (de blanco y oro). Estocada trasera (OREJA). Estocada tendida, caída y atravesada (SILENCIO).
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Cuadrillas: Muy mal los montados, como siempre, despedidos con el grito del 7: “Picaoooor...qué malo eres”. El primero de la tarde (sustituído luego por el sobrero), de salida y sin parar por Conchi, hizo hilo con Raúl Corralejo y le perdonó la vida al perder éste pie junto al estribo, justo cuando el novillo le corneaba con la inercia que llevaba y fallar estrellando sus pitones en la barrera, con lo que se partió el pitón derecho que saltó por los aires. El presidente, don César Gómez, antirreglamentariamente sacó el pañuelo verde, pero de esta forma protegió a los que pagamos. El peón se retiró a la enfermería con fuerte contusión torácica y no volvió a salir. Por este motivo, Manolo Peña lidió los dos toros de Conchi Ríos y parearon doblemente Curro Robles y Paco Chaves a primero bis y cuarto respectivamente, aparte de los correspondientes de sus espadas, recibiendo aplausos ambos.
Incidencias y otros: Tarde de bochorno calurosísimo, huecos en los altos del sol como es habitual y novillada entretenida, mucho más que las vergonzosas corridas anteriores.
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Por fin apareció la casta en Las Ventas y tuvo que ser en la novillada. Los tres primeros sin presencia, pequeños, más propios de una sin caballos y los tres últimos con trapío, muy bien hechos, unos tíos. Pero todos con movilidad y casta, que pusieron en dificultades y en evidencia las enormes carencias de los jóvenes. El sobrero portugués de Couto de Fornilhos fue un novillo encastadísimo que nunca se cansó de embestir.
La tarde comenzó de infarto. Conchi, sin acertar a parar a su primero titular, dejó al de Buenavista a su peón Raúl Corralejo, al que le hizo hilo en el platillo y le persiguió con saña, sin hacer caso del capote que soltó y le tiró. Al llegar a la barrera, con el novillo ya encima de su cogote, Raúl perdió pie y cayó bajo el estribo justo cuando el astado le tiraba un hachazo con el pitón derecho que impactó violentamente en tablas, el pitón se partió y la funda saltaba por los aires. Milagrosamente no lo ensartó como una mariposa contra la barrera porque el peón cayó, si no podía haber sido una auténtica tragedia. Corralejo se fue a la enfermería para no salir y don César sacó el verde. En su lugar salió un sobrero de Couto de Fournilhos, que fue un monumento a la casta y estuvo a punto de cornear al peón Paco Chaves al perseguirle hasta la barrera tras poner un par de banderillas y empujarle al callejón, tras quedarse sin saltar. Luego, el novillo desbordó totalmente a la murciana. El segundo, pitado de salida por su escasa presencia, también desbordó al pacense Tulio Salguero, que estuvo a su merced sin saber qué hacer.
El tercero también fue pitado de salida por su aspecto de eral pero se movió y tuvo casta. El debutante en esta plaza, Gonzalo Caballero, de Torrejón de Ardoz, estuvo en novillero, fue muy jaleado por sus paisanos tras unos brillantes inicios de faena, aunque luego estuvo torpe en el toreo fundamental, fue desarmado y achuchado y nunca llegó a dominarle, mostrándose más cerca del suicidio inconsciente que de la valentía. Pero está claro que la gente vió su disposición, sus ganas y como llevábamos varios días sin ver nada de nada, al finalizar con unas ajustadas bernardinas y una estocada trasera que fue suficiente, los pañuelos asomaron y la oreja fue concedida ¿Justa? Es un novillero, muy nuevo, hay que animarle...pero hay que decirle la verdad y no engañarle. Estuvo siempre a merced del novillo y eso que era nobilísimo y le perdonó varias veces. Y luego, lo intolerable fue la vuelta al ruedo, con una duración de casi ocho minutos, como las de Jesulín cuando toreaba para las mujeres. Que esto es Las Ventas, hombre.
La segunda parte fue mucho más seria, casi una corrida, con novillos cuajados, con cara y rematados. Los dos burracos de Peña, cuarto y sexto, dos tíos y el quinto de Buenavista otro tanto. Aquí los tres novilleros mostraron su desconocimiento de la técnica, lo poco que les enseñan a lidiar y a solventar dificultades y se puso de manifiesto que están a merced de los novillos en cuanto éstos no son los típicos tontorrones. Y así fueron desarmados varias veces. Conchi estuvo huyendo y su pánico se mascaba. Salguero sólo brilló por su pundonor en un quite al cuarto por gaoneras tras ser desarmado anteriormente y volver a intentarlo. Con el suyo, el quinto, mal, sin saber cómo meterle mano a un novillo a la defensiva. Y a Caballero, el último se le paró pronto y no le dió opción alguna y eso que la gente le esperaba, para ver si lo anterior se confirmaba y había Puerta Grande.
Tuvo que ser en la primera novillada de la feria pero, con la llegada de la casta, aun en distintas proporciones, todos los de a pie, tanto diestros como peones, estuvieron más nerviosos que de costumbre y en general tuvieron que emplearse a fondo. Pero, en cambio, hoy nadie bostezó en el tendido y así al menos deberían ser la mayoría de festejos, si es que los taurinos quieren que esto no se muera. Aunque ya se encargan ellos de que no suceda, para que no haya sobresaltos y todos estén tranquilos ¡Qué pena!