DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 novillos de la ganadería Villamarta, de procedencia Marqués de Villamarta (formado con reses de Murube, Urcola, Medina Garvey y sementales de Parladé). En líneas generales bien presentados, de diferentes capas y comportamientos, el primero deslucido, el segundo noble y con más recorrido por el derecho, el tercero con genio y a más, el cuarto deslucido, el quinto con dificultad y sin humillar y el sexto soso. Según la tablilla mostrada al respetable el peso medio de la novillada fue de 490,15 kg.
Santana Claros. De blanco y oro. Pinchazo, estocada corta tendida. Silencio, Cinco pinchazos, y pinchazo hondo. Un aviso. Silencio. Bajonazo , dos pinchazos y descabello Silencio en el que lidió por Gutiérrez herido.
José Rojo. De azul noche y oro. Media estocada y un descabello Ovación. Pinchazo y estocada. Vuelta protestada.
Leandro Gutiérrez. De caña y azabache. Estocada. saludos. Herido pasó a la enfermería.
Presidente: Jesús María Gómez Martín. Desapercibida su labor. Si es cierto que seguimos con la falta de transparencia y a los aficionados nos hubiera gustado saber los motivos reales por los que supuestamente se rechazaron los novillos de El Risco.
Cuadrillas y otros: Destacar a V. del Pozo en la lidia del segundo y al picador Nicolás Martin en el sexto. Cumplieron sin más.
Parte médico de Leandro Gutiérrez: ‘Herida por asta de toro en región peneana con arrancamiento de piel y pérdida de parte de ella, que abarca la circunferencia completa. Es intervenido bajo anestesia general, siendo trasladado al Hospital de la Fraternidad. Pronóstico reservado. Firmado Doctor García Padrós’.
La actualidad de la semana a nivel nacional estaba marcada por el cambio de aires del jugador del Real Madrid, Casemiro. Pero en el ámbito taurino y en lo relacionado con esta novillada también hubo cambios importantes. En primer lugar, estaba anunciada una novillada de El Risco. Se desconoce los motivos gracias a la falta de transparencia, una vez más, de esta empresa. En los corrillos de aficionados unos manifestaban que, por falta de acuerdo económico, otros por falta de remate de varios ejemplares... a saber.
Otro de los cambios fue la inclusión de José Rojo por González Écija, un novillero que prometía y que sorprendió la noticia tan solo unos días antes que comunicaba que dejaba los trastos de torear para centrarse en sus estudios universitarios.
La tarde dio poco de sí. El abanico del comportamiento de los novillos, fue tan variado como feo, los hubo reservones, con pelea en varas con más genio que clase. El que no se repuchó en varas salió huido o rebrincado de los caballos, se pararon en la muleta, embistieron a media altura y no se entregaron. No cabe resaltar nada del comportamiento del desastroso encierro.
Santa Claros tuvo un primer ejemplar soso y que no dio muchas opciones, un astado incómodo que soltaba la cara con el que Santana Claros lo intentó sin poder obtener lucimiento. Lo pasaportó de una estocada al segundo intento y dos golpes de descabello. Luego tampoco terminó de redondear con el sobrero de Chamaco, mansote pero manejable. Si brilló el novillero a la verónica en el saludo al cuarto, un novillo enrazado al que comenzó toreando con ayudados por alto para realizar una faena que tuvo cierta torería y personalidad, con buenos remates y buen toreo accesorio. Después el astado se vino abajo y la faena se diluyó. No estuvo acertado con la espada.
Muy amplio de sienes y algo basto fue el tercero, un utrero muy serio con el que José Rojo pudo dejar algún lance a la verónica de buena factura. Realizo un quite por tafalleras muy ajustado, dejando su tarjeta de presentación. Rojo estuvo muy asentado, firme y con gran seguridad en la faena, ante un astado que fue complicado por el pitón izquierdo. Tras una estocada corta, dos descabellos y ovación para el novillero.
Al quinto le ligó dos series rotundas, de gran profundidad. Dos tandas que llegaron mucho al tendido por la transmisión del astado y lo asentado del trazo del novillero de Trujillo. Se vino un tanto abajo luego el animal, acortó las distancias el torero y se ganó el respeto del público facilón, que le pidió la oreja a pesar de un pinchazo previo a la estocada. Dio la vuelta al ruedo por su cuenta.
Muy serio también fue el tercero, que fue abanto y manso y con el que Leandro Gutiérrez derrochó valentía y arrojo ante un novillo que reponía en el tercer muletazo por el pitón derecho. No se arredró el novillero, que dio la cara e intentó someter a un utrero que sacó genio. Luego fue cogido cuando lanceaba al sexto muy asentado.
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