DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
14 de mayo de 2015 | Escrito por Pepeíllo | Fotografías de Constante
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros. 5 toros de la ganadería de Salvador Domecq, procedencia, Juan Pedro Domecq Díez en la línea de El Torero y un remiendo de de Fidel San Román, lidiado en primer lugar. El juego del ganado fue manso y descastado, llevando a los tendidos el hastío. Han existido ganaderos que con menos motivos han enviado la camada al matadero, seguro que esta ganadería volverá el próximo año.
José Ignacio Uceda Leal. De tabaco y oro. Estocada algo trasera. Silencio. Dos estocadas caídas, 12 descabellos tras aviso y media estocada. Bronca. Tuvo que matar al sexto por cogida de su compañero Jiménez Fortes. Silencio.
Diego Silveti. De azul marino y oro. Estocada casi entera, caída y tendida. El toro tarda en doblar. Silencio. Cuatro pinchazos y estocada perpendicular. En el segundo pinchazo fue arrollado por su enemigo sin consecuencias. Silencio.
Jiménez Fortes. En el sexto fue corneado y trasladado a la enfermería con una cornada en el cuello.
Presidencia: D. Justo Polo Ramos. Señor presidente, hay que picar a los toros. No se trata que salgan del caballo como cadáveres, sino que los picadores piquen en el morrillo y que midan el castigo de acuerdo a las condiciones del animal. En el sexto se pudo comprobar las consecuencias de no ejecutar esta suerte en condiciones. Sobre la oreja concedida a Jiménez Fortes en el tercero, fue un autentico regalo, degradando con ello la seriedad de la plaza a la cual representa. Muy mal presidente. Que unos aficionados luchen por devolver a Las Ventas la categoría que en tiempos atesoró y con estos detalles festivaleros, la condenan a la mediocridad.
Suerte de varas:
1º Marqués. 510 Kg. Al no ser parado de salida y debido a su mansedumbre, el toro campeó a sus anchas por el ruedo, primero buscando la salida y después de un caballo a otro sin que nadie consiguiera pararlo, de paso intentaba saltar la barrera Una autentica capea de pueblo. Manso y descastado. Un toro que le hubiera sacado los colores al ganadero que lo hubiera criado con afición.
2º Malecón. 590 Kg. En la primera entrada no se empleó y salió suelto. En la segunda mostró condiciones de manso. El picador le hizo la carioca y salió suelto. Manso, descastado y soso en la muleta.
3º Alondro. 533 Kg. En la primera vara se dejó pegar pero no fue castigado y salió suelto de la pelea. En la segunda el picador tuvo que rectificar, el animal se defendió y no se empleó. Manso que presentó dificultades en la muleta.
4º Fucsia 580 Kg. Lo metieron debajo del caballo, pero el piquero no lo castigó. El toro se enceló en el peto, pero le escasearon las fuerzas. Manso que se ha dejado torear en la muleta, pero sin transmitir a los tendidos.
5º Ganador. 590 Kg. En la primera entrada al montado se dejó pegar y el piquero le tapó la salida, En la segunda vara se limitó a sujetarlo. Mansote y soso en la muleta.
6º Droguero. 640 Kg. En la primer entrada el piquero no lo castigó. En la segunda vara lo metieron debajo del caballo y el montado tampoco lo castigó. El presidente cambio el tercio sin que el toro fuese picado. El burel se limitó a cumplió en la pelea.
Cuadrillas y otros: La plaza registró tres cuartos de su aforo en tarde ventosa que molestó en ocasiones a los toreros en el desarrollo de su labor.
La corrida transcurría con el sopor que originaba el juego de los toros lidiados junto a la poca fortuna de los coletas, hasta que saltó el sexto. Cuando el torero tomó la muleta y a mitad de faena, se quedó al descubierto, fue arrollado por su enemigo y corneado en el suelo. Sufriendo dos heridas en el cuello, una en la región cervical y la otra submandibular izquierda. Fueron momentos dramáticos y cuando el torero era trasladado a la enfermería iba tapándose las heridas con las manos por cuales sangraba abundantemente.
Con los rehiletes destacó Antoñares en el primero y Vicente Varela en el quinto.
Dado el juego que dieron los toros de Salvador Domecq, ningún aficionado se explicaba los méritos que este ganadero había hecho para estar en la feria, pero este es un detalle más de los muchos que se pueden ver en los carteles de Madrid.
No levanta cabeza el torero malagueño, Jiménez Fortes. Después de recibir a sus dos toros a portagayola, en su primero, escaso de fuerzas, estuvo vulgar con la muleta toreando al hilo del pitón y cuando intentó el natural, el toro no tuvo recorrido por ese pitón. Pero encandiló a un público generoso, que reconoció su disposición, rematando su labor con unas bernardinas ajustadas que le sirvieron para cortar un apéndice. Ya en el sexto y con la ilusión de abrir la abrir la Puerta Grande, recibió a su enemigo a portagayola, aguantando con firmeza el arreón del animal en querencias. Con la muleta, y con un animal que no fue castigado en varas, en el transcurso de la faena el torero se quedó al descubierto y el toro se lo llevó por delante, corneandolo en el suelo de fea manera. Suerte torero, te deseamos una pronta recuperación.
Uceda Leal estuvo pero no demostró nada que justificara su inclusión en la feria. Ni tan siquiera consiguió las estocadas que antaño hacían rodar a los toros sin puntilla. Otro caso que escapa a las entendederas del aficionado, que no sea para relleno de carteles de una feria larga y tediosa y que sirve para hacer caja. En su primero se encontró con dos enemigos, el toro y el viento, pero no se le vio al matador ni un detalle que sacara a los aficionados del sopor reinante. Su enemigo se defendía pero el torero madrileño no encontró la medida en su muleta que templara las descompuestas embestidas del burel. En su segundo se agudizó más la desidia del torero de mostrar una mulera que agradara a los espectadores. Trapazo tras trapazo fue pasando a su enemigo creando en los tendidos un ambiente de tertulia, al no ocurrir en el ruedo nada interesante.
Vista la disposición de Diego Silveti, en los primeros compases de su faena a su primero, muchos aficionados no entendieron su inclusión en el cartel. El torero mejicano venia de recuperarse de una cogida reciente y se le vio sin confianza, limitándose a cumplir el expediente. Cuando un torero se anuncia en una plaza lo hace con responsabilidad. Solo ver la manera que recibió al primero de su lote se pudo comprobar que no venía dispuesto a sacar a los espectadores del aburrimiento. Al primer lance escondió la pierna contraria, continuando con un toreo despegado que unido a la poca acometividad del ganado hacía insoportable aguantar una corrida de estas condiciones. Pasó a su enemigo tanto en redondos como al natural limitándose a acompañar la embestida, dando trapazos fuera de cacho, viéndose desarmado en dos ocasiones. En su segundo lo intentó al natural pero su toreo no se acopló en ningún momento a la embestida del toro al no existir el temple en su muleta. Por el pitón derecho el toro tenía menos recorrido, pero el torero tampoco hizo nada por corregirlo. No hubo transmisión ni del toro ni del matador. Lo único bueno de la tarde es que a las nueve de la noche el espectáculo había finalizado.