DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
29 Mayo 2009 | Escrito por Luís Esteban
Corrida de toros. Se lidiaron seis toros de Adolfo Martín, chicos y de escaso trapío los tres primeros; mejor presentados aunque sin pasar de correctos los restantes. Resultaron flojos y descastados, salvo el cuarto, de cierta casta, noble y con un buen pitón izquierdo. El quinto fue devuelto por inválido, sustituido por otro con el hierro de Sepúlveda, también devuelto por la misma razón. Al final se lidió un sobrero de Arauz de Robles, feo, de escaso trapío e inválido.
Carlos Escolar “Frascuelo”: de lila y oro: dos pinchazos, pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). Pinchazo hondo, media estocada tendida y descabello (pitos).
Rafaelillo: de obispo y oro: pinchazo y estocada (silencio). Dos pinchazos y estocada (silencio).
Javier Valverde: de obispo y oro: pinchazo y estocada (silencio). Estocada desprendida (silencio).
Presidencia: Trinidad López-Pastor, sin mayores problemas, aunque pudo rechazar algún toro en el reconocimiento y devolver el sexto y el sobrero de Arauz de Robles.
Incidencias y otros: Lleno en tarde calurosa. Al finalizar el paseíllo se obligó a saludar a Frascuelo. De las cuadrillas, destacó Luis Carlos Aranda con dos buenos pares de banderillas. No se puede decir lo mismo de los picadores, donde ninguno tuvo una buena actuación.
La mejor noticia, después del festejo de esta tarde, es que sólo queda una corrida para que se acabe la feria. Sin lugar a dudas, una de las peores que se recuerdan. Ha sido duro, muy duro, aguantar tarde tras tarde, sentado en el tendido, el desfile de toros descastados, mansos e inválidos en la mayoría de los casos. El festejo de hoy no ha sido una excepción a lo que viene siendo la tónica general. Los de Adolfo se han estrellado y han protagonizado otro festejo aburridísimo.
No sé que le habrá pasado a esta ganadería, pero está irreconocible. No hace tanto, apenas tres temporadas, presenciábamos uno de los ejemplares más bravos de los últimos tiempos, con este hierro. Desde entonces, ha ido bajando progresivamente. Atrás quedan toros con trapío, encastados y que llevaban la emoción a los tendidos. Lo que hay ahora no es otra cosa que una ganadería más. Sin su personalidad. Toros flojos, mansos y muy bajos de casta. Esa ha sido la nota predominante de la corrida lidiada esta tarde. Además, en cuanto a la presentación han dejado mucho que desear, con animales demasiado justos de trapío.
Uno, sigue creyendo en esta ganadería, y cree que es tan sólo un bache por el que pasan casi todos los hierros. Adolfo, mejor que nadie, sabe que este no es su camino y que si ha llegado donde está es por emocionar a los aficionados con otro tipo de toro. Lo que ocurre es que esta crisis no puede durar mucho más pues su crédito (ganado en el ruedo) está bajando como la espuma.
El único ejemplar que se salva de la quema es el lidiado en cuarto lugar. Un toro chico, pero de bellas hechuras, perfecto para embestir y de los que pocas veces fallan en esta casa. No lo hizo. Fue un animal con la casta suficiente como para desarrollar sus virtudes, especialmente, un buen pitón izquierdo, por donde la tomaba humillando y hasta el final.
Dicho toro le tocó en suerte a Frascuelo. El veterano maestro ya no está para estas batallas. La empresa demuestra muy poca sensibilidad al darle la “oportunidad” en este tipo de corridas. Si deciden contratarlo, que me parece bien pues la gente le espera (como se comprobó con la ovación dedicada tras el paseíllo) y su curriculum en esta plaza le avala, por que no hacerlo en una corrida que se adapte más a sus mermadas condiciones físicas. En estas, lo único que puede ocurrir es una desgracia, como la temporada pasada. De todas formas, se debe dar cuenta el maestro que no conviene alargar más de la cuenta su meritoria y honrada carrera.
En la tarde de hoy, fueron todo dudas y precauciones. Especialmente con el mencionado cuarto, que obligaba a estar firme y llevarlo toreado. Frascuelo no lo vio claro y sólo el comienzo con dos muletazos de gran sabor recordaron al torero que todos conocemos. Quizá en otra época, antes de la cornada del pasado año, lo hubiera cuajado, pero ahora mismo es imposible.
Con su primero, mas de lo mismo, salvo que en esta ocasión no había material apto para el lucimiento.
Rafaelillo no tuvo opción en toda la tarde. Su primero, fue un manso, sumamente descastado que salía del muletazo mirando al cielo. Cualquier intento de lucimiento resultaba imposible.
En quinto lugar, tuvo que recibir a tres toros de capote hasta poder estoquear uno. Si el de Adolfo era muy flojo, el sobrero de Sepúlveda lo era aún mas. Al final se lidió un astado de Araúz de Robles, de parecidas características, que llegó al último tercio moribundo y sin ninguna emoción.
Tampoco Javier Valverde tuvo un lote propicio ni mucho menos. Su primer enemigo resultó descastado, por lo que la emoción era nula. El sexto, resultó un inválido, al que había que cuidar más que torear. En definitiva, lo opuesto a lo que necesita un torero de sus características.
Así pues, una nueva decepción en esta feria, en la que las alegrías han sido contadas. Todos confiábamos en que este tramo final nos devolviera la ilusión, pero tanto Cebada como Adolfo han patinado. Nos queda la gran corrida de Palha y lo que haga mañana Victorino.