Resonando aún los últimos olés del público venteño a la faena de Ginés Marín al sexto de la tarde, en un suspiro llegó la noticia sobre la muerte de Iván Fandiño en la plaza francesa de Aire Sur L’adour. Digo en un suspiro, ya que es un espacio de tiempo donde en este apasionado mundo se entremezclan el triunfo y el fracaso y como no, también la vida y la muerte. En un suspiro, en el tiempo que dura un quite, un toro de Baltasar Ibán sesgó la vida del torero vizcaíno. En un suspiro, ese tiempo que dura una eternidad cuando un muletazo se ejecuta con la gracia que los toreros tratan de imprimir con verdad a sus faenas. Un suspiro dura cuando un torero es arrollado por su enemigo y el público se tapa los ojos para no ver la desgracia que puede originar la cogida. Ese suspiro que dura otra eternidad, ante los ojos de los aficionados, en esta ocasión se hizo realidad. En un suspiro perdió la vida Fandiño, En un suspiro corrió la notica como un reguero de pólvora y llegó a los oídos de los aficionados y a todo aquel que siente por la fiesta la realidad que la envuelve, a veces bella y otras muy tristes. Nadie quería creerla, pero como decía Luis Miguel Dominguín, las corridas de toros es como la vida, cuando se muere, se muere de verdad, es lo que tiene la pureza de este arte tan bello y tan dramático a la vez. Ya conocías que esta noria de la fiesta, en un suspiro te encumbra hacia lo más alto y en otro te deja a los pies del fracaso. Iván, necesitábamos que en un suspiro, durase lo que durase, recuperaras el lugar de torero valiente y firme que llevabas dentro ya que la fiesta te necesitaba, y en ese camino estabas, pero lo que nunca esperábamos era este desenlace. No. Eso nunca. Pero tampoco queremos que olvides allí donde estés que lo que duró un suspiro los aficionados tardaremos en olvidarlo. Iván Fandiño estuvo en la Asociación El Toro de Madrid en el 23 de febrero 2012. Descanse en Paz, Torero.
Asociación El Toro de Madrid