DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
En tarde primaveral se lidiaron 6 astados de la ganadería de Miura, desiguales de presentación: gran trapío el corrido en primer lugar, tapado por la cara el segundo, muy justo de presencia el tercero, algo más serio el cuarto, impresentable quinto y mal comido el muy largo sexto. Según la empresa, se vendieron 20749 entradas, 2800 de ellas a coste cero.
Rafaelillo (azul marino y oro): 4 pinchazos y estocada contraria. Golpe de descabello. Silencio. En el segundo de su lote, estocada tendida en los medios, muy efectiva. Sorprendente saludo desde el tercio.
Juan de Castilla (verde botella y oro): 2 pinchazos y bajonazo. Saludos desde el tercio. Con el quinto, estocada caída. Saludos desde el tercio.
Jesús Enrique Colombo (nazareno y oro): casi entera caída y atravesada. 4 golpes de descabello. Silencio. Con el cierraplaza, pinchazo y estocada trasera. Silencio.
Presidencia, D. Ignacio Sanjuán Rodríguez: hizo tragar al respetable con un toro inválido perdido, que fue el primero, al que tuvo que pasaportar Rafaelillo tras 3 series en las que no recorrió más de 15 metros. Debió devolver también al lidiado en segundo lugar por la falta de fuerzas, pero sin devolver el primero, era de esperar que con este también mantuviese el pañuelo verde escondido. Reseñar también el desaguisado de los toros aprobados. Hubo un toro de Pamplona, otros dos que bien comidos hubiesen sido de ovación y dos impresentables.
Cuadrillas: el tópico de las tardes de las ganaderías no tan deseables: colecciones de puyazos fuertes, en sitios indeseables, y la continua tapada de salida para seguir con lo anterior. En banderillas, mucho miedo de los de plata, y los palos de uno en uno. Nada que destacar.
1º ALMEJITO – Cárdeno bragado meano corrido – nº 9 – 611 kg –01/2020
Primera vara en corto picándosele trasero. El astado empujó con el pitón izquierdo mientras se le cerraba la salida. Se arrancó de nuevo en corto a la segunda, recibiendo un puyazo algo más delantero, mientras se dejaba pegar. Pitos en el arrastre.
2º INFRACTOR – Castaño girón bragado meano axiblanco – nº 76 – 539 kg – 02/2020
Recibió un puyacito caído en la primera entrada, negándose a la pelea. Mero trámite la segunda entrada, recibiendo un picotazo rehuyendo del caballo. Leves pitos en el arrastre.
3º HALCONERO – Negro entrepelado listón – nº 77 – 573 kg – 11/2020
Se arrancó en corto a recibir un puyazo muy trasero y caído, pegándole muy duro. Pelea con la cara alta mientras se le tapa la salida. Cambió su comportamiento en la segunda entrada al caballo, en corto, realizando nula pelea mientras recibió un picotazo trasero y caído en el otro lado que el primero. Leves palmas en el arrastre.
4º GORRONSITO – Castaño girón bragado meano corrido – nº 45 – 626 kg – 12/2019
Fue picado trasero en la primera vara, en corto, peleando con la cara alta y luego con un solo pitón. Se arrancó a una media distancia en la segunda entrada, recibiendo un picotazo delantero y caído, rehuyendo del caballo. Leves pitos en el arrastre.
5º DIVORCIADO – Cárdeno bragado meano corrido – nº60 – 557 kg – 03/2020
Entró de corrido en la primera ocasión, recibiendo un puyazo criminal. Diferente fue la segunda entrada al caballo, en corto, en la que el picador equilibró el exceso de la primera entrada cuidando al toro, que únicamente se dedicó a hacer sonar el estribo. Pitos en el arrastre.
6º ESCANDALOSO – Castaño listón bragado meano – nº85 – 637 kg – 01/2020
Se quedó crudo en la primera entrada al caballo, en la que se arrancó en corto. El picador no atinó y picó al aire, para terminar picando trasero. Rehúye de la pelea. Mejor estuvo el del castoreño en la segunda entrada, cogiéndolo en el sitio, si bien el toro rápidamente huyó de la pelea. Silenciado en el arrastre.
