DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
En tarde primaveral y con un cuarto de entrada, se ha celebrado una corrida de novillos de la ganadería de Dolores Aguirre, correspondiente a la Feria de la Comunidad de Madrid. Desigualmente presentada, mansos en varas, abantos; los cuatros primeros ofrecieron muy buen juego en el último tercio, con alegría, el primero muy encastado el tiempo que duró; el quinto quedó lastimado e inválido y sexto descastado, de escasa codicia.
Miguel Maestro. Media estocada en los bajos, estocada atravesada; PITOS. Dos pinchazos, estocada rinconera; SILENCIO.
Javier Marín. Estocada trasera y rinconera; SALUDOS CON PROTESTAS. Estocada tendida; SILENCIO.
Fernando Flores. Dos pinchazos, estocada haciendo guardia y descabello; SALUDOS (un aviso). Metesaca en los bajos; SILENCIO.
Presidencia: D. Jesús María Gómez. Tercero y cuarto sin remate, estrechos como un galgo, no debieron ser aprobados. Cambió a banderillas sin que el quinto recibiera el segundo puyazo ya que se partió la vara. Por la mañana hizo público el acta de pesaje de los caballos así como las reses aprobadas y rechazadas, lo cual agradecemos todos los aficionados.
Tercio de varas: Antonio Jesús Apresa agarró dos puyazos en buen sitio al segundo novillo, toda una noticia. Por lo demás los de Dolores fueron muy corretones en varas y no permitieron lucimiento.
Cuadrillas: No han estado tan sobrepasadas como vemos en otras novilladas, hoy había toreros de plata curtidos. Pedro Lara pareó brillantemente al novillo que cerraba el encierro.
La novillada que hemos visto ha tenido el borrón de la presentación, de ahí lo de cumplir a medias, porque con la mansedumbre en los primeros tercios ya contábamos. Muy desigual, los ejemplares que han saltado en tercer y cuarto lugar se han llevado una buena bronca de salida. Altos y grandes, con esqueleto, no tenían ningún remate y estaban abecerrados a pesar de su tamaño. Por otra parte, se han visto cuatro novillos que han sacado a relucir el fondo de casta de esta ganadería y no han parado de embestir en el último tercio, para hacerlos faena y cortarlos las orejas. El primero, bajo y bien hecho, ha sido el más prototípico de la ganadería. Entre idas y venidas huyendo de los caballos le clavaron la puya hasta cuatro veces. Pero no se arredró y metió bien la cara toda la lidia, con el rabo enhiesto, como también hicieron algunos de sus hermanos, poniendo en apuros a los de plata en banderillas, apretando hacia los adentros con ganas. En la muleta tuvo mucha querencia a tablas pero ofreció un buen ramillete de embestidas fuertes y poderosas, de las que gustan en Madrid y en cualquier plaza, Miguel Maestro ha sido incapaz de entenderse con él y la faena ha sido todo un barullo. El animal murió intentando cazar al puntillero. Buen novillo este Clavetuerto II, despedido con aplausos por el respetable. De pelo colorado melocotón era el cuarto, Clavetuerto I, grandullón y escurrido, se ganó la reprimenda de los aficionados. Buscando excusas y huido, dejó clara su condición de mansedumbre en el tercio de varas. En la muleta embistió con brío y franqueza mucho tiempo y Miguel Maestro nuevamente cuajó una faena completamente deslavazada, sin ningún guión, acogida con un silencio que debería hacerle meditar sobre su futuro en la fiesta, pues lleva más de quince años en el escalafón de novilleros. El segundo se fue sueltecito de la pelea y en banderillas parecía dormido, sin embargo en la muleta sacó nobleza y boyantía. Se apodaba Guindoso II, y Javier Marín nunca lo toreó con el temple y la armonía que demandaba, la sensación fue de vulgaridad. Dio unas manoletinas finales de cara a la galería, se tiró a matar derecho dejando una estocada trasera y algunos pidieron la oreja, que el presidente, acertadamente, no concedió. El quinto, Guindoso I, quedó inválido, parecía dolido de la pata delantera derecha. Marín se puso pesado con el inválido, desorientado, se creería que con este tipo de animales se puede hacer algo en Las Ventas. Afortunadamente no hemos degenerado hasta ese extremo.
El tercero, muy protestado de salida, fue de esos que no paran de dar vueltas al ruedo en los primeros tercios, incansable. Incluso hubo que banderillearlo a toro corrido, Tosquetito se llamaba. Tampoco paró en la muleta y daba la impresión que el novillo se estaba haciendo la faena a sí mismo de tantos pies que tenía. Por ello se protestó a Fernando Flores en las primeras tandas, Tosquetito iba y venía y el joven torero no ponía ningún mando por su parte. Cuando el ímpetu del animal fue aminorando, Flores se ajustó más y sacó algunos muletazos correctos, metiéndoselo para adentro, mandando en la embestida. Pero las probabilidades de triunfo se esfumaron con el sainete a espadas. Para terminar la corrida salió un novillo generoso de carnes y escaso de armas, Malagueño. Poco castigado en varas y manejable en banderillas, permitió lucirse a Pedro Lara con los palos. En la muleta le costaba repetir y era más bien descastadillo. Fernando Flores estuvo voluntarioso, el novillo le pegó una voltereta sin consecuencias, pero aquello no dijo nada, sellando su actuación con un reprobable metesaca. Novillero joven que hoy se presentaba en Madrid con toda una carrera por descubrir.
Desde el 9 de mayo de 2010 llevaban los de Dolores sin aparecer por nuestra plaza, mucho tiempo. Entretanto, la ganadera, doña Dolores Aguirre Ybarra fallecía en abril de 2013. Ha sido, y será, una personalidad sin parangón en el mundo de la crianza del toro bravo, paradigma de integridad y compromiso con los atributos más auténticos que definen al toro bravo: su poderío y su casta brava. Por encima de todos, nunca perdió la senda de la autenticidad y fue una verdadera señora del campo bravo. Su muerte ha causado un dolor irreparable, los aficionados a toros no la vamos a olvidar jamás. Descanse en paz.