DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 novillos de la ganadería de Saltillo, procedencia Marqués de Saltillo, en tarde apacible en lo meteorológico. Novillada bien presentada en la que destacó la belleza morfológica del que hizo quinto y el gran trapío del lidiado en sexto lugar. Según la empresa, fueron 5026 los espectadores que acudieron al coso venteño.
Alberto Pozo. De vainilla y oro. Media arriba. SALUDOS. En el cuarto, pinchazo, estocada contraria y 2 golpes de descabello. SILENCIO.
Alejandro Conquero: De blanco y plata. Casi entera caída y 8 golpes de descabello. SALUDOS CON PROTESTAS. En el quinto, 2 pinchazos, media atravesada suelta y 8 golpes de descabello. SILENCIO.
Francisco Montero: De blanco y plata. Estocada ligeramente trasera, resultando cogido sin consecuencias al tirarse encima del cárdeno. SALUDOS CON PROTESTAS. Media arriba. PALMAS.
Presidente: D. Gonzalo J. de Villa Parro. Mal. Otra vez. Y van… En el sexto de la tarde, cuando el público estaba buscando el pañuelo verde en el palco tras la escabechina protagonizada por el picador de querencia en la primera entrada al caballo, con el astado rajado en el lomo, se encontró el pañuelo blanco en el palco de Gonzalo, fruto de no haberlo recogido tras el cambio de tercio. El descuido no descuida que nos volviese a hacer tragar un toro completamente mermado de sus facultades físicas y con una apariencia deleznable tras la carnicería que sufrió el de Moreno Silva, dado que el pañuelo verde no hizo acto de presencia.
Suerte de varas:
1º Lubinoso. 484Kg: Primer puyazo en el sitio, apretando, cerrándosele la salida y derribando el caballo. Remiso a acudir a la segunda entada, cumplió sin grandes exageraciones; puyazo trasero. PALMAS.
2º Guapito. 513 Kg: Cárdeno claro bragado meano axiblanco. En la primera entrada al relance, el novillo empujó al penco; la puya cayó baja y se rectificó al sitio. Segundo puyazo en el sitio, dejándose pegar. OVACIÓN.
3º Negreño. 473 Kg: Cárdeno oscuro bragado meano. Puyazo en el sitio, el animal apretó de riñones. El segundo puyazo cayó bajo, rectificando. El novillo se dejó pegar. PALMAS.
4º Librado. 518 Kg. Cárdeno oscuro bragado meano axiblanco. En la primera acometida, el animal se va directo a los pechos, dejándose pegar. Repite la acometida en la segunda entrada al caballo, picándose bajo y, posteriormente, trasero. Se le dio una tercera vara trasera en los terrenos del 6. PITOS.
5º Torremochito: 536 Kg: Cárdeno oscuro bragado meano axiblanco calcetero facado. Puyazo muy fuerte en el sitio. Gran pelea del novillo. En la segunda entrada, puyazo fuerte en el sitio, dejándose pegar y cabeceando al penco. SILENCIO.
6º Cafetero. 533 Kg: Cárdeno oscuro bragado meano axiblanco coletero. Rajado en el lomo en la primera entrada al caballo (de querencia), cumpliendo en dicha entrada. Segundo puyazo ya en contraquerencia en el sitio, dejándose pegar. PALMAS.
Cuadrillas y otros: gris tarde para los aficionados que defienden y se enorgullecen de los valores de la tauromaquia. En las labores de apuntillado del que hizo quinto, Jesús Carvajal realizó una auténtica carnicería al de Moreno Silva, con el consiguiente reproche de un grupo de aficionados; su contestación fue la de encararse con dichos aficionados abriendo soezmente la boca y realizando aspavientos. Se le recomienda realizar unos ejercicios de inspiración-espiración durante el ejercicio de su profesión en nuestra plaza.
Por otra parte, analizar lo ocurrido con el sexto novillo de la tarde. Un novillo que apuntaba maneras terminó por el devenir de la lidia en terrenos de querencia. Raúl Ramírez, en vez de cortar la entrada al caballo de querencia, se alejó de dicho caballo a propósito, provocando que el toro se picara por Miguel Novoa, propiciándole una cuchillada en el lomo del animal por las malas prisas. Un cúmulo de circunstancias que acabaron con las ilusiones que “Cafetero” había sembrado de salida.
Abría el cartel Alberto Pozo, novillero que dejó gratas impresiones con una novillada del mismo hierro en la pasada temporada. Rostro serio y paso firme en el paseíllo, detalles que se perciben. Serio también fue su primero, un animal mirón con el que no existió acople ninguno. No se entendieron. Por el derecho aquello trascendía sin ningún matiz y por el izquierdo “Lubinoso” sólo se tragó uno y medio. Ni uno más concedió. Peor suerte tuvo con su segundo. Un animal con el freno de mano echado que no tenía un pase y con el que el novillero no se entretuvo. Si bien en lo artístico hay poco que reseñar, sí que hay detalles que mencionar. En la segunda entrada al penco del primero de su lote, obligó a su picador a repetir la llamada al novillo en vez de consentir los griteríos tan habituales para llamar la atención del astado. Caballo atrás, caballo adelante y el cárdeno acudió en suerte bien ejecutada. “Ahora vas y lo repites” espetó el novillero. Lidiador estuvo durante toda la tarde, acompañando a los caballos a su entrada y salida.
Otra historia en lo artístico fue Alejandro Conquero en su primero. Si bien de salida se comió al novillero, la historia cambió en el tercio de muleta. Y es que, tras una serie de doblones por abajo, se vislumbró un buen concepto del natural en su segunda serie. Fue la única que el animal medio aguantó, pues el animal fue flojo de manos y únicamente buscaba puntear la muleta, no pudiendo aguantar el nivel que Alejandro quiso imprimir. Pese a ello, brotaron dos extraordinarios naturales en los que anonadó a Madrid. Empaque, cargar la suerte, mentón hundido en el pecho y el vaciar la embestida por detrás de la cadera. Tan sencillo de contar, tan difícil de realizar y tan complicado de vislumbrar: el natural. Al quinto no lo quiso ni ver; orientado, bronco y reservón el de Moreno Silva, dio algún susto al novillero. Con los aceros tiene que trabajar Alejandro. Profundamente. Un total de 4 entradas a matar con la tizona y 16 golpes de descabello para dar muerte a dos ejemplares son una completa exageración incluso para alguien que está dando sus primeros pasos.
Por último, compareció en Las Ventas Francisco Montero. Poco dijo en su primero. Un animal sin clase ni entrega que punteaba los engaños y que no consiguió meter en vereda. Más dijo en su segundo. Llamativa portagayola con el capote de paseo y 3 verónicas extraordinarias con el de brega que muchos de los que hacen 60 corridas de toros anuales no consiguen firmar en toda una temporada. Poco pudo hacer con el mermado sexto, el cual brindó al respetable cayendo en atronadora protesta. Un animal que precisaba de la faena a media altura que el novillero imprimió, pero de las que difícilmente recalan en Madrid. Menos si cabe se realiza a un animal protestado.
Foto: Las-ventas.com