DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Primer festejo de la Feria de San Isidro, lleno de “no hay billetes”, es decir: restando los 2.800 abonos gratuitos regalados por la empresa hemos pasado por taquilla 20.164 espectadores. Clima primaveral con ligero viento en el segundo tramo de la tarde. Se ha lidiado y estoqueado una corrida de toros de La Quinta, casta Santa Coloma – Buendía, cinqueños el 1ª, 3ª y 4º, cuatreños los otros tres. Algo dispares en hechuras (con un quinto más asaltillado) fueron protestados de salida 2º,3º y 5º. En general manejables y pastueños, se dejaron en la muleta pero sin fuerzas, faltos de raza y poder.
El Juli: De gris plomo y oro. Metisaca con salto olímpico y descabello. Estocada trasera y contraria, tres descabellos; SILENCIO.
Roca Rey: De rosa y plata. Pinchazo y bajonazo; LEVES PITOS. Pinchazo y estocada entera; SILENCIO.
Álvaro Alarcón: De blanco y oro. Estocada casi entera, trasera y tendida; OVACIÓN CARIÑOSA. Estocada desprendida, una aviso y dos descabellos; SILENCIO.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez. Pasó totalmente desapercibido ante la ausencia de decisiones que tomar. Quedamos a la espera de que aplique el artículo 58 del Reglamento de Espectáculos Taurinos vigente, en el cual se detalla que, finalizada la lidia, se realizarán, por los veterinarios de servicio, los oportunos reconocimientos "post mortem" de las reses, con el fin de comprobar aquellos extremos conducentes a garantizar la integridad del espectáculo. ejemplares con sospechosos de cuerna, susceptibles de ser objeto de examen “post mortem” para disipar dudas razonables.
Tercio de varas: Todas las primeras entradas al caballo han sido al relance, y las segundas sin emplearse en ninguna, con el fin de no malgastar las tasadas fuerzas de los toros. Más que un mal tercio de varas lo que se ha visto ha sido una omisión del mismo. Y la que se avecina.
Cuadrillas: Destacar a José Chacón en la brega del primer toro, dándole todo el cariño necesario para que se mantuviera en pie en el último tercio, y destacar también sus dos pares al sexto, el primero clavando en la misma cara del toro y el segundo andándole en corto y concediéndole todas las ventajas. Gran hombre de plata que vale oro.
“Sube el precio. Baja el toro”. Seis palabras en dos pancartas daban la bienvenida a San Isidro en su primer “No hay billetes”, lo que no significa que hayamos pagado todos. Bien jugado por la empresa, un primer día de lleno con dos figuras y una ganadería que en teoría no es de las de sentirse a gusto. Todo debería salir según lo previsto, pero hoy se ha visto un ambiente algo enrarecido, casi paranormal, que puede condicionar el curso de la feria, el de la temporada incluso. Porque además del poco juego que han dado los de la Quinta por primera vez hemos visto una plaza de Madrid que ha ignorado a Roca Rey, al menos al mediático, incluso los partidarios que acuden al socaire de su Tauromaquia no-fundamental hoy han presenciado cómo ante animales que no tienen la movilidad y empuje que necesita Andrés para articular lo accesorio, lo que se hace para llenar el vacío, digo que hoy por primera vez en esta plaza han visto cómo ante toros que no permiten el guion de siempre el peruano se ha quedado en blanco, y entre su desidia y lo poco desempolvado que tiene el toreo de citar, mandar y ligar hoy los toros nos han recordado al niño del cuento al ver al monarca sin vestimenta han gritado aquello de “El (Roca) Rey va desnudo”. Porque los de La Quinta, mermados de fuerzas y sin el poder suficiente para transmitir peligro aunque fuese a arreones, sí que han embestido al ralentí (sin llegar al toro amexicanado) como con una marcha menos… Podríamos decir que los de La Quinta hoy han sido La Cuarta, y luego La Tercera, hasta llegar al punto muerto, y pararse del todo. Y el Rocareynato necesita mano de obra, pero que laboren, y quitando su primero, “Peluquino”, que le brindó embestidas nobles y obedientes ( aún nos preguntamos qué hubiese pasado si en lugar de dos refilonazos en el caballo le hubiesen puesto en suerte y ver si se empleaba) y en el que se vio a un torero apático, como nunca se le había visto, más fuera de cacho que nunca, y falto de alternativas ante la demanda de unos toros sin el movimiento que él necesita, toros boyantes pero no repetidores, sin poder ligar, a los que al contrario que casi siempre hoy no encontró ni la distancia ni los terrenos que hacen brillar sus facultades. Desconfiado y afligido, ni siquiera el comodín del arrimón lo pudo usar hoy. No se sintió a gusto Roca Rey, y eso que no toreaba con Luque. Hasta los isidros vieron que sin toro nada tiene importancia, ni siquiera para una figura, y las palmas gratuitas de entonces hoy se han transmutado en leves pitos. A ver si ahora Madrid se va a poner de acuerdo… Mejor ni pensarlo.
El lote de El Juli también vino en son de paz, y aunque su destreza y callo le permiten tirar de recursos hoy tampoco pudo sentirse a gusto. Ni erguido como en su primero, ni encorvado en su segundo, ni sacando los dos a la boca de riego para desengañarles, ni con uno ni con otro ha podido Julián desplegar su oficio. Curioso que ya no se le reconviene desde un único tendido (leyenda negra el que crea que sólo en el 7 se protesta). Flotaba hoy en el ambiente algo así como la ausencia de triunfalismo, como si hasta el público quisiera algo más que pasar el rato. Algo está pasando.
Y luego vino Álvaro Alarcón, que tomó la alternativa sin apoderado y sin un par de costillas. Su primero era un toro de inercias que le brindó dos tandas con cada mano, quedándose siempre el buendía debajo de la muleta cuando le ofrecía el de pecho, embestidas con mucha fijeza al meter la cara pero de muy, muy poco calado en los tendidos. Aunque fuesen de uno en uno pegó cuatro naturales que a la postre han sido lo mejor de la tarde. Ya en su segundo, el sexto y último, se habían encendido las luces de la fiesta, y a la estampida de los que se fueron en el quinto se sumó el leve vientecillo que había empezado a levantarse, y el sopor que se había instalado ya en la plaza. Pulseó a al toro, “Rancherito”, le tanteó en terrenos de sombra, cuando los papelillos se paraban en la otra punta del ruedo, pero lo único que consiguió con ambas manos fue que le puntease siempre la muleta, y todo lo demás ya fue intermitencia y tropiezos, para desgracia del toricantano.
Salíamos de la plaza con los comentarios de que dos de los toros lidiados hoy habían estado de sobreros en Sevilla este año, otro en Dax el año pasado, y otro estaba aprobado para la de Madrid de 2022, aunque finalmente se quedó fuera. Pero lo que verdaderamente se rumiaba a la salida era si, por causa o efecto, en Madrid se va a dejar de tener cada uno una opinión y se va a empezar a uniformar un criterio.