DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Feria de Otoño. Media entrada. Se han lidiado toros de Adolfo Martin, desiguales de presentación. Bien presentados y en el tipo de la casa primero y sobre todo segundo; mal presentado el tercero, estrecho y sin remate; lavados de cara y muy justos cuarto y quinto; el más cuajado, el sexto. Todos pasaron de puntillas por los primeros tercios, y a la corrida la faltó casta en general (con alguna excepción) y bravura. Primero y sobre todo el quinto, además fueron muy flojos. El segundo sí resultó encastado y difícil, el cuarto desarrolló gran nobleza y el sexto fue muy peligroso.
Adrián de Torres (blanco y oro). Bajonazo (palmas). 7 pinchazos, y sin dejar el estoque 5 descabellos (pitos).
Román (blanco y plata). Metisaca, estocada contraria y descabello (Saludos). Estocada defectuosa que hace guardia (silencio).
Ángel Sanchez (blanco roto y azabache). Estocada trasera y contraria (silencio). Estocada (aplausos cuando es conducido a la enfermería).
Tercio de varas y cuadrillas: Resulta especialmente doloroso ver que una ganadería como la de hoy pasa por el tercio de varas con un comportamiento tan vulgar y sin dejar nada para el recuerdo. No ha habido intención, -y eso vaya por delante- de colocar a los toros correctamente y con voluntad de que pudiera haber un mínimo lucimiento. Pero lo más triste es que ya nadie lo esperaba, se ha dado por hecho y ni se protestó desde el tendido. Como resultado, una vez más hemos sido obsequiados con toda variedad de puyazos traseros, caídos, y administrados con dureza en el primer envite para realizar un mero trámite en la segunda entrada. Causa perdida, qué pena.
En banderillas destacaron Curro Javier y Prestel en el tercero. Bien también pero en un nivel inferior a los anteriores, Iván García en el cuarto y Antonio Molina en el sexto. Todos saludaron.
Presidencia en incidencias: Ocupó el palco D. Victor Oliver Rodríguez. No debió permitir la salida al ruedo del tercero por falta de trapío y tendría que haber devuelto al quinto por manifiesta invalidez.
Se dio la curiosidad que Adrían de Torres, aun siendo el confirmante en la tarde de hoy, era el más antiguo en alternativa por lo que no se produjo ninguna alteración en el orden de lidia.
Parte Médico de Ángel Sánchez: Herida por asta de toro en 1/3 superior cara posterior muslo izquierdo. Traumatismo craneoencefálico y herida incisa en región frontal. Contusión hombro derecho pendiente de estudio radiológico.
Es intervenido quirúrgicamente bajo sedación en la Enfermería de la plaza de toros, siendo trasladado al hospital Fraternidad-Muprespa Habana
Esta tarde se nos servía la segunda comparecencia del año de los adolfos en Madrid en lo que ya se ha convertido en un clásico de las últimas temporadas venteñas, la doble ración anual por primavera y otoño. La pena es que como también viene siendo habitual, y salvando la excepción del San Isidro 2019 donde sí nos reencontramos con esta ganadería que tanto nos encandiló en el pasado, hoy hemos vuelto a ver una corrida que se ha movido en una línea tibia, grisácea -nunca mejor dicho- marcada por el comportamiento general de los cárdenos de D. Adolfo.
Animales que han mostrado complicaciones la mayoría, sin romper ninguno de verdad para adelante, con nobleza alguno y bastante guasa otros, pero casi todos con el depósito de la casta en la reserva, falta de poder generalizada e incluso justeza de fuerzas en más de un ejemplar.
Venía a confirmar su alternativa Adrián de Torres, con el aval de su buena tarde estival en Cenicientos y con la esperanza de dar un aldabonazo que le permitiera salir de la zona baja del escalafón. Y tras su tarde todo ha quedado en tablas. “Pronto y en la mano” decía el maestro Chenel y eso pareció pensar el confirmante al comenzar sus dos faenas de forma idéntica, poniéndose a torear sin probaturas evidenciando gran predisposición, pero quizás también errando el planteamiento en los inicios. Con el de la ceremonia, un albaserrada que mostró temple desde salida pero poquita fuerza, fue desarmado en la primera serie y a partir de ahí el animal desarrolló complicaciones propias del encaste, sin evidenciar gran poder pero sabiendo lo que dejaba atrás a partir del tercer muletazo de cada tanda. A decir verdad y tras ese momento, el de Linares aguantó con firmeza la situación y plantó cara sin descomponerse ante la guasita que sacó el toro. Con el cuarto, el típico toro de este encaste que desarrolla nobleza a la mexicana con embestidas enclasadas pero con cierta falta de emoción, destacó el temple natural demostrado para conducir las embestidas por momentos, aunque todo resultó intermitente, sin redondear y aquello no terminó de cuajar. Lo peor sin duda vino con los aceros, un bajonazo a su primero y un auténtico mitin con el descabello (sin llegar a dejar la espada previamente), emborronó una actuación que nos ha dejado sensaciones contradictorias. Hay muchos defectos que pulir pero es un torero con mimbres. Confiemos en el margen de mejora.
Román volvía a anunciarse en Madrid y nos alegramos de haber detectado una evolución muy favorable desde que aquel ibán frenara en seco, en este mismo ruedo hace ya tres años, la gran progresión que venía marcando. Hoy, ante su primer animal que fue el mejor presentado de la corrida, ha estado hecho un tío. Comenzó saliéndose hasta los medios en el saludo capotero haciendo todo a favor del toro, que enseguida evidenció problemas quedándose debajo de las telas y sin recorrido. Éste sí sacó casta propia de la casa pero mucha dificultad y el valenciano no dio un paso atrás, tragó quina ante los parones con los que le midió el de Adolfo una y otra vez y se jugó el físico en un trasteo de gran mérito. Lástima de metisaca al perder las manos el toro en el encuentro, pero Román está de vuelta y esa es la mejor de las noticias. Con el quinto, un inválido que debió volver a los corrales se justificó sin más. No había más que hacer.
Y por último y cerrando el cartel se anunciaba Ángel Sánchez, cuya mano izquierda siendo novillero nos entusiasmó allá por el 2017. Acusó posteriormente su paso al escalafón superior pero el recuerdo en el aficionado aún se mantiene fresco y por ello todavía mantenemos esperanzas en que pueda cuajar en un matador importante, que falta nos hace. Hoy no ha sido posible el lucimiento, más allá de un quite por chicuelinas muy apretadas y muy bien rematadas como respuesta a otro de Adrián de Torres en el tercero de la tarde. Este toro directamente se paró, fue un pozo seco. El sexto fue un marrajo de muy mala condición, que desarrolló mucho sentido y que cogió al madrileño en dos ocasiones propinándole dos volteretas tremendas. Dramática especialmente resultó la segunda, entrando a matar y que nos hicieron salir de la plaza con una gran preocupación. Lo mejor sin duda las noticias tranquilizadoras que salieron de la enfermería pasados unos minutos y que permitirán recuperarse al torero para tenerle pronto de nuevo anunciado, y esperemos que con mejor suerte.
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