Festejo del día 07/05/2017 Seis novillos del Conde de Mayalde, aseados de presencia. De variado juego, el mas encastadito y de mejor condición el (4º) aunque tampoco era fácil estar delante de él y tenía cierta exigencia.
Ángel Jiménez (nuevo plaza)(blanco y oro): Silencio y oreja
Aítor Darío “El Gallo” (nazareno y oro corbata verde): Silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Juan Silva “Juanito” (nuevo plaza)(rosa palo y oro): Ovación tras aviso y silencio tras aviso.
Tercio de varas: La mayoría de los animales les cuidaron mucho en estos tercios, ya que llegaron bastante justos de fuerzas. En el único que vimos una pelea digna de mención, fue en el primer puyazo en el cuarto novillo de la tarde, lástima que en el segundo de ellos la res se marchara al relance al caballo reserva. Cuadrillas: En el sexto de la tarde, le dejo un gran par de banderillas Miguel Murillo, salió saludar al tercio. Presidente: Justo Polo Ramos: algunos animales justos de fuerzas, debieron de ser devueltos a los chiqueros, sobre todo el primer y tercer novillo de la tarde. En la concesión de oreja, en el cuarto de la tarde, no se le puede culpar, había petición mayoritaria. Público: Tarde soleada y agradable, un cuarto de plaza.
Se anunciaba en la tarde de hoy una novillada de Excelentísimo Conde de Mayalde, antiguo alcalde de la capital capitalina. En estos últimos años siempre ha venido lidiando una novillada, en la mayoría de los animales lidiados, han pecado de la falta de fuerzas y de casta, a pesar de que algunos sacaran gran calidad en el último tercio, algo parecido a lo visto hoy. Una novillada que está en la transición, entre la recientemente terminada Feria de la Comunidad de Madrid y la larguísima Feria de San Isidro catalogada como el maratón de la tauromaquia, con treinta y dos tardes por delante seguidas. Abría cartel el novillero Ángel Jiménez, que hacia su presentación en esta plaza. Le toco en primer lugar un inválido de solemnidad, que desde los primeros tercios, ya comenzó a dar síntomas de su enorme justeza de fuerzas. Al último tercio llego con muy poco dentro y a la mínima se iba al suelo, estaba totalmente descastado y desrazado. El novillero no tuvo ningún tipo de opciones, porque el animal no se mantenía en pie. Todavía no entiendo, porque cuando se ve la nula condición del oponente que tienen delante, se dedican a cuidarlo, cuando saben que eso no les va servir para nada. Lo mató de una estocada entera desprendida de colocación y lo remato con tres descabellos. Con el cuarto de la tarde, un animal que arreo bastante en la primera vara, poniendo al equino contra las tablas, pero en la segunda se dejo dar marchándose al relance al picador reserva. De ambos encuentros con los del castoreño, salió suelto. Ya en el último tercio, el animal embestía con mucha calidad y bondad, prestándose para el lucimiento. Por ahí Ángel le propino muletazos de calidad, corriéndole muy bien la mano y llevándolo largo, aunque un poco en línea y dándole salida para afuera. Por el pitón izquierdo, el animal no fue el mismo, bastante más complicado y orientado, en la única serie que le propino, la res se le coló de manera muy fea, volteándole gracias a Dios sin consecuencias. Volvió a la mano derecha, para darle dos series más, en las que acorto las distancias, dándose un arrimón exponiendo bastante, pero la res ya había bajado mucho y le costaba mucho mas embestir. Lo mato de una estocada entera en lo alto, aunque un pelín trasero, que fue suficiente para que la res se echara. Se le premio con una oreja, que no se protesto, por los buenos pasajes que se vieron sobre todo con la mano derecho y como se sobrepuso a la voltereta recibida, aunque tiene que aprender todavía bastante. El animal no era fácil estar delante de el y exigía cierto mando y poder. Después de dar la vuelta al ruedo con el apéndice cortado, decidió retirarse a la enfermería, para ver si era realmente grave, que percance que sufrió. El segundo anunciado de la tarde, era el conquense aunque criado en valencia, Aítor Darío “El Gallo”. Ante su primero decidió salir a por toda, marchándose a portagayola, le propino una ajustadísima larga cambiada de rodillas, ya de pie le propino alguna bella verónica en el tercio del tendido 2. En el último tercio la res en las primeras series, iba de largo galopando bastante, luego tomaba los engaños con bastante calidad y bondad prestándose mucho para el lucimiento. En estas estuvo planteándole muy bien la faena, dejándose llegar de largo, falto que lo llevara muchísimo más toreado y sometido por bajo, no lo termino de aprovechar. Después se pudo equivocar en cerrarlo en el tercio, ya que esto provoco que la res se comenzara a parar, viniéndose a menos, ahí Aítor lo siguió intentando, pero ya con muy poco contenido en los tendidos. Con los aceros le dejo una estocada entera desprendida de colocación, precedida de dos pinchazos. Su segundo oponente, el quinto de la tarde, un animal que en los primeros tercios estuvo muy abanto y yendo muy a su aire. En los del castoreño, no se empleo nada ante el castigo recibido y en ningún de ellos lo pusieron bien en suerte. En el último tercio, la res iba y venía, pero sin decir mucho a los tendidos, aparte de decir muy poco a los tendidos, casi siempre salía de los muletazos con la cara a media altura, queriéndose desentender de la pelea. El joven espada estuvo dándole muchas series por ambos pitones, pero que no tuvieron mucho interés al público asistente. No le puso la chispa y la transmisión, que le faltaba al animal, para que la actuación tuviera mucho más calado. Con los aceros, estuvo bastante desacertado, le dejo cinco pinchazos y sin dejarle ningún acero metido, decidió rematarlo con un descabello, junto con las protestas de ciertos aficionados. El tercero de la tarde, fue el también jovencísimo espada portugués, Juan Silva “Juanito”, que también hizo el paseíllo desmonterado, al presentarse en este coso. Lo recibió con unos bellos lances a la verónica, ganando terreno a los medios, de muy buena ejecución, esto lo remato con una media verónica. En los primeros tercios, el animal dio algunos síntomas de poca fuerza, perdiendo en alguna ocasión las manos. Ya con la muleta en mano la res tenía cierta calidad, pero sin romper nunca del todo, le falto mucha más casta y raza, aparte de estar muy medido de fuerzas. “Juanito” dio lances aislados con bastante templanza y calidad, demostrando un gran concepto. Lástima que por la justeza del animal, no pudiera terminar de obligarle por bajo, porque sino el animal claudicaba. En las dos últimas series con la mano derecha, decidió acortar las distancias, dándose un arrimón, con lances de uno en uno, templados y con cuatro ajustadas bernardinas. Lo mato de un pinchazo y una media estocada trasera y desprendida de colocación, se vio obligado a rematarlo con tres descabellos. Con el que cerraba plaza, un animal que solo duro las dos primeras series, luego se paro y aplomo por completo, viniéndose muy pronto a menos. Al animal le falto muchísima más casta y raza, a la hora de embestir a los engaños. “Juanito” lo intento en diferentes series por ambos pitones, pero no resulto posible el lucimiento. A pesar de ello, decidió exprimirlo, acortando las distancias y sacarle hasta la mínima gota que le quedara dentro. Lo mato de un pinchazo y una estocada casi entera trasera de colocación. En definitiva una tarde, en la que hubo buenos apuntes de los dos espadas que se presentaban en el coso venteño, tanto Ángel Jiménez como Juan Silva “Juanito”, que no demostraron malas maneras. Pero sus labores estuvieron condicionadas, a la justeza en la condición del animal que tuvieron delante.