DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
24/05/2024 | Corrida de toros (decimotercera del abono). Colgado el cartel de “No hay billetes” desde hace días.
Con toros de la ganadería: Conde de Mayalde.
Tarde calurosa en la capital en la que se ha lidiado, por así decir, un encierro de la ganadería de Conde de Mayalde que se estrenaba con una corrida de toros completa ya que es muy habitual ver a este hierro en novilladas y con algún sobrero, pero no con corridas. Los animales, bien presentados y de comportamientos variados, se fueron con los apéndices puestos.
Acudió a la corrida la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Isabel Diaz Ayuso, Suponemos que tomaría buena nota del estado en el que se encuentra la plaza porque El Batán no sabe ni dónde está.
CAYETANO. De nazareno y oro. Recibió una paliza de Estafador, toro que abría la tarde y también hubo de tomar el olivo con Entrador, el primero de su lote. Pasó por la enfermería en dos ocasiones lo que hizo que se corriese turno. En su primer toro dio una estocada desprendida y un descabello. SILENCIO. En su segundo asestó una estocada desprendida. SILENCIO.
ROCA REY. De azul azafata y oro. Estocada atravesada y caída, dos avisos, un descabello y apuntillado. PALMAS. En su segundo: pinchazo antes del primer aviso, dos pinchazos más y estocada defectuosa. Segundo aviso, no entra a descabellar y el toro cae, finalmente, cuando el presidente asomaba el pañuelo del tercer aviso. Al animal le hizo falta la puntilla. PITOS.
JORGE MARTÍNEZ (Confirmación). De blanco y oro. Estocada baja en el toro de su confirmación. SILENCIO. En su segundo toro, estocada defectuosa, pero efectiva. SILENCIO.
Presidente: D. José Luis González González. Sin demasiadas complicaciones, dio varios avisos y quizá tendría que haber dado alguno más o medir mejor el tiempo transcurrido entre uno y otro y es que los matadores alargan las faenas innecesariamente.
Tercio de varas: Siguiendo la tónica habitual volvemos a irnos de la plaza sin ver un tercio de varas como mandan los cánones. Los matadores no ponen al toro en suerte y los picadores, siguiendo las directrices de los maestros se dedican a masacrar a los animales cuando los enganchan.
Cuadrillas: En general, las cuadrillas estuvieron poco efectivas y bastante distraídas. Poco que comentar.
Jorge Martínez venía en esta tarde mayo a confirmar su alternativa. El animal que la suerte quiso que ocupase ese honor para el currículo de un torero fue Estafador (castaño de capa, 595 kilos y nacido en marzo de 2020). Preciosa lámina la de este animal al que el matador no supo o pudo sacarle todo lo que tenía. No era fácil, pero tampoco imposible de torear. El toro tuvo un comportamiento cambiante y quizá eso no ayudó a que el espada se hiciese con él, tampoco debió ayudar el volteretón que le atizó el cornúpeta en el tercio de varas. Toreó a Joyero (negro salpicado, 540 kilos de peso y nacido en enero de 2020) en cuarto lugar por estar Cayetano en la enfermería. Brindó al público e inició la faena sacando al toro a los medios. Faena larga y aburrida, sin fundamento alguno y dando poca opción al pitón izquierdo. Anodina la actuación del murciano al que se esperaba con cierta ilusión por sus actuaciones como novillero. Habrá que seguir esperando.
Cayetano terminó la tarde contusionado y pendiente de estudio radiológico en la zona cervical según aparece en los partes médicos y es que, actuando como director de lidia, fue a sacar el toro del confirmante del caballo ya que la cuadrilla andaba algo despistada y recibió el golpe de la tarde, quedando a merced del bicho durante segundos que parecieron horas. Brindó su primer toro de la tarde, Entrador (negro listón de capa, 554 kilos de peso y nacido en noviembre de 2019), al respetable comenzando la faena de rodillas en los terrenos del 6, decisión sorprendente porque el animal parecía pedir otro tipo de faena, terminó con Cayetano tomando el olivo con premura. Una ristra de tandas con derecha e izquierda en la que casi nada es destacable. En su segundo toro, Atrevido (colorado ojo de perdiz de capa, con 610 kilos de peso y nacido en octubre de 2019), toro soso y menos ofensivo de cara que sus hermanos de camada; Cayetano mostró cierto gusto con los lances de capote, pero la faena fue tan sosa como el toro llena de enganchones y rematada con una estocada defectuosa pero efectiva. Es más que probable que el golpe del inicio hiciese que el hijo de malogrado Paquirri tuviese que actuar dolorido y bastante molesto. Veremos si puede comparecer el domingo.
Roca Rey volvía a la monumental de Las Ventas después de las polémicas de la temporada pasada y es que el peruano despierta pasiones no tanto con lo que hace en el ruedo como con lo que no hace en él. El saludo capotero por delantales a su primero, Abonador (castaño salpicado de capa, 550 kilos de peso y nacido en noviembre de 2019), a pies juntos y con cierta disposición, hizo pensar que el joven Andrés igual toreaba a ese precioso animal, pero ¡eran ilusiones! Tras un tercio de varas infame, como el resto, y unas banderillas desordenadas, RR inicia una faena a pies juntos en los terrenos del 9 con unas manoletinas y un par de pases de esos “de por la espalda”. Lo saca a los medios y comienza a dar pases y pases con esa apertura de piernas tan característica. Una probatura hizo con la zurda y sacó un natural de verdad, pero se debió cansar y volvió a la derecha para rematar con los adornos propios de la casa. El diestro, después de una estocada caída y después de escuchar dos avisos, no consideró necesario descabellar, deben ser cosas del toreo moderno. La actuación con el segundo de su lote, Jarretón (negro bragado de capa, 580 kilos de peso y nacido en agosto de 2018) fue poco destacable, el toro, muy distraído, hizo lo que le apeteció durante los dos primeros tercios y en el tercero además de ver un buen montón de derechazos ventajistas terminó con un comportamiento impropio de un matador de toros: RR se negó a descabellar un toro al que había pinchado en tres ocasiones antes de darle un bajonazo infame que, encima, no le causó una muerte pronta, sino que escuchó dos avisos (el tercero no llegó a sonar, porque cayó justo cuando el presidente asomaba el pañuelo) y necesitó ser apuntillado.
En una tarde en la que se ha colgado el cartel de “No hay billetes” (a pesar de que hay huecos en las andanadas), hemos visto como un matador, Andrés Roca Rey, se desentiende de todo lo que no va con él y falta a los principios básicos de la tauromaquia, los que tienen que ver con la lidia y muerte del toro (esa negativa a descabellar es poco honrosa, suerte para él que no llegó a sonar el tercer aviso, aunque se vio el pañuelo ¿debería haberse metido el torero al callejón?) tanto como los éticos (falta de compañerismo, no dignificar al toro en su muerte permitiendo una agonía inmerecida, no mostrar interés alguno por lo que pasa en el ruedo…). Matador que mueve masas, pero que hasta esas masas empiezan a cansarse de ver siempre lo mismo y la misma actitud.
Tarde en al que el confirmante parece que tiene menos ganas que uno que esté a punto de cortarse la coleta y en la que el celo de Cayetano (quizá excesivo sacando a ese primer toro del caballo, lo podría haber hecho la cuadrilla) tapa levemente sus limitaciones toreras.
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