DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Toros de Partido de Resina de encaste Pablo Romero muy bien presentados, serios y de bellas estampas, excepto el 5 sin remate, todos cárdenos, bien armados, aplaudidos de salida pero con un juego deslucido, noble, mansurrón y justo de casta, manejables el tercero y quinto. Un sobrero de San Martín (2º bis) de encaste Santa Coloma, escurrido, noble y soso. Según la tablilla mentirosa el peso medio de la corrida fue de 562 kg.
MARC SERRANO, de gris plomo y oro. Dos pinchazos y estocada defectuosa. Aviso (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y dos descabellos. Aviso (silencio).
SÁNCHEZ VARA, de gris plomo y oro. Buena estocada y descabello (petición y vuelta con protestas). En el quinto, pinchazo hondo y cinco descabellos. Aviso (saludos).
MIGUEL DE PABLO, Confirmaba la alternativa, de blanco y oro. Estocada atravesada y cinco descabellos (silencio). En el sexto, pinchazo y media (palmas de despedida).
Tercio de Varas: La corrida no se empleo en este tercio, tampoco sus fuerzas se lo permitían. Los varilargueros tampoco hicieron nada reseñable.
Cuadrillas: Destacar sin especial brillo a Miguel Martin de la cuadrilla de Marc Serrano y a Sergio Aguilar por su disposición toda la tarde de la cuadrilla de Miguel de Pablo.
Presidente: Don Trinidad López Pastor Expósito, sin novedad.
Incidencias y otros: Se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de un gran picador, Anderson Murillo. Inolvidable su tercio de varas en esta plaza en el año 2001 ante un Victorino de nombre Bodegón a las órdenes de Luis Francis Esplá y su apoteósica vuelta al ruedo después.
Según datos de la empresa; 7.065 espectadores en una tarde muy calurosa.
Los aficionados que siempre hemos demandado estos toros bonitos de Pablo Romero tenemos la ilusión de que se recupere de una vez. Es necesario para la fiesta que se levanten ganaderías como la de Partido de Resina que trajo una corrida a Las Ventas seria, astifina con buenas hechuras y preciosas estampas, todos ovacionados de salida. Faltó casta y fuerza, hubo nobleza y buena condición de algunos de los ejemplares lidiados aunque queda mucho trabajo por hacer. Pero es cierto que tras la lidia del complicado y violento primero, que se defendía a base de hachazos, y la devolución del inválido segundo, la corrida mantuvo un cierto interés y al ruedo de Las Ventas saltaron varios astados que permitieron el lucimiento.
Abrió la calurosa tarde venteña Miguel de Pablo con ‘Garrofero II’, el toro de Partido de Resina con el que confirmó la alternativa. Fue un toro que nunca humilló en el engaño del torero de Colmenar Viejo a pesar de un inicio muy torero por doblones. Los finales de los muletazos, tan desclasados como inciertos, no permitieron el lucimiento del diestro a pesar de su disposición. Mató de una estocada tendida y trasera que necesitó del uso del verduguillo en varias ocasiones. Ante ‘Flamenco’, otro toro de bella estampa, el confirmante no pudo más que mostrar solvencia y saber hacer. El final, a pies juntos, transmitió mucha torería. Debe mejorar con los aceros.
Marc Serrano tuvo que lidiar en el segundo lugar al sobrero de la ganadería de San Martín. El torero francés diseñó una faena larga, precavido y sin ambición ante un lote tan noble como soso, citó siempre con el pico de la muleta, dio pases aburridos y falló estrepitosamente con los aceros. A portagayola recibió Marc Serrano a ‘Zapatero’, el cárdeno que hizo cuarto. Recibió un duro castigo en el caballo y llegó muy mermado al último tercio. Aún así, Serrano derrochando voluntad no logro transmitir nada al público. Se le atragantaron de nuevo los aceros y, tras un metisaca y un espadazo que hizo guardia, tuvo que recurrir al descabello.
Hasta la puerta de toriles se marchó Sánchez Vara para recibir al tercer toro del festejo. El de la divisa azul celeste y blanca, de preciosas hechuras, tomó el vuelo del capote en la larga cambiada. Pudo endilgarle dos verónicas antes de rematar desde los medios con una media y la revolera. Dejó tres pares de banderillas, en su estilo, el último de ellos al violín. Muy cuidado en el cite, con la muleta siempre a media altura, Sánchez Vara aprovechó la movilidad y la nobleza de su oponente por el pitón derecho. Acelerado por momentos e incapaz de dibujar retazos artísticos, demostró su oficio y logró algún que otro redondo estimable. Enterró el acero en todo lo alto, aunque tuvo que usar el descabello. Le sirvió para dar una vuelta al ruedo. Ante el noble quinto, justo de casta y transmisión, pero que metió la cara por el pitón izquierdo, el veterano matador alcarreño dejó los mejores muletazos de la tarde en dos tandas con la zurda, en las que templó la embestida y cargó la suerte. Tres series muy sentidas al natural presagiaron un posible premio para el torero de Guadalajara. La espada, esta vez, emborronó el premio y tuvo que saludar la ovación desde el tercio.
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