Misterios en la tauromaquia muchos, pero quizá ninguno como el convencimiento y la certeza de que en las corridas de toros que protagoniza el hierro de Zahariche, gustan a todos. Al aficionado más exigente, por aquello de lo salvaje, al más sensible, por la importancia que tiene todo lo que se le hace a un Miura y al más nuevo, por la leyenda que ostenta el hierro de la “A” con asas.
Misterioso es el hecho de que esta ganadería nos siga apeteciendo, más si cabe tras el decepcionante juego de los toros lidiados en el día de hoy. Porque el primero tenía de bonito lo que tenía de flojo, que era mucho. Sorprendentemente casi ningún espectador protestó la evidente falta de fuerzas que el cárdeno portaba ¿quizás fue que el primer sobrero fuese del Montecillo? Lo manoseó en 2 series Rafaelillo, para ver si al débil “Almejito” se animaba por las cosas de la casta. Pero ni por esas el toro se acordó del hierro que llevaba grabado a fuego. Pidió paciencia el diestro murciano al respetable. Tras una serie sin contenido la perdió el mismo. A por el siguiente.
El lidiado en cuarto lugar ya fue algo mejor dentro de lo malo. Al menos no nos aburrió desde que salió como su hermano. Pero ni por esas Rafaelillo pudo mostrar sus facultades. Seguramente la falta de virtudes del astado y la dificultad que puso para ser banderilleado y en el quite por gaoneras de Juan de Castilla disuadieron las ganas del diestro, que firmó su paso por el ruedo con una efectiva estocada en los medios que nos permitió ver una muerte de bravo en un toro manso, aguantando en pie hasta que se desplomó.
Después del primer toro, vino el segundo, que fue a pagar los platos rotos de su hermano. Un toro que tuvo el lastre de la falta de fuerzas y que fue mucho más protestado que su hermano, aún con mejor condición. Delante se encontró a un solvente Juan de Castilla que supo hacer una faena de enfermero dando distancia al astado y haciendo todo a media altura, componiendo donde las zapatillas ya empiezan a quemar. Fue a derechas donde se dieron los muletazos más estimables, que quizás le hubiesen valido para tocar pelo de no ser por la tizona.
El quinto de Zahariche fue el toro de la tarde. Que no el mejor. Pero como saltó dos veces al callejón y al respetable le hizo gracia, se llevó dos ovaciones. Por ende, le dejaremos ese título. Anécdotas aparte, poco juego dio sobre el ruedo, pues Juan de Castilla a cada vez que lo intentaba más, menos lograba. Pareció como si a cada paso que daba, perdiera dos.
Más suerte tuvo Colombo en el sorteo que sus dos compañeros. Su primero, “Halconero” hizo las cosas bien desde salida, embistiendo al capote incluso con gusto. Peores las hizo a posteriori para el gusto de los de luces, ya que el Miura se acordó de que era un Miura. Valiente estuvo Colombo llamando desde lejos a su oponente, intentando dominar la embestida del astado allá por los terrenos de sombra. No es que no lo consiguiera, es que las intenciones del toro eran otras. A cuanto más mando quiso tener el torero, más salvaje se volvió el toro, regalando navajazos por el pitón derecho como carta de presentación.
Lo intentó también el diestro con el cierraplaza, el cual elevó las (malas) intenciones del anterior que le tocó en suerte a la enésima potencia. Un toro que no regaló nada a un torero quiso darlo todo. O sí, porque el de Zahariche le dejó salir por su propio pie. Y es que a tenor de los frenazos en mitad del muletazo (o antes de este inclusive), salir vivo es casi un milagro. Quizás a Colombo la miurada le vino grande. Subrayamos el quizás, pues si bien faltó oficio para sacar algo en claro, le sobró humildad para dar la cara ante la papeleta que tuvo.
Haga clic encima de cada imagen para poder ampliarla.