DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
En tarde agradable, con ausencia total de viento y con algo más de media entrada se ha jugado el primer festejo del ciclo otoñal en el que se han lidiado y dado muerte a seis novillos de la ganadería de Fuente Ymbro. Animales desiguales y justos de presencia. De juego descastado y sin apenas fondo. Varios de ellos cumplieron en varas. Lo que viene siendo una novillada light. Para un mano a mano entre dos novilleros de los que se dicen punteros y que han conocido el sabor de la Puerta Grande de Madrid esta temporada: Víctor Hernández y Álvaro Alarcón.
VÍCTOR HERNÁNDEZ. De blanco y oro. En el primero, estocada desprendida y dos descabellos. Aviso. SALUDOS. En el tercero, estocada. SALUDOS TRAS LEVE PETICIÓN. En el cuarto, estocada. OREJA.
ÁLVARO ALARCÓN. De verde hoja y oro. En el segundo, estocada corta. OVACIÓN. En el quinto, estocada. SILENCIO. En el sexto, pinchazo, estocada y dos golpes de descabello. PALMAS.
Presidente: D. Juan Francisco García González. Mala actuación. Debió de devolver a corrales al sexto novillo después de comprobar su justeza de fuerzas después de una vuelta de campana en la que quedó visiblemente mermado el animal.
Tercio de varas: Sinfonía de puyazos a cada cual más estrepitoso. Les han picado mal, en mal sitio y algunos con saña. Una pena de suerte. Como excepción a este triste desaguisado destacamos la labor del varilarguero Héctor Vicente y que los actuantes se han esforzado en dejar colocados en suerte a los animales.
Cuadrillas: Buena brega y lidia realizaron Víctor García ‘El Víctor’ en el cuarto y Gómez Escorial en el quinto, respectivamente. Buenos pares puso de Andrés Revuelta en el quinto también. Saludó Marcos Prieto en el cuarto tras parear.
Otros: El novillero Álvaro Alarcón resultó cogido en la faena de muleta de su primero y fue intervenido de una cornada en cara interna muslo derecho de 15 cm. que afecta a tejido subcutáneo y aponeurosis muscular, y de un puntazo en región cervical derecha. Pronóstico leve, que no le impidió continuar la lidia.
1. TACONERO-116: Negro listón. 446 kg. Novillo alto y sin remate algo. Mal presentado. Empuja fijo y abajo en varas. Flojo, noble y humillador.
2. JARANERO-135: Negro. 443 kg. Un eralito. Sin apenas remate y alto. Juego deficiente en el caballo: música estribera y termina saliendo suelto. Gazapón.
3. ZALAGARDA-24: Castaño. 460 kg. Algo mejor presentado que sus dos primeros hermanos de camada. Realiza una pelea media en el jaco. Deslucido.
4. (5) TARANTO-79: Negro. 472 kg. Bravo en el caballo. Se arranca con mucha alegría. Pronto y codicioso en la muleta.
5. (4) VIVERO-132: Negro listón. 517 kg. Grande, alto, largo y sin cuajo. Avacado.
6. MANIRROTO-123: Castaño. 502 kg. Inválido. Sin apenas poder ni entrega.
Ante el abreplaza, Víctor Hernández tuvo como oponente a un novillo algo justo de fuerzas que cumplió en varas y que rompió a embestir con franqueza y buen son. A pesar de dar distancia al animal, de torear con gusto y de dar algún estimable muletazo por ambas manos estuvo demasiado superficial en una faena que alargó enormemente y sin medida en la que llegó a resultar bastante cansina. Con su segundo se le vuelven a atisbar buenas maneras y oficio, aunque no logra conectar con el tendido en una obra fría marcada por su falta de temple. Mató realizando la suerte de manera magistral de una gran estocada, de efecto fulminante, en el que se le pidió el trofeo que el presidente hizo bien en no conceder pues no había mayoría de pañuelos. Si lograría la peluda con su tercero, en otra faena descafeinada, toreando muy al hilo y en línea, en la que hubo naturales largos y sentidos. Finalizando con unas manoletinas de rodillas. Realizó, nuevamente, de manera notable la suerte de matar pasaportando al novillo de una estocada entera.
Por su parte, el toledano Álvaro Alarcón fue volteado cuando le corría la mano derecha en la segunda serie a su primer novillo. Le tuvo a merced y salió con una cornada en el muslo derecho. Otro derrote le alcanzó el cuello. Un utrero sin entrega ni clase que pegaba derrotes al final de cada muletazo. El novillero se mantuvo en el ruedo con un torniquete para estoquear al de Fuente Ymbro de un contundente espadazo. Acudió por su propio pie a la enfermería y del mismo modo salió para lidiar al quinto y sexto. El quinto novillo fue bravo y codicioso en el caballo. Se arrancó con alegría y empujó fijo y con los riñones abajo. Demostró codicia y prontitud en la primera serie, pero rápidamente careció de fondo y se vino rápidamente abajo. El torero no acabó de cogerle el aire en una faena sin apenas continuidad y su entregada labor no pasó de irregular; y ante el sexto, un inválido que fue protestado, no tuvo apenas opción.
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