DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
28 de mayo de 2022. Feria de San Isidro. 18.000 espectadores. Se han lidiado toros de Luis Algarra. Corrida mal presentada en general de la que sólo podríamos rescatar al que abrió plaza y en menor medida el quinto. El resto fue una escalera de toros feos y sin trapío como el segundo y sexto, o sin ningún remate como tercero y cuarto. El toro de Madrid sigue brillando por su ausencia. Salvo primero y cuarto con movilidad y posibilidades en la muleta, el resto presentó un comportamiento descastado y soso en general.
ROMÁN (sangre de toro y oro). Estocada trasera, tendida, atravesada y descabello (oreja protestada). Estocada delantera y defectuosa (vuelta protestada).
GONZALO CABALLERO (gris perla y oro). Estocada que hace guardia y otra perpendicular que necesitó descabello (Silencio). tres pinchazos -aviso- y descabello (silencio).
DAVID DE MIRANDA (azul y oro). Pinchazos y media estocada (silencio). Un pinchazo y estocada (silencio).
Presidencia: Ocupó el palco D. Ignacio Sanjuan Rodríguez. No debió permitir la salida al ruedo de varios ejemplares sin la presencia mínima para la Plaza de Madrid. Concedió una oreja muy barata en el primero; bien al no asomar el pañuelo en el cuarto, lo que habría posibilitado una Puerta Grande inapropiada a todas luces.
Incidencias: En la enfermería fueron atendidos Roman (con una cornada en el gemelo de la pierna derecha de 15 centímetros); Gonzalo Caballero (Contusión en la rodilla derecha con posible lesión del menisco interno. Puntazo con hematoma en gemelo de la pierna izquierda) y Jesús Arruga (lesión en el hombro del brazo derecho).
Ceñirse en esta crónica simplemente a describir lo acontecido en el ruedo durante las dos horas de corrida sería lo deseable, pero es imposible porque el resultado del espectáculo es, en gran medida, consecuencia del entorno en el que se desarrolla. Y el entorno que se ha instalado este año en San Isidro ha hecho que el ambiente las tardes de toros sea sencillamente, irrespirable. El deterioro que se viene sufriendo en este aspecto en la Plaza de Las Ventas ya ha tocado fondo… o no, vaya usted a saber, pero de seguir así acabaremos huyendo para no volver. Tiempo al tiempo. Mientras tanto, el Sistema Taurino continúa en su nube de felicidad, con la Empresa a la cabeza, la aquiescencia de la Comunidad de Madrid a través de su CAT, y los medios de comunicación “oficiales” que adoctrinando al incauto televidente o lector a través de su realidad sesgada, no hacen más que profundizar en la maltrecha herida por la que se desangra el futuro de la FIESTA.
La Plaza de Las Ventas ha perdido el rumbo. Los tendidos, otrora ocupados por sabia afición de Madrid que ya no volverá, ahora se nutren de una masa ebria -en una proporción más que preocupante-, alentada entre otras cosas por el ambiente discotequero establecido últimamente en la plaza. Pasillos interiores y tendidos acumulando en cada rincón basura propia de un botellón en toda regla. Público fanático de su torero, que sin entender ni un mínimo la esencia de la lidia, son capaces de enfrentarse con insultos irreproducibles y amenazas de todo tipo a los pocos aficionados que directamente “no tragan” con tanta degeneración. Populacho que como borregos inundan el ruedo de almohadillas, incluso con el toro vivo en la plaza, porque siguen al primer idiota que lanza la suya... ¿Alguien da más? Pues suma y sigue.
