DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron seis ejemplares de la ganadería del Conde de Mayalde, de procedencia Juan Pedro Domecq. Bien presentados, muy blandos y nobles. El primero y el sexto fueron aplaudidos en el arrastre.
Santana Claros. De nazareno y oro. Al entrar a matar se lo llevó por delante el novillo saliendo ileso del embroque. Estocada contraria. Aviso. Silencio. En el cuarto estocada desprendía y perpendicular, aviso. Silencio.
Isaac Fonseca: De verde hoja y oro. En el segundo estocada desprendida perdiendo la muleta. El novillo mostró una muerte brava. Aplausos. En el quinto dos pinchazos y estocada que rueda. Vuelta al ruedo tras petición minoritaria.
Álvaro Burdiel: De negro y oro. Pinchazo, estocada desprendida, trasera y atravesada, aviso. Silencio. En el sexto estocada atravesada, aviso. Saludos.
Presidente: D. Eutinio Carracedo Pastor.
En el segundo los aficionados le dedicaron una sonora bronca al no devolver un novillo poco apto para la lidia. Entre presidentes actuando como empresarios y dejándose llevar por los triunfalismos que acuden al coso, la fiesta está apañada.
Cuadrillas y otros.
Cuando finalizó el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el 102º aniversario de muerte de José Gómez Ortega, Joselito, en la plaza de Talavera de la Reina.
La plaza registró media entrada. Hay que destacar la regularidad de los toreros de plata. Estuvieron toda la tarde mostrando una profesionalidad encomiable, serios y efectivos tanto en la lidia como en el tercio de banderillas. En el primero tuvieron que desmonterarse Javier Ambel y Oscar Reyes y en el quinto Raúl Ruiz.
Los picadores a lo suyo. Picando trasero, tapándoles la salida a los novillos, y arreándoles sin medida. Varios de ellos marrando el castigo. Una verdadera pena. La única excusa podríamos anotársela a Alberto Sandoval. El novillo acudió al caballo suelto y descompuesto y fue muy difícil marcar el castigo en el morrillo.
Parte médico Santana Claros: Herida por asta de toro en 1/3 medio cara anterior muslo derecho, con una trayectoria ascendente de 15 cm. que produce destrozos en músculo recto anterior. Es intervenido quirúrgicamente en la Enfermería de la Plaza de Toros y trasladado al Hospital La Fraternidad - Muprespa.
Los novilleros abandonaron el coso por su propio pie, y no porque la novillada fuera infumable, no, a cada uno le dio su oportunidad y la desaprovecharon. Pero la fiesta está en una fase que le costará salir. Si estos son los novilleros punteros y algún que otro a punto de tomar la alternativa, los aficionados deberíamos apagar nuestra afición y marcharnos a casa.
El ganado trajo de la dehesa nobleza, escasez de fuerzas y recorrido en la muleta y sin embargo ninguno de ellos logró arrancarles un trofeo. Un trofeo de peso, claro. Menos Isaac Fonseca, los dos restantes recibieron 4 avisos en sus faenas de muleta. ¿Y para qué tanto tiempo en la cara del toro? Para nada, solo para hacer los espectáculos soporíferos. Pero el problema viene de largo y nadie es capaz de decirle a estos novilleros que lo que no hagan en cinco minutos, no van a hacerlo en quince. Una pena que los chavales jóvenes estén llenando los ruedos de toreo barato.
Isaac Fonseca en el quinto estuvo en novillero. Pero antiguamente estar en novillero era dejarse la piel en el ruedo, dando emoción a las faenas. Hoy ha cambiado el modelo, prima la cantidad y no la calidad. Al quinto de la tarde lo recibió de hinojos en la boca de riego y cambiándole el viaje, continuando con una tanda de derechazos largos, templados, abriendo el compás, pero dedicándose a acompañar la embestida y los muletazos rematados en Manuel Becerra. Otra tanda la cerró con una arrucina, alegrando la tarde al público que le apasiona esta interpretación del toreo, pero alguien debía decirle al torero, a punto de matricularse en la parte seria de la fiesta, que eso no es torear. El segundo de la tarde no le dio al torero mexicano ni la oportunidad de estar en novillero. Un blando animal, protestado por los aficionados presentes y que el presidente no quiso enterarse.
Santana Claros demostró en el primero de la tarde que le falta algo que no sabría definir. Lo recibió con muletazos por alto, cuando debería saber que por alto van todos los toros, y su enemigo fue noble y con recorrido. Tanto en el toreo en redondo como al natural le faltó acoplar su muleta a las embestidas de su enemigo. Estuvo más diez minutos en la cara del toro y no consiguió de los tendidos ni un simple murmullo que no fuera hablar del tiempo. En el cuarto el torero malagueño estuvo por debajo de del novillo. Dio la impresión que cobraba por la cantidad de muletazos que dio al hilo del pitón sin temple y sin colocación en un tiempo record. Es la única explicación que le encuentro a su labor. Así podía justificarse que recibiera un aviso.
Álvaro Burdiel al ejecutar el segundo muletazo al primero de su lote, el animal dio una vuelta de campana. El juego que el novillo estaba dispuesto a dar terminó aquí. El matador mostró mucha templanza en las tandas que dio, pero cuando no hay enemigo, no existe faena. El sexto le puso en bandeja el triunfo, pero el torero debió desestimarlo. Los aficionados, huérfanos durante toda la tarde de toreo, le indicaban que se pusiera en su sitio, pero no hizo caso. Su enemigo continuó embistiendo y metiendo la cara con nobleza y el torero consiguió algunas tandas de naturales templadas, pero siempre colocado al hilo del pitón y con el pico por delante. Al fallar con el acero le privó de algún trofeo. Una lástima matador, Fue el único que mostró condiciones para estar en el camino de colocar su nombre en el escalafón de matadores.
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