DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
29 de mayo de 2016 | Escrito por Pepeíllo | Fotografías de Iván de Andrés
6 Toros de Baltasar Ibán, Procedencia contreras y Juan Pedro Domecq y Díez en la línea de María Antonia Fonseca, Los Guateles. El ganado estuvo bien presentado. Excepto el tercero, fuera de tipo. En general dieron buen juego.
1º Sospechor, Colorado 504Kg. Largo, humillado, orientado por el derecho y sin clase por el izquierdo. Pitos.
2º Holandero, Colorado 513Kg. Basto y falto de fuerza. Silencio.
3º Deslumbrero, Colorado 501Kg. Falto de fuerza, soso y poca raza. Silencio.
4º Portador, Colorado 598Kg. Noblote, flojo y sin casta. Silencio.
5º Sombreto, Colorado 570Kg. Noble y soso, pronto y obediente a los toques. Silencio.
6º BIS (Sobrero de Salvador Domecq). Lugarteniente, Negro 581Kg. Cinqueño, Soso, sin raza, manso y rajado. Pitos.
Iván Vicente. De lila y oro. Estocada tendida. Saludos desde el tercio. Estocada contraria. Aviso. 8 descabellos. 2ª aviso Silencio.
Alberto Aguilar. De grana y oro. Estocada caída perdiendo la muleta. En el embroque sale atropellado por su enemigo sin consecuencias. Oreja con protestas. Estocada baja. División de opiniones cuando saluda.
Víctor Barrio. De fucsia y oro. Pinchazo y estocada caída. Silencio. Pinchazo entrando con el brazo suelto. y estocada baja. Silencio.
Suerte de varas: D. Justo Polo Ramos. Se le protestó al presidente la oreja concedida a Alberto Aguilar en el segundo de la tarde.
Suerte de varas:
1º Bastonito. 573 Kg. Colorado. En la primera vara se arrancó de largo al caballo y el puyazo del piquero fue directamente al brazuelo. En la segunda entrada se arrancó con tranco pero el piquero se limitó a sujetarlo. El toro mostró mucha nobleza y poca casta, aunque no se le vio en el caballo.
2º Camarín 560. Kg. Negro listón chorreado, bragado, meano y axiblanco. En la primera vara el piquero se agarró trasero y el toro se empleó en la pelea pero perdió las manos. En la segunda entrada el picador se agarró arriba y se dejó pegar con fijeza. Buen toro que ha estado por encima del torero.
3ºSandonguero. 484 Kg. Castaño de capa. En la primera entrada fue picado trasero y el animal empujó defendiéndose en la pelea. En la segunda entrada no lo colocaron en suerte y el picador se limitó a marcar el castigo. Buen juego dio el animal, fue muy mal lidiado y estuvo muy por encima del torero.
4º Tesugo. 606 Kg. Negro bragado meano y axiblanco. En la primera entrada al montado el picador le dio fuerte y el toro se dejó pegar sin fijeza. En la segunda vara se defendió y se repuchó. El animal manso que se defendió en la muleta, pero el torero no lo entendió.
5º Clavillero. 586 Kg. Negro listón bragado. El piquero lo castigó con saña. En la primera vara se dejó pegar y en la segunda le arreó trasero. El toro casi se desangra en la lidia. En la faena de muleta tomó el camino más fácil, se refugió en tablas, dando muestras de manso y descastado.
6º Camarito. 599 Kg. De capa, colorado. En las dos veces que entró al caballo el piquero le tapó la salida y en la segunda le pegó fuerte y el toro se dejó pegar.
Cuadrillas y otros:
Tarde desagradable, de viento y en el sexto toro comenzó a llover y los tendidos casi se despoblaron. El coso registro algo más de media entrada en la primera corrida del ciclo torista de la feria. En la labor de las cuadrillas hubo de todo como en botica. A la buena lidia llevada a cabo por Rafael González, se unieron los pares de banderillas colocados por Rafael González en el segundo, Lupi en el cuarto, César Puerto y Lucas Benítez en el quinto y Jarocho y Zayas en el sexto.
La corrida fue de más a menos, pero los astados de Baltasar Ibán dieron a los tres espadas la oportunidad que se merecían, pero no supieron aprovecharla, a pesar de que algunos fueron masacrados en el caballo por montados sin piedad para los animales ni para la fiesta que les da comer.
El único que mostró disposición en el ruedo fue Alberto Aguilar, pero su primer enemigo le vino largo, y cuando un toro está por encima del torero, es que su muleta no hizo lo que el toro exigía. El animal apareció en la arena con la boca cerrada y lo dejó arrastrado por las mulillas de la misma manera. Cierto que el madrileño aguantó en algunas tandas la acometida de su enemigo, pero a la faena le faltó continuidad, ya que unidos a algunos redondos largos y templados, a otros le faltaron el remate que necesitaba la embestida del toro. Cuando comprobó que al natural no pudo con él, volvió a intentarlo por la derecha, pero el astado se fue quedando corto y con ello las esperanzas de un triunfo sonado. Falta le hacía al torero. Su segundo fue de distinta condición y después de sacárselo a los medios, el toro lo enganchó y lo mantuvo entre las astas unos momentos, que fueron eternos para los espectadores. Afortunadamente no pasó del susto. Pero el animal había sido muy castigado en varas y tenía todo el lomo hecho un charco de sangre. En cuanto vio la ocasión se marchó a tablas. Allí el torero buscó la oportunidad de jugársela, pero el toro no colaboró en sus intenciones. Le tendría que pedir explicaciones a su picador. La afición por su parte se llevó una mala impresión del montado.
El primero de Iván Vicente tuvo mucha nobleza pero le falto algo de fuerza para que el torero se viera compensado en su esfuerzo Lo citó desde los medios pero el toro no tuvo el tranco que merecía la ocasión .Cuando lo intentó al natural el astado perdió las manos y según transcurría la faena el animal fue llevando al torero a su terreno, que eran las tablas. En este caso el toro no hizo honor a la casta que mostró su antecesor del mismo nombre, Bastonito. Su segundo a pesar de mansear en el caballo, Vicente no lo entendió con la pañosa en la mano. Comenzó sometiéndolo pero los muletazos los remataba por arriba, esos detalles dieron origen a que el toro terminara defendiéndose en la muleta, ya que pudo comprobarse que cuando le bajaba la mano el toro metía la cabeza, solo había que tirar de él y rematar los muletazos por bajo, pero eso debe ser complicado, por lo menos para lo que demostró el torero de Madrid. El animal terminó desbordándolo y tanto en redondos como al natural no dejó de tocarle la muleta.
A Víctor Barrio le vinieron muy largas las condiciones de sus dos enemigos. En su primero no encontró en ningún momento los recursos para hacer frente a un exigente enemigo que tenía mucho que torear. Tanto en redondos como al natural no encontró el mando necesario para templar las embestidas de su enemigo, y de su muleta solo aparecían trapazos en lugar de muletazos llevando al toro embarcado en la muleta. En su segundo enemigo estuvo colocado durante toda la faena fuera de cacho y aunque el animal tenía muy poco recorrido, en ningún momento mostró un detalle que hiciera pensar a los aficionados que su actuación podía ser la causa de una mala tarde. Otra vez será, torero.