Toros de Santiago Domecq los lidiados en primer, tercero, quinto y sexto lugar y La Ventana del Puerto los jugados en segundo y cuarto lugar. Petardo sonoro de la divisa gaditana remendado por dos toros de La Ventana del Puerto. Corrida bochornosamente mal presentada, descastada, floja de remos y falta de vida.
Julián López ‘El Juli’, de negro y oro. Silencio en ambos.
Miguel Ángel Perera, de nazareno y oro. Saludos protestados en ambos.
Daniel Luque, de blanco y plata. Oreja y ovación con saludos tras aviso.
Presidente: Gonzalo de Villa Parro. Resulta inadmisible que después de todas sus innumerables meteduras de pata este señor siga ocupando la presidencia venteña. Así nos luce el pelo y así va nuestra querida plaza. Nefasta actuación. Mal por haber aprobado esta corrida anovillada en los reconocimientos previos y mal por no haber devuelto varios toros a corrales comprobada su extrema invalidez para la lidia.
Tercio de varas: Mal los del castoreño. Sin apenas realizar la suerte como mandan los cánones. Traseros y caídos en su mayoría. Apenas pudimos ver colocado en suerte ningún animal. Un desastre. Mansa en general, sin codicia ni celo ni poder en los caballos.
Cuadrillas: Grandes bregas y pares de Curro Javier y Javier Ambel en sus dos toros. Lo mejor de la tarde.
En tarde agradable y con el cartel de no hay billetes colgado sobre el aforo permitido se ha jugado el penúltimo festejo de esta extraña e inusual feria de otoño de 2021. Los toros titulares son de la ganadería de Santiago Domecq. Vacada que realizó un notable encierro en su última comparecencia en Las Ventas allá por junio de 2019. Únicamente cuatro de los diez bureles superaron el exhaustivo reconocimiento veterinario en corrales por lo que la corrida tuvo que ser remendada por otros dos toros de La Ventana del Puerto.
Es protestado de salida el primero de la tarde. Una raspa impresentable. Vacío, insulso, sin fijeza y aburrido el de Santiago Domecq. Los intentos a media altura de El Juli no maduran ni progresan. Nula condición del astado. Empezaba bien la tarde.
Se emplea más el torero con el cuarto. Un segundo remiendo de La Ventana. Pronto, informal y no muy sobrado de fuerzas. Más centrado y tirando de coraje el de Velilla. Combinando el mando y el temple para poder mantenerlo en pie. Cogió la espada y entonces todo se disipó. Bajonazo infame. Como la forma de ejecutar la suerte.
Miguel Ángel Perera lidió con un lote que quiso, pero no pudo. Les faltaron poder y duración y se desfondaron antes de que fuera posible sostener la faena. Toros de mecha corta en las que primó el toreo exigente pero ventajista del extremeño.
El primer toro de Daniel Luque mide y se viene de costado en capotes. No huye el espada la pelea con el mansurrón el cual se revuelve con peligro. Valiente de verdad el torero, resolviendo con oficio. Gran estocada. Hasta los gavilanes. Se traga la muerte el toro en una bellísima escena. El espadazo ratifica el premio y pasea la solitaria oreja de la tarde.
El mansurrón y peligroso cierraplaza no dio opción alguna. De contado poder y a la defensiva.
Escrito por Carlos Rodriguez-Villa
Foto: las-ventas.com