DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Tercera de la Feria de Otoño que hizo de segunda por el aplazamiento debido a las lluvias, con la colaboración de la empresa, del festejo que abría la Feria. Tarde con escasa ocupación en los tendidos de sombra para la corrida del hierro de Victorino Martín, que a pasos agigantados va perdiendo su interés en Madrid tras los últimos encierros. Destacaron el 2º y el 5º, que conformaron el lote para Alberto Lamelas; impresentable el 3º de la tarde y falto de fuerza desde su salida el 1º, que debió devolverse por inválido. En términos generales, preocupa la falta de casta de la corrida.
LÓPEZ CHAVES, de caldero y oro. Silencio y silencio.
ALBERTO LAMELAS, de lila y oro. Saludos tras aviso y saludos tras aviso.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO, de azul noche y oro. Silencio y silencio tras aviso.
Presidente: D. Gonzalo J. de Villa Parro. Sigue acumulando errores en el palco. En esta ocasión, debió devolver el primer toro de la tarde, de nombre Bolsilillo N41. Responsabilidad suya también es velar por el toro de Madrid y ratificar en los reconocimientos previos si el trapío del encierro es acorde a la categoría de la plaza.
Cuadrillas: se desmonteró José Antonio Prestel en una ovación durante el quinto de la tarde que iba dirigida a Marco Galán por sus labores de brega y que no recogió. Se aplaudió la labor de Israel de Pedro con el caballo en el toro de J. E. Colombo que cerraba la tarde.
La tarde del domingo llegó tras dos jarros de agua fría consecutivos en el inicio de la Feria con la suspensión del primer festejo y las pocas sensaciones que dejó la novillada en el ruedo, donde solo se puso de manifiesto el valor Fonseca y Perera y la chulería de Diosleguarde con sus aires de figura. La terna para el encierro de la A coronada la encabeza López Chaves, quien recuperó un sitio en esta plaza tras buenas actuaciones comprometidas. El primero de la tarde, Bolsilillo N4, salió con visibles faltas de fuerza y el presidente debió ordenar su devolución. Gonzalo de Villa no atendió a la petición que desde los tendidos salía y lastró, quien sabe, la actuación de Chaves en toda la tarde, pese a que la apatía preció traerla del hotel. Tras un trasteo que pasó indiferente por el nulo interés generado por el animal, terminó la lidia y muerte del primero con una espada defectuosa que puso de manifiesto la escasa casta del toro y su imposibilidad por presentar pelea. En cuarto lugar, salió el toro de Victorino en Madrid, mas por su presentación que por su juego y desde el tendido se aplaudió, recordándole al ganadero el listón del que debe partir su ganadería para presentar los toros. López Chaves siguió contagiado de su actuación al primero y toreó a Baratillo N40 con muchas precauciones, extendiendo un sopor generalizado por los tendidos de la plaza.
Alberto Lamelas se llevó el lote de la tarde con Venadito N84 y Jaquetillo N21, segundo y quinto respectivamente. A ambos los recibió de rodillas frente a la puerta de toriles, pero solo a Jaquetillo pudo recogerle en el capote tras el encuentro inicial, dejando los pasajes mas emocionantes de la tarde en labores de lidia. Con los dos inicios ejecutados por la misma suerte sacrificó el toreo fundamental a la verónica, que no pudimos ver en toda la tarde por parte de ninguno de los actuantes. Durante el tercio de varas del primero, ordenó al picador titular Antonio Prieto que moviera el caballo hacia los terrenos del cinco para protagonizar el segundo encuentro con el caballo. Precipitada decisión, pues no intentó ponerlo en suerte y se dejó llevar por la prontitud que tenía el toro hacia en caballo que guardaba la puerta. Conocedores son los matadores – aún mas lo de dilatada experiencia -, que en Madrid se penalizan tanto el pasó atrás en el embroque del toro con la muleta como el giro de muñeca para despedir tangencialmente al toro de su recorrido natural. Lamelas lo ignoró y a su gran lote solo pudo arrancarle sendos saludos en el tercio, abortando el inicio de una vuelta al ruedo que el ovacionado Marco Galán le incitó a comenzar.
Con la salida de Patarato N7 se inició una sonora protesta para un toro indigno por su presentación de la plaza de Madrid. En lo personal se lo tomó y ganadero y, desde su localidad en la contrabarrera del tendido ocho, dirigió una malsonante contestación a los aficionados que le recriminaron sus palmas ovacionando Dios sabe qué. Una mezcla entre cabra y vaca donde solo las mismas gónadas mencionadas por Victorino Martín le asemejan a un toro de lidia. El precio de la cantidad por la calidad solo él lo sabe, pero el aficionado lleva comprobando de unos años a esta parte como la casta que poseía la ganadería ha desaparecido en favor de un toro pastueño que pueda lidiarse en la mayor cantidad de plazas posibles. Todo tiene un precio. En cuanto a Colombo, no estuvo ni siquiera a la altura de los toros que tuvo en frente. Sus cualidades atléticas no fueron suficientes para tapar seis pares, a sus respectivos dos toros, con mas defectos que virtudes. Hay que tener mas cualidades y recursos para venir a Madrid. La campaña de una Puerta Grande que no fue no es suficiente y desde sus círculos mas cercanos deberían recomendarle otro camino.
Escrito por Adrián Blázquez
Foto: las-ventas.com