DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 4 toros de la ganadería de Domingo Hernández, uno de Garcigrande, 3ª, remendada con otro de Buenavista, corrido en primer lugar. Todos ellos de procedencia Juan Pedro Domecq. De variada presentación, El segundo, tercero y cuarto fueron protestados por falta de trapío. El juego fue de mansos y descastados, el tercero y sexto cumplieron en la muleta.
Sebastián Castella: De tabaco y oro. Tres pinchazos y descabello. Silencio. En el cuarto sartenazo de escándalo. Silencio.
Álvaro Lorenzo: De sangre de toro y oro. Pinchazo y estocada caída perdiendo la muleta tras aviso. Silencio. En el quinto dos pinchazos sin soltar y estocada trasera. Silencio.
Ginés Marín: De burdeos y plata. Estocada tendida, desprendida y trasera. Oreja. En el sexto, pinchazo y estocada desprendida. Vuelta al ruedo.
Presidente: D. José Magán Alonso. En el sexto el público abroncó al presidente por no conceder un trofeo a Ginés Marín, tras un pinchazo. El presidente aguantó el chaparrón de críticas e insultos de un público colérico que no admitía que por fin un presidente estuviera a la altura de la categoría de la plaza. Ahora solo hace falta que esos aficionadillos de feria, tomen nota del valor que tiene cortar un trofeo en Madrid.
Suerte de varas:
1º Facilón. 590Kg: De Buenavista. Negro salpicado. En la primera vara se dejó pegar y en la segunda, hizo un juego de manso.
2º Tesonero. 525 Kg: Negro. En la primera entrada al jaco empujó sin clase, solo con un pitón. En la segunda acudió suelto y recibió un picotazo. Manso que se dejó torear.
3º Poeta. 518 Kg: De Domingo Hernández. Colorado ojo de perdiz. En la primera vara le tapó la salida. El burel se dejó pegar. En la segunda marcó bajo el picotazo. En la muleta toro del gusto de los toreros.
4º Hermoso. 656 Kg: Negro. Manseó en el caballo y en la segunda entrada marró el piquero. Manso que llegó a la muleta desarrollando sentido.
5º Fuerte: 603 Kg: Colorado. En la primera entrada derribó al montado. En la segunda el bravucón galán acudió al caballo barriendo el albero topándose con el montado. Manso y descastado.
6º Afortunado. 572 Kg: Negro. Cumplió en el caballo y en la muleta ofreció el triunfo al torero.
Cuadrillas y otros: Tarde fresca donde el cartel que se anunciaba no llegó a colocar el anuncio de “No hay billetes”, aunque el coso rozó el lleno. En el tercio de banderillas se desmonteraron Rafael González y Alberto Zayas. En el sexto a punto estuvo de producirse un altercado al no conceder el presidente el trofeo a Ginés Marín. El tiro de mulillas montó el sainete al fallar dos veces el enganche del animal. Ellos sabrán si el hecho fue casual o no, el caso es que la seriedad de estos señores lleva mucho tiempo en entredicho. Si el detalle tuvo un mínimo de veracidad, fue vergonzoso. Cada matador brindó al Rey Emérito uno de sus toros.
Cualquier espectador con cierto criterio no hubiera concedido la oreja a Ginés Marín en el sexto. La faena fue de más a menos y el toro llegó un momento que fue apagando su embestida y eso un torero con criterio debe tenerlo muy presente. Otro motivo es que tuvo que entrar a matar dos veces. ¡Señores, seamos serios! Cierto que el torero tuvo la virtud de ligar varias series, tanto al natural como en el toreo en redondo, pero falló al entrar a matar, y mientras que Madrid sea Madrid, ese detalle tiene que pagar su fielato, como lo han pagado otros compañeros suyos que con los dos trofeos en la mano han perdido por culpa de la espada el triunfo, tan necesitado para unos y tan sobrado para otros. En su primero había conseguido el ansiado trofeo. Recibió a su enemigo con 8 adornos, propios de la escuela sevillana. A continuación basó su faena en el torero en redondo, ligando varias series y rematándolas con bonitos adornos abrochados con pases de pecho de pitón a rabo. Pero el animal y el viento no quisieron colaborar en el torero al natural. Por ese pitón el torero jerezano no llegó a acoplarse. Como ocurrió en el sexto, prolongó demasiado la faena exprimiendo todo lo que ofrecía el animal. Según las cuentas el toro recibió 54 muletazos. Se dice pronto.
El lote que le tocó a Castella fue muy deslucido. El primero de la tarde lo recibió en el 6 con unos estatuarios, pero tanto el viento como su enemigo no se lo pusieron fácil al francés. Al animal le costaba tragarse los muletazos y cuando acudía al engaño soltaba la cara defendiéndose ya que sus fuerzas eran limitadas. Al segundo de su lote comenzó sometiéndolo por bajo pero el animal desarrolló sentido y el torero decidió tomar el acero.
Álvaro Lorenzo estuvo toda la tarde en el limbo. No se enteró que estaba en Madrid e imprimió a su toreo un cariz ventajista. Después de unos doblones de castigo con rodilla en tierra a su primero, comenzó una tanda de redondos bajando la mano y sin cruzarse en ningún momento. A continuación lo intentó al natural, pero sin ligazón, quedado descolocado en cada muletazo. El animal lo desarmó dos veces. Los aficionados comenzaron a criticarle su labor y algunos espectadores los criticaban comentando que era una falta de respeto. De respeto de quien a quien. De los aficionados al torero o al revés dado el tipo de toreo ventajista que imprimía a su faena.. Al quinto lo recibió con una tanda de derechazos con el solo interés de su justificación ya que ni el animal ni la labor del torero transmitían nada a los tendidos. Como dije es hora que este torero baje del limbo y ponga los pies en la tierra, sobre todo cuando se anuncie en Madrid.
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