DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
04 de octubre de 2014 | Escrito por José Ricardo Carrasco | Fotografías de Constante
Tercer festejo de la Feria de otoño.
Con más pena que gloria, termino la encerrona de Miguel Abellán como único espada de la tercera de la feria de otoño en la plaza de toros de Las Ventas en Madrid.
Se regalaron muchos miles de pañuelos blancos y con la imagen del matador actuante grabada en ellos, su misión agitarlos para pedir las orejas según la consigna propagandística de las personas que repartían estos pañuelos. No hubo ocasión en toda la tarde para agitar la propaganda y alcanzar la meta deseada. Este modo de propaganda se está repitiendo a menudo por este mundo sin darse cuenta de que al espectador hay que darle algo en el ruedo por parte del anunciado para que estos pañuelos cumplan su cometido.
Miguel Abellán. De Blanco y Plata. Único Espada. Gran ovación al terminar el paseíllo en reconocimiento a la gesta de matar seis toros en solitario en esta plaza.
Toros de las ganaderías de La Ventana del Puerto, 1º y 6º y los cuatro restantes de El Puerto de San Lorenzo. Encaste Lisardo Sánchez y pertenecientes a la misma familia ganadera. Todos ellos marcados con el guarismo 0; muy igualada de presencia (entre 510 y 580 k), mismo pelaje negro y muy desigual en comportamiento. Todos carecieron de fuerza suficiente para hacer un papel digno en los caballos y los que más, llegaron a la muleta con muy poco recorrido o muy justos. Es lo que se lleva. Solamente importa que lleguen a la muleta lo más “templados” posible. Primero y tercero fueron aplaudidos en el arrastre y los restantes pitados. A destacar el tercero que fue el más reconocido. Nadie se acordó que a este toro hubo que picarle en la puerta de cuadrillas y por el picador de reserva debido a su constante huida buscando el sitio por donde salió. Tarde de verano, con una entrada casi de total aforo y presidida por D. Trinidad López Pastor que pasó desapercibido en su papel al no presentarse incidencias. Acertó al no conceder la oreja del 1º. (El público aún no había guardado los pañuelos propagandísticos regalados).
1º de la tarde, corto de viaje y flojo, capotes arriba. No quiere caballo y se forma una capea, recibe dos pinchazos por parte del picador de turno. En banderillas sigue con el mismo son para llegar a la muleta con poquita fuerza. Empieza Abellán con la diestra y por dos veces le avisa de peligro. Por el pitón izquierdo tiene algo más de viaje y Abellán sabe sacarle algún natural. Insiste con ambas manos para ligar algún muletazo suelto, pero no lo suficiente. Lo mata de entera en suerte contraria, se apoya el toro en tablas y tarda en caer. Aviso. Saludos tras petición. Silencio en el arrastre.
2º de la tarde. Muy parecido de condiciones al anterior. Capotes arriba. Dos pinchazos, dos caídas. Llega a la muleta sin fuerza alguna y se cae repetidas veces. Ante las nulas posibilidades, Miguel lo intenta con cuatro pinchazos y estocada trasera y atravesada en ambas suertes, y un golpe de descabello. Silencio para toro y torero.
3º También muy escaso de fuerza y manseando. Busca la huida y es picado por el picador de reserva en la puerta de cuadrillas. Este toro tiene la cualidad de humillar y el torero la aprovecha para en el tercio de muleta lucirse con la capa. Empieza con la muleta con muletazos por alto para seguir en varias tandas con ambas manos ligando buenos muletazos por los dos pitones. Le cuida mucho dándole mucho respiro entre tanda y tanda y cuando todos celebraban el triunfo se quedan frustrados al estropearlo con el estoque. (¡El mozo de espadas, saltando en el callejón, qué falta de seriedad!). Tres pinchazos y entera trasera y caída. Aviso. Saludos y ovación para el toro.
4º Manso, descastado y sin fuerza, difícil de picar. Se duele en el primer pinchazo y no para de huir por lo que la lidia es cualquier otra cosa debido al desconcierto. Entra al caballo de refilón por lo que llega a los tercios siguientes sin picar. No hay para más y muere de pinchazo hondo y descabello. Silencio para el torero y pitos en el arrastre.
5º También muy poco picado debido a su flojedad y es el peor en cuanto a peligro se refiere. En banderillas espera demasiado y asusta a Tejero que es cogido de poca importancia en el segundo de los pares. En la muleta, Abellán se ciñe con el toro y se enfrenta con poderío sacándole más de lo que tiene. Muy entregado en este toro con las dificultades que tenía. Estocada en suerte contraria y descabello. Palmas y pitos al toro. Último de la tarde. Muy parecido a los anteriores en cuanto a comportamiento y condiciones. Sale suelto del burladero del 7 y recibe un pinchazo, y otra entrada dando “arreones”. Para banderillas no vale, espera y no ayuda nada a los banderilleros. En la muleta, Abellán trata de quemar su último cartucho y le pone interés; con la mano izquierda saca algún muletazo suelto y nada más. Mata de entera en la suerte natural y recibe algunas palmas. Silencio en el arrastre.
Ovación de despedida al torero en agradecimiento a su encerrona.
Me pregunto ¿Por qué desde la encerrona de Joselito en 1.996 nadie ha conseguido hacer un papel digno con seis toros en solitario? Pues se me ocurre pensar que no hay toreros capaces para estos gestos. Después nos enteramos que Miguel Abellán estaba convaleciente de una intervención en la mano izquierda. Cada uno debe valorar su estado para saber si puede hacer lo que se propone. Me pregunto: ¿cuándo saldrá algún torero capaz de repetir la hazaña mencionada de Joselito… o como algunas otras tardes de gestos grandiosos vividas en esta plaza?