DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
24ª Corrida de la Feria de San Isidro 2024, con casi lleno en los tendidos tarde calurosa hasta que durante la lidia del cuarto se desencadenó, lo que antes del cambio climático llamábamos una tormenta de verano que desbordó el entusiasmo de los tendidos. Se lidiaron toros cinqueños de Adolfo Martín tocados con buenas cabezas, astifinos, de presentación correcta, aunque no pareja, los 4 primeros se derrengaron en diversas ocasiones por el albero, todos faltos de casta, blandos y mansos, los 3 primeros pitados en el arrastre, preocupante la situación de la vacada cacereña.
Antonio Ferrera (Blanco y Oro): Pinchazo y bajonazo. SILENCIO. 2 pinchazos, estocada, 3 descabellos y un aviso. PALMAS.
Manuel Escribano (Malva y Oro): Estocada caída. SALUDOS POR SU CUENTA. Estocada trasera y desprendida. VUELTA AL RUEDO.
José Garrido (Subalterno con chaleco de oro): Bajonazo y 3 descabellos. SILENCIO. Estocada baja. SILENCIO.
Presidente: D. Ignacio Sanjuan Rodríguez, pudo echar para atrás a los 3 primeros, y se mantuvo firme para no conceder una oreja de las de lluvia y revolcón peluda al esporton a Escribano en el quinto.
Tercio de varas: La endeblez de los animales no hizo necesario que la acorazada sacara toda su potencia de destrucción masiva, ni siquiera necesitaron el auxilio de su infantería twittera, eso sí no faltaron los traserazos, las lanzadas paletilleras, cariocas y demás suertes actuales de nuestros montados. Los Adolfos en los caballos inexistentes saliendo derrengados muchos de ellos, pidiendo suero y que les cogieran una vía.
Cuadrillas: Lidia de cuidados intensivos de Otero con el primero, destacando en el tercer par de banderillas al cuarto con el toro apretando, al que también lidió con cierta majeza Miguelin Murillo. En general las cuadrillas dignas vista la catástrofe del día anterior.
Decepcionante final de la trilogía cárdena programada para esta isidrada cómo bálsamo reparador de la tauromaquia caniche actual, que digo yo, que si a lo mejor las intercalan entre las de las figuras de 20 años de alternativa y la borrega chochona puede ser que luzcan de otra forma o dejen regusto diferente, por lo menos la interesante corrida de Victorino del miércoles.
Fracaso sin paliativos de Adolfo, con al menos cuatro toros rodando por el suelo venteño, pero los aficionados somos así de ingenuos cuando vimos anunciados los nombres de Malagueño o Aviador por la mañana, pensábamos que con permiso de los del castoreño, viviríamos una tarde de emoción y casta, y fuimos ilusionados como todas la tardes a la plaza, cuando caía el tercero todavía confiábamos en que lo de los 3 primeros hubiera sido un espejismo, el agua de los corrales o alguna vacuna que habían compartido, Pecador, Baratillo o Sombrerillo, ellos no habían sufrido la tortura del Batán, por lo que deberían haber otras causas de tan pobre juego. Los 3 siguientes no mejoraron demasiado el panorama, aunque la tormenta aumentó la confusión habitual de los tendidos, el cuarto, Malagueño rodó también por los suelos, el quinto Aviador muy justito planeó sin caerse, y el sexto Tostadito de exóticas hechuras propició el toreo moderno.
Los coletas, pues Ferrera tuvo esos detalles de lidiador que ya tan poco se ven, y que a veces eclipsan el satén azul de su capa, o sus éxtasis marianos, estuvo pendiente para llevarse al toro tras el descalzaperros de la primera portagayola de Escribano, quitó a los toros de los caballos con cierta rapidez y eficacia cuando fue necesario, y aunque a su primero lo dejo ir al relance, intentó colocar al cuarto a cierta distancia. Hubo dos verónicas con las manos altas selladas con una revolera y otra media cuando se sacó a uno de los toros a los medios más que apreciables. Con su primero no había nada que hacer, más que levantarle del suelo, y con el cuarto que empezó también comiendo albero, algunos naturales y derechazos sueltos con esa personalísima forma de encajarse, para terminar lanzando la ayuda y recentado desmayos y respingones, molestado por el viento y la lluvia, y afectado por sus propias maneras, al menos muestra esa personalidad diferente y conoce que existen dos tercios anteriores al de muleta.
Escribano voluntarioso, nada pudo hacer con el inválido segundo, volvió a portagayola al recibir al quinto en mitad del diluvio, banderilleó sin aportar mucho a la historia del tercio, que en cuanto acaben con el de varas será el siguiente en caer, y con la muleta pues anduvo como bien decía voluntarioso y decidido, al público parece que le gustó la combinación de pases de distinta ejecución, unos más limpios y otras enganchados, una especie de Caribe Mix del toreo bajo la lluvia estival.
Y Garrido por aquí anduvo toda la tarde intentándolo a su manera con el tercero que brindó al público y que le quitó la muleta en el tercer pase de la primera serie, tandas de derechazos topándole el animal en los primeros, arroz pegado decían por el tendido. Al sexto que manseó de salida, pero que era el menos inválido, le instrumentó alguna verónica antes de tirarlo al caballo y acabar con una faena de derecha moderna que no recordaremos nadie en las próximas horas.
Muy mal lo de Adolfo, en la parte positiva no se escuchó ningún viva en toda la tarde.
Haga clic encima de cada imagen para poder ampliarla.