DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron novillos de Puerto de San Lorenzo, bien presentados (salvo 2°, muy justito), con edad, todos mansos en diversos grados pero nobles; blandos (inválidos 3° y 5°), obtuvieron palmas en el arrastre los dos primeros, mientras que el resto fue silenciado.
- Jesuli de Torrecera, de celeste y oro: Media estocada y estocada trasera y caída, ambas perdiendo la muleta, aviso y el novi-lo se tumba (silencio). Media desprendida perdiendo la muleta (silencio).
- Salvador Cortés, de grana y oro: Dos pinchazos y estocada desprendida y trasera (ovación con saludos). Estocada (vuelta con protestas)
- Javier Perea, de Albacete, nuevo en esta plaza, de turquesa y oro: Estocada muy trasera y baja perdiendo la muleta (petición y silencio). Estocada trasera y baja y dos descabellos (silencio)
Menos de un cuarto de entrada y tiempo desapacible.
Monsieur Lamarca estaba más bonito que un San Luis en el palco, sí señor. ¿O habría que decir don Juan? A don Juan Lamarca le sientan muy bien los homenajes a Di Stéfano y las vacaciones en la Nueva España, fundando Capítulos de Círculos de Amigos de no sé qué Dinastías, cual Virrey del Perú. Así de "retieso" se le veía, en toda su grandeza, revestido de las dignidades de su cargo - algunos prefieren llamar chulería a esa actitud - y desmenuzando desde las alturas el devenir de los acontecimientos para impartir justicia. Desde el tendido 7, el de la chusma - único hoy con una entrada medio decente - no cesaron de enviarse gritos de aliento a Monsieur Lamarca e incluso algún espectador hubo que dedicó cariñosas palabras a la ascendencia genealógica del Presidente. El pueblo llano es así, sincero y espontáneo. No importa que las decisiones de Monsieur Lamarca beneficiasen siempre a la empresa - manteniendo en el ruedo a dos novillos inválidos - o a los lidiadores, en detrimento del espectáculo y de los derechos de los espectadores. Habrá sido casualidad. Don Juan es incapaz de prevaricar y sus razones tendrá para haber actuado así ¿quiénes somos nosotros, pobres ignorantes, para juzgarle? El sólo es responsable ante Dios y ante la Historia.
Cuatro de los novillos de Puerto de San Lorenzo habían nacido en marzo de 1999. Tenían, pues, la misma edad y algunos kilos menos que eso que lidian las figuras como toros en la feria de San Isidro. En consonancia con la edad viene el cuajo y por eso, salvo el segundo, la novillada resultó de excelente presentación. Otra cosa es el juego, pues los lisardos, mansos, hicieron sonar los estribos de las cabalgaduras y siempre salieron sueltos en el primer tercio y esperaron en banderillas. Sin embar-go, en el último tercio los novillos se metamorfoseaban en babosas. Y si no se fueron al desolladero sin unas cuantas orejas fue porque los novilleros no estuvieron a la altura.
A Jesuli de Torrecera más le vale buscar otro empleo para empezar a pagar lo que debe adeudar a ponedores variados. Y si los "panolis" han puesto gratis, que se ponga a estudiar o a hacer algo de más provecho. Se dejó ir sin torear dos novillos y la faena que le hizo al bobalicón cuarto, digna de una plaza de talanqueras, fue un insulto al público de la primera plaza del mundo.
Salvador Cortés, sin duda el novillero más elegante y animoso de los que hoy hicieron el paseíllo, entró a quites en todos sus turnos con regular fortuna e intentó variadas suertes, pero su voluntad no fue pareja con el acierto.
El debutante Perea se trajo de Albacete un convoy de autocares llenos de "fans", que pedían orejas como locos para su torero y cuando Monsieur Lamarca se convertía en esfinge y arrastraban al novillo, se callaban y ni siquiera sacaban a saludar a su ídolo quien, por cierto, estuvo de pena.
Poco más que contar de una novillada un tanto aburrida, en la que pasamos frío y estuvimos en familia. Sólo reiterar nuestra admiración a Monsieur Lamarca, Virrey del Palco Venteño, defensor de la Fiesta y martillo de herejes.