DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Domingo 28 de abril de 2024, corrida de toros. Buena entrada (13.517 espectadores) en tarde soleada y algo fresca.
Se lidiaron seis toros de Araúz de Robles. Muy bien presentados, buenas hechuras y ofensivos. Corrida muy astifina que sacó mansedumbre en el caballo y dio un juego notable en la muleta. Destacaron los lidiados en primer y tercer lugar, magníficos ejemplares.
Curro Díaz (Sangre de toro y oro): Estocada corta (silencio); estocada caída saludos).
David de Miranda (Corinto y oro): Estocada trasera y caída (silencio); bajonazo fulminante (división de opiniones al saludar).
Calerito, que confirmaba la alternativa (Blanco y oro): Estocada baja y atravesada (saludos con protestas); sartenazo y dos descabellos (silencio tras aviso).
Presidente: D. Eutimio Carracedo Pastor. De nuevo dando la nota, no devolviendo el inválido segundo tras repetidas caídas. El resto de la tarde, pasó desapercibido.
Suerte de varas: Destacó un buen puyazo de Rafael Campos “Carioca” al 1º. El resto, como siempre: es decir, dignificando su profesión.
Cuadrillas: Destacó Fernando Sánchez en dos pares al 3º, haciéndose cargo del tercio de banderillas luego de que su compañero de cuadrilla, Cándido Ruiz, tuviera que pasar a la enfermería con una herida en la cara.
Hubo toros de Araúz de Robles que ofrecieron oportunidades muy atractivas. Como un tren que pasa y no se le debiera dejar marchar. Pero el tren pasó y los aludidos, lejos de arrojarse de cabeza al interior, se quedaron en tierra.
La corrida de Araúz de Robles vino bien presentada y ofensiva, no se empleó en varas y su tónica general fue la mansedumbre. Pero también sacó casta y mucho que torear. Una corrida de toros con interés que se fue sin ser aprovechada por una terna muy necesitada de este tipo de oportunidades. Y muy especialmente, los dos toreros de más reciente alternativa: David de Miranda y Calerito, este último confirmante de alternativa que entró por la vía de la sustitución. Dos toreros a los que se esperaba con mucho agrado después del ambiente dejado durante días atrás en Sevilla, y que una vez finiquitadas sus actuaciones no dejaron más que decepción y desencanto.
Porque Curro Díaz, torero de acreditado gusto y esperado en Madrid, ya juega en otra liga. Inédito quedó ante su segundo, un inválido que debió hacer que los bueyes de Florito se emplearan a fondo. Hizo bien Curro en abreviar. El 4° sacó casta y dificultades, ofreciendo un puñado de arrancadas con temperamento que fueron desaprovechadas. Y es que Curro no está para esos trotes: muletazos descargando la suerte, muy perfilero y sacando el culo fuera; muy lejos de ese relajo del que Curro hace gala cuando está a gusto. Ya si eso, otro día será. Para Curro y para sus partidarios.
Para David de Miranda, esa gran oportunidad antes comentada le salió del chiquero en tercer lugar. Un toro que no se empleó en varas, pero que tuvo mucho, muchísimo que torear. Trapazos por aquí y trapazos por acá, desconfianza y falta de sometimiento por abajo fueron las claves en el quehacer del bueno de David de Miranda. Y para Calerito, esa gran oportunidad fue para abrir boca: el toro de la confirmación, nada menos. Llegó a gustarse toreando a la verónica en el recibo, galleó por chicuelinas para dejarlo en el caballo y volvió a gustarse en el quite, pero ese intento se vino completamente abajo cuando llegó la hora de agarrar la franela roja. En Madrid, es difícil calar citando de perfil, totalmente fuera de cacho y retrasando la pierna. En realidad, hacer el toreo así es imposible en cualquier lugar, sea Madrid o una de talanqueras. Con la diferencia de que en esta última suele colar, y en Madrid... Pues digamos que no siempre. Y eso fue lo que le pasó al bueno de Calerito, amén de no saber someter al buen toro por bajo y mandarlo de verdad.
La corrida se cerró con un quinto toro, de embestida sosa y pastueña, con el que David de Miranda anduvo aún más soso y vulgar. Y un toro sexto que fue una auténtica prenda. Tres fortísimos puyazos en mitad del espinazo dieron paso a un tercio de banderillas con muchas pasadas en falso, arrancadas inciertas y arreones de verdadero marrajo. Calerito no salió más allá de la segunda raya y, lejos de someterlo por abajo con un poderoso macheteo con el que iniciar la faena, comienza a darle tralla a media altura con la mano derecha. Y así toda la faena. El toro sacó casta, pero su matador no fue capaz de entenderlo ni de poderlo por ninguna de las maneras. Otra vez sucumbió Calerito, y para colmo se lo quitó de encima con un feo sartenazo.
El mejor resumen de la tarde es el buen sabor de boca que deja la corrida de Araúz de Robles, entremezclado con el amargor de lo realizado ante ellos por dos toreros jóvenes de los que se esperaba mucho más. Y también, los pares de banderillas de Fernando Sánchez.
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