DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Última corrida de la temporada, día de la Hispanidad. Se lidiaron seis toros de la ganadería de Valdefresno, de procedencia Atanasio Fernández- Lisardo Sánchez desiguales en presentación, siendo el segundo impresentable para esta plaza, el resto serios, bien armados y todos cinqueños excepto el sexto. Sobre su comportamiento en general faltos de raza. Destaco el tercero por su movilidad. Según la tablilla mentirosa el peso medio de la corrida fue de 536 kg.
Eugenio de Mora: (Azul pavo y oro), media estocada trasera, caída y atravesada -aviso- (silencio); estocada corta caída (silencio); seis pinchazos, media estocada trasera y tendida -aviso- y dos descabellos (silencio).
Gonzalo Caballero: (Sangre de toro y oro). Estocada corta delantera y desprendida (oreja). Herido pasa a la enfermería.
Jesús Enrique Colombo: (Azul celeste y oro).Estocada y Oreja protestada tras aviso y bajonazo que provoca derrame y vuelta al ruedo tras leve petición.
Tercio de Varas: Deslucidos por el comportamiento de los cornúpetas que no se terminaron de emplear y porque los varilargueros tampoco destacaron en su labor con varas traseras, caídas y tapando la salida.
Cuadrillas: Sin sobresalir ninguno si destacar la profesionalidad habitual de los subalternos Raúl Ruiz y Fernando Sánchez.
Presidente: Don José Magán. Sin problemas, aunque no debería de haber aprobado el segundo toro y no conceder la oreja del tercero.
Incidencias y otros: Muy buena entrada, más de media plaza. Según datos de la empresa: 14.037 espectadores. Al terminar el paseíllo, la banda de música interpretó los acordes del Himno Nacional. El Director Gerente del CAT, Miguel Abellán ocupo una localidad en el tendido bajo del 7.
Parte médico Gonzalo Caballero fue operado de una cornada en el tercio proximal de la cara interna del muslo izquierdo, con dos trayectorias, unas de 30 centímetros hacia arriba y hacia fuera, que produce destrozos en músculos sartorio y cuádriceps y contusiona la pala iliaca izquierda y tora de 25 centímetros hacia atrás que secciona vena femoral y ramas colaterales. Pronóstico muy grave. Fdo. García-Padrós.
Recibió el público con una cariñosa ovación tras el paseíllo a Gonzalo Caballero, quien vestía de sangre de toro y oro. Sangre que ha derramado en sus últimas comparecencias en esta plaza. Brindó a una de las figuras de la plaza, al Dr. Máximo García Padrós. Torero de valor y de entrega pero de escasa técnica que le está ocasionando graves percances como el que sufrió hoy. Debe recapacitar como ejecuta las suertes, y en qué momentos, sobre todo a la hora de la verdad donde es carne de cañón y todos lo sabemos. Su labor fue el reflejo del toreo de pueblo, con el típico arrimón y rematado con unas bernardinas que conectaron con el público, que no el aficionado. Al entrar a matar, atropellando la razón, recibió una fuerte cornada, de nuevo. Impactó en la sensibilidad de los presentes el momento dramático que no se iría de las conciencias durante todo el festejo. Animo y a reflexionar.
Eugenio de Mora despertó la ilusión de este cartel. Su concepto siempre ha gustado en esta plaza y su paso por S.Isidro dejó buen sabor de boca en esta exigente afición. Ante su primer oponente, un mansurrón con la cara alta poco pudo lucirse con el percal y la franela ya que el animal no terminó de emplearse y se fue rajando poco a poco. Lo mismo pasó con el cuarto, un animal que no humillo en ningún momento. En el sexto que mató por el percance de G. Caballero lo recibió con unas buenas verónicas. Se mostró profesional y técnico aunque la faena no terminara de deslumbrar. Todo se emborronó con la espada.
J.E. Colombo cerraba la terna, recibió a su primero, Pomposico, con unas verónicas un tanto aceleradas, como su tercio de banderillas, en el que destaco tan solo el tercer par. Tenía mucha movilidad este toro de Valdefresno. Con alegría se desplazaba y Colombo lo entendió bien dando distancias. Su falta de mando y de colocación impidió que la faena alzara los vuelos. Cerró con unas manoletinas su actuación y con una estocada entera le sirvió para cortar una oreja barata. En el segundo de su lote volvió a poner banderillas y el tercer par al quiebro al violín recibió una fuerte paliza. Empezó bien la faena de muleta larga y templado que fue lo que aguanto el toro, luego fue a menos como la faena. El joven diestro quiso calentar al personal con unas ajustadas manoletinas para conseguir la otra oreja que le abría la P.Grande pero un bajonazo acabó con la esperanza.
Haga clic encima de cada imagen para poder ampliarla.