DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
04 de junio de 2015 | Escrito por Ricardo Carrasco | Fotografías de Constante
Antepenúltima de abono de las de lidia ordinaria. Ganadería de Adolfo Martín. Encaste Marqués de Albaserrada. Tarde emocionante y entretenida por el comportamiento variado de todos los actuantes. Una pena que los toros no hayan tenido un poquito más de fuerzas, pero tal y como ha sido; el aficionado estaba pendiente de todo lo que sucedía en el ruedo. Corrida muy igualada en cuanto a presentación y kilos se refiere. Con matices, respecto a cornamenta (“cara”), edad y comportamiento. Todos los toros han sido muy exigentes. Parecían decir, ¡¡ me lo haces bien o te llevo por delante!! de ahí el interés despertado. Destacar el sexto, el más manejable de la tarde, pero no por ello dejar de ser interesante. Dos con el nombre de Mulillero, nos hace recordar el de hace unos años con su magnífica función en varas. Se queda solo en el recuerdo.
Como destacable, mencionar el “gesto” de Sebastián Castella con una ganadería como esta de las mal denominadas “toristas”. Digo mal, porque que yo sepa, los toros son protagonistas base en todos los espectáculos taurinos, por lo tanto, todos serían toristas. (Es mi particular opinión). Tarde en la que los tres matadores, han demostrado las ganas de “agradar” (los tres se despedían) y cada uno de ellos lo ha hecho posible dentro de sus posibilidades. Diego Urdiales, ha enseñado su conocimiento con este tipo de ganado. Sebastián Castella, al contrario que Diego, daba muestras de no conocer este tipo de toro. Manuel Escribano, queriendo aprovechar su segunda y última oportunidad, ha salido con todo su poder a dejar huella.
Diego Urdiales, de Pizarra y Oro. Media estocada y tres descabellos. Fuerte ovación con saludos. En el cuarto, Entera sin puntilla. Aviso. Gran ovación saludando desde el tercio.
Sebastián Castella, de Lila y Oro. Pinchazo sin soltar y entera muy trasera. Silencio. En su segundo, pinchazo y media estocada. Aviso. Silencio.
Manuel Escribano, de Verde botella y Oro. Cuatro pinchazos y estocada. Silencio. En el que cierra plaza, estocada entera saliendo desarmado. Oreja de peso.
Presidencia. Presidió D. Javier Cano Seijo, pasando desapercibido por el interés permanente de lo que sucedía en el ruedo.
Se “colgó” el cartel de no hay billetes en una tarde agradable, con poco viento y como digo lo suficientemente interesante como para pasar desapercibidas otras consecuencias.
Reseña de los toros.
1º Mulillero II, cárdeno, 494K, Nº 34, nacido 3/11. No se emplea en el caballo, entra y sale suelto las dos veces, sin picar. En banderillas no se le exige y a la muleta llega muy justo. Silencio.
2º Repollito, Nº 60, 475K, cárdeno, nacido 1/10. Tres entradas al caballo, (las dos primeras, hace un “regate” muy extraño, entra por detrás y sale suelto sin picar, se le pica muy poco en la última entrada. En palos, espera mucho y corta el viaje, por lo que complica mucho la suerte a los banderilleros. Pitos.
3º Mulillero I, 516K, cárdeno, Nº 46, nacido 1/11. Tras dos encontronazos contra dos burladeros, queda como invalido. Pasa pronto el efecto de los “topetazos” y entra dos veces suelto al caballo, saliendo de la misma manera, por lo que no pelea, empuja con un pitón y se pegar. En banderillas, es banderilleado por el propio Escribano con el defecto de bajar mucho la cara en el embroque. Desarrolla mucho sentido para la muleta. Pitos.
4º Aviador, Nº 53 cárdeno oscuro, 480K nacido 12/10. “Flojito” y muy suelto, en el caballo sigue con su falta de fijeza y se le pica muy poco en sus dos entradas. En banderillas va al paso, sin más complicaciones. Llega a la muleta muy escaso de fuerzas. División.
5º Buscador, cárdeno, Nº 83 487K, nacido 2/10. Otro que también va a su aire y entra al caballo a su manera dos veces y se deja pegar sin ofrecer apenas resistencia. También llega muy parado a los tercios siguientes. Silencio.
6º Baratero, negro entrepelado, 492K, Nº 108 nacido10/09. El mejor de la tarde. Entra al caballo con más fijeza que sus hermanos y en la segunda vara empuja y se le pica bien siendo el más castigado de todos. En banderillas, cumple con las exigencias del banderillero, y a la muleta llega con más “motor” y dispuesto a ser toreado. Aplausos.
En cuanto a picadores y banderilleros, nada destacable, ni reprochable en general, cumpliendo con hacer lo que más convenía a sus respectivos “jefes”.
Diego Urdiales, nos ha demostrado a los presentes, que sabe lo que se trae entre manos con este tipo de encastes, llevando siempre muy tapados a sus oponentes, enseñándoles a envestir e incluso haciéndoles mejor de lo que eran para el toreo de verdad que este torero sabe hacer. Nos había decepcionando las tardes pasadas de esta feria, (a mi por lo menos) con el toro llamado comercial, educado, manejable o como quieran llamarle. Cada maestrillo tiene su librillo, y el librillo de este torero es el de estos encastes, que tienen su puesto en este mundo. Merecedores de tanto prestigioso o más que el de otros que pasan de largo y no quieren ni oír hablar de este tipo de corridas.
Sebastián Castella, está pasando por un buen momento y se ha lucido a su manera en esta feria. Vaticino que le premiarán con la mejor faena de este San Isidro y que no entro a valorar. Con respecto a esta tarde y con este encaste, me ha parecido un poco perdido por momentos y sobre todo con el gran defecto de citar y llevar la muleta retrasada. Valorar su gesta, esperando verle en más ocasiones con corridas de este tipo. Gestos como este, hacen a los toreros más grandes.
Manuel Escribano, ha estado con todas las ganas que el cuerpo y las circunstancias le permitían. Después de ir a “Porta Gayola”, puso todas sus ganas en banderillear a sus dos toros.
En primero de su lote, solo fue claro y bueno el tercer par. En el sexto, aprovechó muy bien el tranco del toro y se lució con los rehiletes, con coraje, valor y buen gusto. O sea, que estuvo muy bien en banderillas. Con la muleta, entendió muy bien al toro. Lo torea bien con ambas manos, entusiasma a los espectadores con su toreo y sus ganas, y consigue una merecida oreja, después de una fulminante estocada. Como he dicho antes, una oreja de mucho peso y que creo le abrirá muchas puertas. ¡Ojalá así sea!
Esto es lo que ha dado de sí la corrida de los “Adolfos” que sin ser para tirar cohetes, nos ha tenida en vilo, entretenidos y pendientes de todo lo que pudiera ocurrir en el ruedo. Nos hemos olvidado durante un periodo de tiempo, del gran fiasco y fracaso de otras corridas muy recientes. Los aficionados hemos estado “clavados” en nuestra localidad pendientes de lo que pudiera acontecer ante esta floja, descastada, pero exigente corrida de toros.