DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Corrida de toros. Primer festejo de la Feria del Aniversario. Se lidió completa una corrida de toros del hierro de Valdefresno, encaste Lisardo-Atanasio, desiguales de presentación pero todos descastados, faltos de fuerza y codicia, sosos, sospechosos de pitones, regordíos, cansados por el ruedo... todo lo contrario de lo que deben ser toros de lidia. Tarde muy calurosa, más de tres cuartos de entrada. Presidió sin problemas don Julio Martínez, no porque no hubiera motivos para protestar sino más bien por la apatía y aburrimiento del festejo que también se sintió hacia el palco. Abundantes pancartas en los tendidos 7 y 3 denunciando el fraude de esta empresa y el hartazgo de los aficionados ante tanta desvergüenza en el ruedo. Durante la lidia del sexto toro “se tiró” desde los altos del 7 el petardo tradicional coreado por los aficionados dirigido no al torero de turno, sino a todo el bodrio taurino en el que se ha convertido la fiesta. Por no haber, no hubo nada digno de señalar: mala actuación de la cuadrillas (excepto un par de banderillas al quinto de la tarde de Montoya), no hubo tercio de varas, un quite de Pinar lastimoso, aburrimiento total ...bueno sí, algo hay que destacar: esta tarde hemos asistido en Madrid al fin de la grandeza de la fiesta de toros. Primero toro, Pitonero de 538 kgs; manso, descastado, con cara pero escurrido de atrás. Recibe dos picotazos delanteros, repuchado bajo el peto sin empujar, sale flojeando del caballo. Ligeros pitos en el arrastre. Segundo toro, Manzanilla II, de 560 kgs.; descastado, manseando, gordo y fofo, sin trapío. Puyazo en buen sitio y picotazo delantero, sale suelto flojeando sin caerse; no hay suerte de varas. Silencio. Tercer toro, Pomposito con 557 kgs.; igualmente manso y descastado y tocadito de pitones. Puyazo y picotazo bajo por los adentros al relance, el toro sale muy derrengado. Pitos al toro en el arrastre. Cuarto toro, Manzanilla de 539 kgs.; muy flojo, descastado, sin culata y escurrido, manso; Pésima suerte de varas, dos picotazos traseros saliendo suelto. Pitos en las mulillas. Quinto toro, Cigarro con 590 kgs.; muy sospechoso de pitones, flojo y descastado, manso. Pitos en el arrastre. Sexto toro, Marqués con 589 kgs.; flojísimo, con pinta de buey, descastado; dos puyazos traseros. Pitos.
DIEGO URDIALES: de “azul turquesa y oro”; Pinchazo alto y estocada desprendida y trasera; silencio. Pinchazo y estocada atravesada, baja y delantera; aviso y tres descabellos; silencio.
RUBÉN PINAR: vestido de “blanco y oro”. Pinchazo caído y estocada baja que degüella al toro; silencio y algunos pitos. Pinchazo y bajonazo; pitos.
MIGUEL TENDERO: de “ azul marino y oro”. ¡Seis pinchazos seis¡ y un bajonazo seguido de tres descabellos, aviso; pitos. Pinchazo bajo media estocada caída y atravesada y un descabello; silencio.
Había acabado la feria de San Isidro tan mal, que la afición todavía quería mantener un poso de esperanza para la semanita taurina del llamado “Aniversario”. Pero qué pronto la realidad acabó con nuestro tímido optimismo. El caso es que se había anunciado una corrida de toros en unos carteles profusamente ilustrados, una ganadería, unos toreros: “...el festejo empezará a las 7 de la tarde si el tiempo no lo impide”. Pero, paradojas del arte taurino, el tiempo no lo impidió pero sí aquellos mulos descastados que salían por chiqueros, los toreritos que iban y venían por el albero sin ganas ni ideas, los peones dando capotazos cual capeas de pueblo, el público aburrido y merendando ajeno a lo que sucedía en el ruedo -¿pero sucedía algo?-, la afición protestando con gritos y pancartas, la explosión de un cohete simulado denunciando el petardo general y el presidente y los miembros del consejo taurino sentaditos en sus puestos mirando a otro lado como si la cosa no fuera con ellos. Y una mujer gritando desde la grada ¡Viva Albacete¡, qué bonito. Tocaba el clarín e iban saliendo unos animales, no toros de lidia, descastados, mansos, flojos...inútiles para el toreo, que ofrecían un espectáculo bochornoso y son la muestra a lo que ha llegado la cabaña ganadera incluso en Madrid. Mal muy mal futuro, es decir presente, para nuestra fiesta; ya hemos tocado fondo, sin toros de lidia esto no tiene sentido y en ese sinsentido estamos instalados desde hace tiempo ¿Quiénes son los culpables?, desde luego todos los estamentos y profesionales que lo consienten excepto el público que paga. La Comunidad por aceptar y legalizar el fraude, la empresa por llevárselo calentito anteponiendo sus intereses económicos a la calidad y la defensa del arte de la fiesta taurina, los toreros, sobre todo los mandones del escalafón, por olvidar que el toreo es grandeza y dignidad y destorear animalitos bobos y descastados como quien cumple un trámite, los presidentes por aprobar el fraude y no defender los intereses de los aficionados, los veterinarios pasando o no pasando animales en función de “no sabemos” qué misteriosas órdenes, los periodistas que, excepto unos pocos, no denuncian la pantomima que, eso sí, les da de comer...en fin, que la fiesta, antiguo y centenario espectáculo de dramatismo y arte, se ha perdido en aras de algo denigrante que no merece ser defendido en tantas mesas, foros, prensa, blogs, parlamentos...
La tarde fue la escenografía del RIP de las corridas de toros. Pues pasó lo peor que se puede decir en un festejo taurino: NADA. Urdiales, en su primero estuvo pesado, dando derechazos por alto, fuera de sitio, vulgar; tocando irrespetuosamente los lomos del animal como queriendo darle ánimos al pobre bicho. No era el torero con pundonor y ganas de otras tardes. En el cuarto, de nuevo pases sueltos, el toro lleva al torero a terrenos del 5, luego al 3 para terminar en el 10. Se puso cansino y pesado, perdiendo siempre pasos y sacando pases deshilachados, con protestas y pitos del público ante tanto aburrimiento. Rubén Pinar, torero paradigma del destoreo moderno, aburrió hasta cansar ¿Por qué le contratan tanto en Madrid? Demostró su desgana e incompetencia en sus dos toros. Siempre fuera de sitio, toreando perfilero al hilo del pitón, con ese retorcimiento del cuerpo tan feo y ventajista, vulgar hasta límites increíbles. Intentó un quite por chicuelinas, sin torería ni valor: También se puso pesado y fue protestado con pitos y palmas. Miguel Tendero, otra figurita de la modernidad, siguió el mismo camino que los anteriores. En el tercero estuvo receloso, con miedo, sin ideas, pegando pases sueltos con enganchones que a media altura provocaron el cabeceo del animalito, derechazos sin rematar y rectificando constantemente. En el sexto, aunque intentó comenzar la faena con más ganas en los medios, volvió al toreo forzado, sin cruzarse, retorciéndose para vaciar el pase, sin naturalidad en tandas de derechazos a media altura y fuera de sitio. Igualmente, la pesadez y el aburrimiento contagiaron al toro y al público ¡Vaya tarde! ¿Esto es lo que entiende la Comunidad de Madrid por la defensa de una fiesta declarada Bien de Interés Cultural? Amos anda...que dicen los castizos