Con éstas, afrontábamos la tarde de hoy en lo que se suponía un día más tranquilo, fuera de los carteles de relumbrón. Pero nada más lejos de la realidad, porque hoy para rizar el rizo del esperpento, los ultras de un equipo de futbol se han permitido el lujo de denigrar aún más nuestra querida plaza y nuestro espectáculo. Cánticos típicos del Fondo de un Estadio, soflamas insultantes contra el equipo rival, y enfrentamientos más que dialécticos con otros grupos de la plaza, hacían que los pocos aficionados que allí estábamos no diéramos crédito a lo que veíamos. ¡En Las Ventas y en plena Feria de San Isidro! Animales irracionales que de remate se entretuvieron en destrozar bares a la salida y agredir a sus dueños y camareros. ¿Pero dónde vamos a llegar? De verdadera vergüenza y merecedor de la más enérgica repulsa. Nunca el público de toros y la afición fue así, ni toda esta gentuza tiene aquí cabida, así que busquen responsables y pongan freno por favor, porque esto se va definitivamente de las manos.
Dicho todo esto créanme, que hablar de lo puramente taurino es complicado. La tarde se vio marcada por su entorno y sinceramente poco nos dejó para el recuerdo.
La corrida de Algarra no estuvo bien presentada. Tan solo el primero y en menor medida el quinto, cumplieron con los mínimos, siendo el resto un compendio de toros mal presentados, chicos en exceso algunos y feos en general la gran mayoría. Tampoco su comportamiento resarció su presencia, aunque bien es cierto que el lote de Román sí dio opciones. El primero, tras acudir al relance al caballo y marrar en su cometido el piquero, derribó con estrépito al no encontrar oposición y en el segundo encuentro recibió un simple picotazo. Se quedó sin picar y ello contribuyó a que presentara mucha movilidad en la muleta. Román se plantó en los medios directamente con la izquierda y allí comenzó una faena donde la cantidad fue superior a la calidad. Gran predisposición y ganas de agradar en su debe. Aceleración excesiva y falta de ajuste en su haber. Tras una estocada trasera, tendida y atravesadilla que necesitó de un descabello, se le otorgó una oreja muy barata. Estuvo por debajo de las posibilidades del toro, y él lo sabe. Con el cuarto, un ejemplar mal presentado y al que se le simuló la suerte de varas, le recetó una faena bulliciosa, de muchos muletazos sin temple, ejecutados con mucha rapidez, sin mando ninguno y desde una colocación cuando menos censurable. Sufrió una voltereta de la que salió herido en el gemelo y mató de una estocada delantera y defectuosa. No lo creerán, pero se le pidió la oreja que el palco tuvo a bien no conceder porque hubiera supuesto una Puerta Grande absolutamente irrisoria. Ah por cierto, esta faena fue prologada por una diana floreada ejecutada por el Soro desde el Palco de la Música, en un gesto anecdótico dirán unos, pero que está totalmente fuera del contexto de una corrida de toros en la Plaza de Las Ventas.
Comparecía por segunda vez en el ciclo Gonzalo Caballero. Y en el segundo capotazo de recibo a su primero fue derribado por el toro, que le buscó en el suelo propinándole una soberana paliza en la zona de tablas del 9 de la que milagrosamente no salió herido con mayores consecuencias. A partir de ahí, el toro de feo estilo, descastado y con malas intenciones sobre todo por el pitón izquierdo, dio pocas opciones y la faena -toda desarrollada con la derecha- nunca tomó vuelo. Con el quinto, tras salir de la enfermería y ser animado desde los altos del sol con cánticos que nunca debieron producirse, desarrolló una labor tan vulgar como lo fue el oponente que tuvo enfrente. Ciertamente para el olvido.
Como en el olvido quedará la actuación de David de Miranda en esta feria. No pasó nada. Y eso suele ser mal síntoma para el futuro. Lo intentó con el capote, dejando alguna verónica de buen trazo y su concepto en algún quite, pero en la muleta se encontró con dos animales descastados, sosos, y sin opciones con los que no debió alargarse tanto. Ambos pozos estaban secos. Esperaremos alguna otra oportunidad para el onubense, ya que después del 2019 quizás hubiera merecido otro trato en estos carteles del San Isidro ´22.
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