DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Plaza de toros de Madrid. Tradicional corrida goyesca del 2 de mayo. Día de la Comunidad de Madrid. Tarde plomiza. Encierro de la ganadería salmantina de Valdefresno, encaste Atanasio Fernández – Lisardo Sánchez, de condición floja, mansa y descastada. Corrida cinqueña en su totalidad. El segundo de la tarde fue devuelto a los corrales por inválido, en su lugar se corrió un toro de José Luis Pereda, procedencia Núñez, manso y remiso. Mano a mano entre los espadas madrileños José Ignacio Uceda Leal y Fernando Robleño.
UCEDA LEAL. De rosa y azabache. Dos pinchazos y estocada. SALUDOS. En el tercero, estocada corta. SILENCIO. En el quinto, estocada corta. SILENCIO.
FERNANDO ROBLEÑO. De blanco y azabache. Dos pinchazos y estocada en lo alto. Aviso. SILENCIO. En el cuarto, tres pinchazos y estocada corta. Aviso. SALUDOS. En el sexo, gran estocada. SALUDOS.
Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez. Sin excesivas complicaciones a lo largo del festejo. Bien en devolver a corrales el segundo animal después de comprobar su invalidez para la lidia.
Tercio de varas: Mala pelea en varas los animales. Casi todos cantaron su mansedumbre nada más sentir la puya en su piel. Paradójicamente los montados no tuvieron mala tarde.
Cuadrillas: Sobresaliente: Álvaro de la Calle, de blanco y azabache. Destacaron con los rehiletes: José Chacón, Fernando Sánchez y Andrés Revuelta. Con la capa, José Chacón.
Otros: 18.123 espectadores según la empresa.
1.- CANTANERO-13: negro salpicado de capa, 515 kg. de peso y nacido el 1/18. Manso y rajado. SILENCIO.
2 BIS.- PASTUEÑO-87: castaño de capa, 535 kg. de peso y nacido el 11/17. Manso y remiso. Una prenda. SILENCIO.
3.- PITILLERO-37: negro bragado meano de capa, 570 kg. de peso y nacido el 12/17. Completamente rajado de salida. PITOS.
4.- CIGARRERO-65: negro salpicado de capa, 588 kg. de peso y nacido el 11/17. Manso descastado. Único toro que apretó en varas. OVACIÓN.
5.- YEGÜESERO I-42: colorado ojo de perdiz, 551 kg. de peso y nacido el 12/17. Manso. PITOS.
6.- YEGÜESERO II-22: negro de capa, 620 kg. de peso y nacido el 3/18. Rajado, manso y remiso. PITOS.
Al manso y rajado toro abreplaza, Uceda Leal lo toreó sin dudas desde el inicio de la faena, entendiendo al animal, con inicios por bajo, en los terrenos del siete. Puesta la muleta en la derecha, con suavidad, le saca un gran redondo y, más adelante, una meritoria tanda. Con la izquierda la labor fue a menos por las condiciones del burel que ya únicamente quería huir. Gustó el final a dos manos una vez ya rajado el oponente. Uceda mostró empaque, gusto y verticalidad. A la hora de matar pinchó en dos intentos en la suerte contraria y una estocada tomada en corto, casi entera. Al tercero de la tarde, flojo, manso, descastado, no quería pelea alguna, pues se fue a tablas. Le quiso el diestro buscar las vueltas, pero la realidad rajada del toro le impidió remontar. Lo mató en tablas de una estocada atravesada. En el quinto, otro toro manso que se entableró, no pudo intentar ningún toreo ante tanta ruina de animal. Terminó su labor con una estocada contraria atravesada. Todo quedó en nada.
Fernando Robleño, tuvo que lidiar en primer lugar a un sobrero de José Luis Pereda, un toro manso y remiso, una prenda, un astado que se mostró dominador al comienzo de la faena de muleta pero que se fue rajando a medida que Robleño le quiso meter en el engaño. Una labor ardua, larga y cambiante. Al comienzo vimos rotundidad en el torero, luego especulación en el pase que abría la faena a la posible ligazón, pues el toro de Pereda quería coger. Nos quedamos con la duda sobre qué hubiera pasado si Robleño hubiera apostado haciendo pasar al burel sin rectificaciones, si le habría venido el triunfo o la cogida. Mató mal, de dos pinchazos en la suerte natural y una estocada baja. En el cuarto toro de la tarde, otro manso descastado al que había que robarle los pases, por la izquierda sólo pudo estar en lidiador y por la derecha subió el nivel, consiguiendo algunos notables redondos, sin lograr redondear un toreo de dominio ya que el animal fue recelando —yéndose a sus querencias— y el torero se pasó de metraje. Mató de tres pinchazos en la suerte contraria y media estocada tras un aviso. Ante el sexto, un toro rajado que embestía a su aire, Robleño manifestó disposición sin acierto ante un toro que era puro descaste. Mató de una gran estocada. Paradójicamente fue que este toro remiso y manso fuera a morir a los medios
Para finalizar, la afición de Madrid despidió con una ovación a sus dos toreros que se estrellaron con un descastado y manso encierro de Valdefresno que apenas dio opciones.
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