DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 novillos de la ganadería Ribera de Campocerrado, que tomaba antigüedad de procedencia Domecq línea de Garcigrande y de María Antonia Fonseca vía Andrés Ramos. Desigual de presentación, destacando por encima los dos primeros. Animales muy variados de capa, desde castaño, negro, negro salpicado, ensabanado. De comportamiento deslucido, justos de fuerzas, descastados, sin transmisión, sin raza y sin entrega. Daban pena. Se devolvió el quinto por inválido y en su lugar salió un sobrero de Chamaco que a la postre sería el más interesante del deslucido espectáculo.
Rafael Reyes: De blanco y plata. Estocada trasera recibiendo. Palmas, pinchazo y bajonazo Pitos.
Alejandro Mora: De sangre de toro y oro. Pinchazo y bajonazo. Ovación, pinchazo hondo y estocada. Vuelta al ruedo por su cuenta tras leve petición.
Jesús García: De azul noche y oro. Estocada corta y cuatro descabellos. Silencio tras aviso.
Presidente: Juan Francisco García González. Muy mal. Devolvió un ejemplar, pero debió devolver varios. Se palpaba la falta de fuerzas, la afición protestando y el usía haciendo caso omiso. Lo mejor que hizo fue aguantar la presión y no conceder la oreja a Mora en el cuarto. Este señor demostró tener poca afición y un desinterés absoluto para el beneficio del espectáculo y de la seriedad que requiere la primera plaza del mundo.
Cuadrillas y otros: De los de plata no cabe destacar ninguno, y de los del castoreño se debe mencionar la mala tarde que tuvieron. Sorprendió Héctor Vicente, experimentado varilarguero que ha demostrado en otras ocasiones su buen hacer y que tuvo en el día de hoy una actuación vergonzosa. En la paletilla el primero encuentro y en el segundo en el costillar. No rectificó en ninguno.
Incidencias y otros. Tarde de mucho calor. Unos cuatro mil espectadores de pago. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manuel Rodríguez "Manolete", muerto tal día como hoy de 1947 en la plaza de toros de Linares.
Una localidad del tendido bajo del 7 fue ocupada por el prestigioso aficionado D. Eduardo Coca. Una eminencia y un veterano aficionado exigente y reivindicativo de mantener la seriedad, el rigor y el prestigio en esta plaza.
Transcurría la faena del sexto de esta anodina tarde cuando Roberto, nuestro presidente, desde el 7 alzó la voz Ganadero: tiene usted mucho trabajo, vaya debut. Esta afirmación resume lo que fue la tarde.
Con mucha expectación e ilusión acudimos al coso de Las Ventas, pues debutaba una ganadería y debutaban los tres novilleros. Mucha casualidad. Se cumplió el dicho de la ilusión cuando te preguntan a ¿dónde vas? A los toros y la desilusión cuando te dicen ¿de dónde vienes? De los toros…
Un petardo ganadero. Y es que la novillada solo tuvo fachada. Una variedad de capas salió por toriles para el deleite de los amantes del toro. Luego los animalitos estaban vacíos por dentro, sin apenas fuerza y sin recorrido. Tuvo que salir, una vez más, un sobrero de Chamaco que pusiera un poco de riesgo y de emoción. Salió en quinto lugar, era un tío, y le permitió al sobrino de Juan Mora, Alejandro, gustarse en algún pasaje con la mano izquierda.
Alejandro Mora posee cualidades y gustos de toreo artista rematados con adornos muy toreros de los que no se aprenden en las escuelas. Falta verle con un lote de más opciones. Su primer oponente no tenía fuerzas e incomprensiblemente el presidente y su peón Palomeque lo mantuvieron, por lo que fue una actuación muy deslucida. Ya con el sobrero de Chamaco se le vio ese empaque y esas formas de enganchar los muletazos adelante y con los vuelos de la muleta. Los naturales y los últimos muletazos de frente y a pies juntos fueron de lo mejor de su actuación y de la tarde. Un pinchazo y una posterior estocada hicieron que la petición fuera más leve y la oreja no cayera al esportón. Una vuelta al ruedo que nadie protesto y que da esperanza para volverle a ver.
Rafael Reyes, está a punto de cumplir los treinta años. Debería reflexionar sobre su futuro. Apoderado por el matador de toros José María Lázaro está a la espera de coger el tren que ya se ha marchado. Es cierto que no tuvo un lote con opciones. Su primero fue un invalido y el cuarto también blandeo y llego a la muleta defendiéndose por lo que su actuación paso sin pena ni gloria.
Cerraba la terna Jesús García de la escuela taurina de El Juli. Recibió a su primer novillo con un variado de verónicas y chicuelinas espantoso. De salida se debe torear a la verónica y ganando terreno no este sainete de trapazos. Con la muleta poco pudo hacer, pues su invalidez era plasmante. Con el sexto, ya estaba la tarde caída, los aficionados aburridos y el novillo, otro más, rozando la incapacidad para la lidia.
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