DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
19 de mayo de 2016 | Escrito por Pepeíllo | Fotografías de Iván de Andrés
6 Toros del Puerto de San Lorenzo. Encaste Atanasio Fernández Lisardo Sánchez. Bien presentados. En líneas generales mansos y algunos manejables. El sexto sacó algo de casta.
Enrique Ponce: De grana y oro. Estocada desprendida y atravesada y algo trasera y dos descabellos. Saludos desee los medios. Bajonazo, aviso. Saludos desde el tercio.
Daniel Luque: De verde olivo. Pinchazo y estocada que vale. Silencio. Pinchazo perdiendo la muleta, bajonazo, aviso. Silencio.
Román: De rojo apagado. Estocada contraria y descabello en el toro de su confirmación. Silencio. Tres pinchazos y estocada. Aviso. Silencio.
Presidente: D. Justo Polo Ramos. Echó dos toros al corral por falta de fuerzas.
Suerte de varas:
1º Relicario. 561 Kg. En la primera entrada mostró blandura y el piquero le tapó la salida. El animal se enceló en el peto y perdió las manos cuando lo sacaron del caballo. En la segunda entrada manseó y el picador lo dejó que se estrellará en el peto.
2º Malaquito 618 Kg. En la primera entrada derribó y se enceló en el caballo. En la segunda entrada el picador marcó trasero el castigo pero se limitó a sujetarlo. Blando que ha servido para la muleta...
3º Cubanos. 560 Kg. En la primera vara no se empleó y en la segunda se limitó a cumplir. Mansurrón.
4º Pituso. 583 Kg. En la primera vara el picador castigo bajo y no rectificó. El toro empujó pero perdió las manos. En la segunda entrada se dejó pegar pero el piquero lo castigó trasero. Manso y con complicaciones en la muleta.
5º Cantino. 541 Kg. Cuando entró al caballo se dejó castigar. El Algabeño lo sacó del caballo sin un capotazo. En la segunda entrada se limitó a cumplir. Cumplió en el caballo pero se rajó en la muleta.
6º Cubitón. 590 Kg. En la primera pelea con el montado se dolió y no tuvo fijeza. En la segunda vara el picador se agarró arriba, pero deslució tapándole la salida. Manso encastado con un buen pitón izquierdo.
Cuadrillas y otros:
Casi lleno en tarde calurosa. Confirmó la alternativa el torero valenciano, Román. Su primero se partió la pezuña de una mano durante la ladi y tuvo que abreviar. El tercero comenzó a cojear ostensiblemente durante la faena de muleta y el matador tuvo que tomar el acero En el cuarto toro tuvieron que salir tres toros al ruedo por devolución de los dos primeros.
En el sexto se lucieron en banderillas Raúl Martí y Hazem, El Sirio. Ambos tuvieron que desmonterarse. En el quinto puso un buen par Raúl Caricol, y El Algabeño lidió con mucha sobriedad en este toro.
Después de tantas corridas celebradas en este ciclo isidril, lo único que se echaba en fala era el toreo a la verónica. Solo un par de toreros la han ejecutado con estilo, uno Morenito de Aranda, el otro no recuerdo, y tuvo que llegar un veterano, con un pie casi en la despedida, y mostrar a los espectadores que es una de las suertes más bellas de la que se ejecutan en tauromaquia. Su autor fue Enrique Ponce, un torero que ha tenido problemas para que la afición venteña reconociera sus facultades, por una razón muy simple, porque casi siempre las ha ocultado con el toro comercial y en la mayoría de las veces tratando de emplear las triquiñuelas con su muleta, y eso la afición de Las Ventas nunca se lo ha perdonado. Ayer recibió a su primero con unas verónicas ajustadas hasta que consiguió pararlo, pero es un torero que lleva la trampa como bandera, ya que en lugar echar la pierna contraria para adelante e intentar ganarle terreno a su enemigo, escondía del cite y de esa manera daba la impresión que cargaba la suerte. Si no hubiera sido por esos detalles con los cuales ha engañado a la ignorancia de los públicos festivaleros, hoy estaríamos reconociendo a un gran torero. Pero...
En su primero se dobló con él con mucha torería levantando los olés de los espectadores, pero el toro al segundo muletazo perdió las manos. Eso no fue óbice para que el torero trazara unas tandas de redondos y naturales sin descomponer la figura y rematadas en la cadera que levantaron el ánimo de los presentes, unos de ellas cerradas con pases de pecho rematados en el hombro contrario. La espada le privó de los trofeos. En su segundo se montó el sainete de los corrales. Tuvieron que salir tres toros para que el torero valenciano pudiera cumplir con su cometido que era torear. Pero el animal venía avisado de todo lo que había ocurrido en el ruedo y cuando llegó a la muleta diferenciaba entre la muleta y quien la manejaba y se limitó a buscar lo que dejaba atrás. El torero tuvo que cambiar el guión de su faena y en lugar de intentar meterlo en la franela, optó por una lidia preparándolo para la suerte final.
Román recibió de manos del maestro de Chivas la confirmación, pero con tan mala suerte que el toro de su confirmación se rompió una pezuña y tuvo que despenarlo sin tener la oportunidad de probarlo en la muleta A su segundo lo recibió en los medios dándole una tanda de redondos con más entusiasmo que torería. El toro mostró un buen pitón izquierdo, pero el torero no lo entendió, le dio una tanda de tres naturales aguantando la acometividad de su enemigo, pero remataba por arriba, quitando mucha brillantez a su faena. Volvió al pitón derecho pero por ese lado el toro se quejaba. El animal se fue quedando corto en la embestida dificultando con ello la labor del torero, que se fue apagando como la tarde. Echó mano del recurso de los remates finales dando unos redondos invertidos con el propósito de darle fuste a su faena, pero lamentablemente esta no existió como tal.
Al primero de Daniel Luque lo citó desde los medios, pero sus muletazos carecieron de profundidad ya que los remató por alto en lugar de vaciar la embestida del toro en la cadera. Durante la faena el animal comenzó a cojear y el torero abrevió la faena. En su segundo se dobló con él hasta conseguir sacarlo a los medios, pero el burel adolecía de recorrido. El sevillano lo intentó al natural y en redondos, pero su enemigo no transmitía nada y su muleta tampoco, a pesar de prolongar la faena innecesariamente, lo único que consiguió fue aburrir a los presentes. De esta manera terminó su primera comparecencia en la feria.