DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Segundo festejo de la Feria de San Isidro y primera novillada del ciclo. Media entrada, en tarde casi veraniega. Gran ilusión para los aficionados, ante la lidia de la novillada de la ganadería de Zaragoza, Los Maños, de encante Santa Coloma-Buendía, que tan buen resultado dio hace unos años, muy desigual en presentación. Mansa en líneas generales, doliéndose en banderillas por lo general, pero con muchísima nobleza y prontitud, faltándoles algo de ese picante que nos gusta a los aficionados. La mayoría fueron lidiados en los terrenos equivocados, provocando que se paran y se aburrieran.
CARLOS DOMINGUEZ, de tabaco y oro: silencio tras aviso (1º), silencio tras aviso (4º)
ARTURO GILIO, de turquesa y oro: saludos con protesta tras aviso (2º), palmas recogidas por la cuadrilla al ser prendido y no poder estoquear al novillo (5º)
GARCIA PULIDO, de blanco y plata: silencio (3º), silencio (6º)
Presidencia: D. Victor Oliver, que no tuvo ningún tipo de problema desde el palco.
Cuadrillas: Las cuadrillas mal en líneas generales; ni Fernando Sanchez fue capaz de poner un buen par. Cabe destacar la lidia por parte Juan José Domínguez del quinto novillo y la intentona del varilarguero Mario Herrero por hacer bien la suerte, aunque sin mucha fortuna.
Parte médico: Arturo Gilio fue prendido en el quinto, provocándole herida por asta de toro, con orificio de entrada en cara posterior interna 1/3 inferior de pierna izquierda, con una trayectoria de 25 cm. que produce destrozos en tejido celular subcutáneo y presenta orificio de salida en cara posterior de dicha pierna. Tras ser intervenido en la enfermería bajo anestesia general, es trasladado a la Clínica de la Fraternidad. Pronóstico grave.
Tarde de ganas ante la novillada de una de las ganaderías en las que la afición tiene siempre tiene la esperanza de ver algo, y así fue. Una novillada para haber salido por la Puerta Grande de Madrid. Para nuestra decepción, la novillada noble, humillada, con prontitud y movilidad, se estrelló ante tres chavales con muy poco bagaje a sus espaldas y que se presentaban en Madrid. Menos mal que los de Zaragoza no sacaron el picante, sino habrían ido al hule los tres. Madrid debería ser una selectividad para los novilleros y no primero de la ESO, por hacer una comparativa. Está claro que los altos del escalafón novilleril no están por la labor de jugárselo en Madrid, ante una novillada fuerte.
Carlos Domínguez, no consiguió parar al primer novillo de la tarde Saltacalcelas, bajito de presentación, que salió muy abanto de salida, pecando de pocas fuerzas al principio de la lidia y viéndose arriba en banderillas, típico de su encaste. Carlos no fue capaz de poner en suerte al novillo en ningún momento, recibiendo dos puyazos al relance. Empezó toreando con la izquierda, sin terminar de acoplarse. Con la derecha el toro era un carretón. Su embestida noble y humillada era de triunfo. Domínguez ligó un par de ellas, pero aprovechando el viaje del novillo, sin mando. Vamos, un toreo dos punto cero, sin decir nada de nada. Mató de dos enteras defectuosas escuchando un aviso. Silencio para él y palmas para un novillo que tenía mucho que torear. Su segundo, de nombre Secretario, fue un novillo feote, con poco cuello, que salió con fijeza y fuerza, al que tampoco se acopló. Mal picado, recibiendo dos varas al relance; se le dio fuerte en la primera, donde el novillo metió los riñones, cosa que acusó luego en la muleta. Ya en banderillas el toro no quería ni los adentro, pero Domínguez se empeñó en torear entre las dos rayas sin darle sitio y ahogándole la embestida, hasta que el novillo quedó parado. Mató de una entera defectuosa y descabello, escuchando un aviso y viéndo silenciado su trasteo.
El mejicano Arturo Gilio empezó con el capote ya dando muestras de su procedencia americana. Su primer oponente llamado Cobrador, un poquito corto de presentación, salió abanto como alguno de sus hermanos. Recibió dos varas flojitas sin poner en suerte, con un comportamiento mansurrón saliéndose de la suerte. Pero en banderillas se vino arriba, teniendo una movilidad y una nobleza que desprendía con generosidad, pero que nuestro manito no supo aprovechar del todo. Empezó toreando por abajo con las piernas, pero ahí se quedó. Con la derecha toreó con ligazón, pero le faltó ajuste, mano baja y transmisión. El trasteo no llego a los tendidos. El novillo le pedía medios, pero ahí sabía que apretaba. El novillo terminó por despistarse y ponerse andarín sin que Gilio consiguiera pararle. Terminó con bernadinas que el toro no necesitaba. Se tiró bien a matar cayendo la tizona defectuosa y escuchando un aviso. Saludó desde el tercio a pesar de las protestas del tendido. En su segundo, llamado Tostadino, quizás el mejor presentado de la novillada, recibió dos varas; la primera empujando y poniendo en aprietos al picador. Hay que mencionar la buena brega de Juan Jose Domínguez, llevando al toro con mucha suavidad, que luego el novillo agradeció. Comienza la faena de rodillas, poniéndole Tostadino en apuros. Con la mano derecha el novillo mete la cabeza, embiste con nobleza y fijeza. Gilio le da distancia en el primer muletazo pero poco a poco le acorta la distancia ahogándole la embestida. Termina con unas manoletinas en las que es prendido, teniendo que pasar a la enfermería sin poder matar al toro, que fue estoqueado por su compañero.
El toledano García Pulido fue quizás el más verde de los tres. En su primero llamado Confitero, que salió abanto como sus hermanos y entrando tres veces al caballo debido al error del picador en el primer encuentro. Salió suelto en los tres y se le sacó a los medios con cierta clase. El novillo embestía con una clase exquisita pero García Pulido no se acopló ni por la derecha ni por la izquierda. No corría la mano, acortando la larga embestida que el novillo le pedía y terminado el novillo aburrido. Mata de entera desprendida, quedando silenciada su faena. Su segundo, llamado Justiciero, novillo que tuvo fijeza y prontitud, derribó al varilarguero en el primer encuentro y salió suelto en el segundo. Se los sacó a los medios toreando con las rodillas. Novillo de medios como sus hermanos, pero él se empeñó en torearle en las rayas terminando le novillo parándose. Mata de entera baja. Silencio.
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